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sin embargo, que las intervenciones en la región del Caribe son de esta misma época, y que en el caso del nombramiento de-I interventor financiero poro la Repú– blica Dominicana fue a pedido expreso del gobierno de aquello nación El Presidente Theodore Roosevelt la convino personalmente y con dificultades sacó a pos– terior; la sanción del Congreso,

han resultado en el aislamiento económico y diplomá– tico de Cuba Sólo México mantiene relaciones eco– nómicas limitadas, debido a su absoluta dedicación al principio de lo inviolabilidad de territorio y soberanía.

El Caso Dominicano

El seriador William J Fulbright ha expresado qui– zás el único sentimiento merecedor de aplicarse ante

la actual situación en las relaciones interamericanas En uno de sus discursos dijo

Si hay una lección que aprenderse de la his– toria es la de que las doctrinas y las causas que despiertan eh los hombres las pasiones y las vio– lencias son tlansitorias, que más frecuentemente que no se desvanecen irrelevantes y obsoletas con la erosión del tiempo y de las circunstancias En el siglo XVII los católicos y protestantes de Euro– pa tenían por certeza que no pudieran ca-existir, y se lanzaron a la Guerra de Treinta Años, impe– lidos por el fanatismo de la justicia de su propia estimación vengativa Los dos lados peleaban

para lograr una "victoria total", y sólo cuando Europa se encontraba diezmada y exhausta se arregló una paz de empate Tenemos que

Pero sirve para muy poco la especulación sobre los causas {le la decisión que se tOlnó Hay un anti– guo dicho español ' ' 'A los hechos, pecho" No hay que negar, además, la futilidad que algunas veces se sien– te ante los eventos politicos El mismo Bolívar expre– só este sentimiento cuando dijo "He arado en el mar".

Sin discutir en detalle las circunstancias que die– ron origen a la sublevación del 24 de Abril de este año (1965) en la República Domihicana, ya que ha habido una exposición amplia y detallada en la prensa, cabe dirigir la atención hacia el aspecto filosófico y moral de la intervención unilateral de los Estados Unidos

Paro poder explicarse 'a decisión de mondar los infantes de marina a Santo Domingo uno tiene que darse cuenta de la tremenda fobia del Comunismo que existe en los Estados Unidos Johnson, antes que na– da es un político práctico en los asuntos domésticos y, aparentemente, frente a los problemas internacionales a veces es bastante ingenuo Sus consejeros en la cri– sis de fa semana del 24 de Abril parecen haber sido dominados más por sus fobias que por su juicio diplo– mático Además parecen haber perdido cuando me– has por el momento su sentido de historia, la amplitud de perspicacia que debe ser siempre la característica pledominante de su conducta en las relaciones interna– cionales También es probable que entl e ellos predo minaban las personas que son impacientes de lograr un frente común con los haciones latinoamericanas frente a las incursiones propagandísticas o de guerri– lleros de los soviéticos Sin embargo no saben la téc– nica a emplear para estos fines El peligro de otra Cuba siempre ronda en sus cerebros

Las circunstancias especiales que prevalecen en el Hemisferio desde la orientación comunista del go– biei ha cubano del Primer Ministro Fidel Castro y la Constitución de Cuba en un protectorado de la Unión Soviética han traído una serie de consultas de los Mi– nistros de Relaciones Exteriores del Hemisferio, los que

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El Sistema Interamericano

Én las Conferencias de 1933, Montevideo, 1936,

Bue'nos Aires, 1938, Lima, 1939, Panamá, 1940, La Habana, 1945, Río de Janeiro, 1945, México, 1947,

Río Janeiro, y 1948, Bogotá, poco a poco se adoptaron resoluciones y se formularon tratados que refinaban el concepto del Buen Vecino hasta crearse la nueva y ampliada Organización de Estados Americanos, dentro de la cual sigue sus funciones originales la Unión Pan– americana en forma más extensa, y además funge co– mo Secretaría General de la Organización. Este es el Sistema Interamericano de ayuda y protección mutua y los Artrculos 15, 16, 17, 24 Y 25 forman las garan– tías de inviolabilidad de territorio y de soberanía y prohiben la intervención directa o indirecta en los asuntos externos o internos de un estado miembro de la orgonizaci6n, por cualquier causa El Artículo 19

dice, sin embargo, que "Las medidas adoptadas poro el mantenimiento de la paz y de la seguridad de acuer– do con lbs tratados en vigor no constituyen uha viola– ción de los principios expuestos en los otros artículos

(15 y 17),

Sin embargo, con el término de la Primera Guerra Mundial y el rechazo por el Congreso del Tratado de Versal les y la Sociedad de Naciones, no prosiguió el gobierno norteamericano con esta idea, hasta se opuso a ella como se ha notado al mencionar las Conferen– cias lnteramericanas de 1923 y 1928, pero se firmaron las convenciones de Gondra y de arbitraje, y en 1933

quedó el campo libre poro la política del "Buen Veci– no" del Presidente Franklin D Roosevelt, introducida por el SecretOlio de Estado Cotdell Hull.

El Buen Vecino

Parece que el próximo poso a dar en las relacio– nes interamericanas fue sugerido por primera vez al Presidente Woodrow Wilson después de los aconteci" mientos de Veracruz El Coronel E M House, con– sejero persona' de Wilson, propuso un pacto o convenio interamericano que "panamericanizaría" la Doctrina Monroe, garantizando mutuamente la integridad terri– torial e independencia política de cada uno de los es– tados contratantes

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