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« Previous Page Table of Contents Next Page »de 1614, con una procesión y una Misa en la Catedral de Notre Dame
Los Estados Generales no representaban al pue– blo de Francia sino a las clases elevadas solamente. La idea de los Estados Generales era la creación de un ''Tercer Estado" para contrabalancear los poderes de la Realeza y los de la Nobleza
Uno de los primeros actos de los Estados Gene– rales fue demandar la abolición de la "Paulette", el pago de un pOI centaje sobre la renta, por medio del cual el ejercicio de los cargos en los cuerpos judiciales llamados "Par!iaments" se hacía hereditOl io
Ese impuesto fue creado por Sully en 1604, como uno de sus numerosos medios de mejorar las finanzas del Reino, pero que ahora era considerado como one– roso y repugnante por la oposición
Uno de los Diputados, el orador Savaron, pronun– ció un fuerte discurso en contra de lo propuesto. "VosOtIOS demondóis, -dijo-- la abolición de la
'Paulette! Vosotros pretendéis mantener en vuestros
cofres el MILLON SEISCIENTOS MIL LIBRAS que
vuestlos oficiales pagan cada año, pero no ofrecéis de~
volver LOS CINCO MILLONES SEISCIENTOS SESEN– TA MIL Libras que recibís en PENSIONES!"
La Nobleza nada pudo contestOl a semejante car– go tan embarazoso Lo único que pudieron hacer
POI a salir del paso fue recurrir a lo que en cierlos de– portes se califica como un "golpe prohibido" o una "mala jugada" Reclamaban que habíbn sido insul– tados y pedían se les ofrecieran disculpas
Entonces lo Clerecía intervino Un joven Obispo-Diputado, bien conocido por su habilidad y tacto, explicó que Savoron no tenía lo menor intención de ofender a la Nobleza, ya que él (Savaron) había servido 01 Rey por cinco años antes de llegar a ser miemb,o de las Cortes de Justicia (Parlioments) y por lo tanto él más que nadie tenía el derecho de hablar en la for– mo que lo había hecho
El joven Obispo-Diputado era: Armand Jean Du Plessis de Richelieu
Fino/mente las cosas se arreglaron Para satis. facer las demandas de la opinián pública la supresión de la "Paulette" se estableció en los estatutos donde
se volvió l/letra muerta ll
Tan pronto coma pasó el conflicto con la Noble– za, los Estados Generales chocaran con el Clera El siguiente artículo fue la nueva manzana de la discordia
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Que, como el Reyes el reconocido soberano
de su Estado, El no recibe la Corona sino de Dios No hay poder en la tierra, cualquiera que este sea, espiritual o temporal, que tenga algún dere– cho sobre el Reino . Que una opinión contra–
ria, a saber, que es permitido matar o deponer
Q
nuestros Reyes es impía, detestable, contra la seguridad del Estado de Francia, el cual no depende inmediatamente sino de Dios".
En ese simple artículo los Estados Generales die– ron al mundo la teoría del derecho divino de las Reyes, d: la que, paradójicamente, se derivó la de la separa– Ción de la Iglesia y del Estado, que desde entonces, ha
sido el foco de fas polémicas ent1"e los teólogos y los políticos
En Francia vino a dar pie al debate entre los Ul– tramontanos y los Galicanos. La cuestión, en Francia, se planteaba asÍ'
"¿Tiene el Popa un derecho de control sobre la Corona del Cristianísimo Monarca? ¿Si el Rey se tOl na hereje, puede el Papa deponerlo?"
Si la respuesta es afirmativa, entonces Jacques Clement tuvo perfecto derecho en asesinar a Enrique 111, y también Ravaillac en matar a puñaladas a Enrique IV Pero poro los tradicionalistas franceses una res– puesta negativa está m6s en conformidad con el senti– miento nacional establecido por el articulo sobre el derecho divino de los Reyes l
El Clero se agitó con "extraordinaria emoción y depresión" Encabezados por el famoso Cardenal Du Perron, los Arzobispos, Obispos y menOl es miembros
del Clero, presentaron sus puntos de vista y sugirieron, "con palabras de seda", Gomo ellos decían, el consul–
tor con ellos antes de presentar cualquier artículo que
se rozara con asuntos religiosos.
Los Estados Generales no cedieron un ápice de su posición original, y el Príncipe de Candé, jefe de la Nobleza, presentó un largo memorial en contra del regicidio
La Realeza, entonces, inducida por la Clerecía ultramontana, encontró la manera de traer la paz a las dos partes Decidió que no había necesidad de insertar el artículo en los estatutos pues el Rey ya lo
tenía "por presentado y recibido"
Después de ésto, la Corte decidió que los Estodos Genera/es eran una necedad y cuando iban a reunirse el 24 de Febrero de 1615, Morfa de Médicis ordenó cerrar las puertas de la sala de convenci6n Y así terminaron los Estados Generales de 1614
Paz de LOlldlln
El Príncipe de Candé no perdió esa oportunidad
pora armar camorro, uno de sus pasatiempos favoritos
Publicó un manifiesto en el que condenaba los actos de la Reaencia y con la ayudo de los Nobles y de los Protestontes, levantó un ejército
Como Isabel de Francia, hermana de Luis XIII, estaba por salir par E.paña, y Ana de Austria, herma– na de Felipe IV, estaba por llegar' a Burdeos para su boda, las tropas reales estaban congregadas para la protección de las reales viajeras Los enemigos del gobierno tomaron esto como señal de hostilidad Pe– ro la Reina Regente, aconsejada por los "Barbones" y
sus favor itos extranjeros, decidió neqocior en vez de
pelear y la Paz de Loudun, Mayo 1616, fue canclufda Por el convenio de la Paz de Loudun, Candé consiguió que el Concilio de Trento no sería reconocido en Francia, yeso concesión llenó de placer a los Gali– canistas También recibió, en un codicilo secreto, la suma de SEIS MILLONES DE LIBRAS Así es que Candé, el defensor del pueblo, hizo la Paz de Loudun mucho más lucrativa que el Tratado de Saint Mene– hould Sin embargo, se hizo muy popular y llegó a tener tanto poder como el Rey mismo Pero no por
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