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OtlO aspecto de la realidad además de el del com– promiso persistente de mantener el sistema es el bien reconocido hecho de la debilidad de la O EA o de cualquier organización internacional ante una crisis que no admita demoras
La característico más sobresaliente de la diploma– cia quizás sea la habilidod de demorar una decisión y
ésta es a la vez su punto más débil Cómo entidad ql,le depende de la diplomacia POI el llegar a una deci– sión r(¡pida en éstos díqs de urgente ·acción y decisiOnes inme9iatas la Organización de E.stados AmeriCanos siempre ha sufrido del mal diplomático, la táctica de la demora Se sabe también que en la diplomacia los c.ontraríos cOmo prir'!cipio básico deL arte deben derivar de las demorqs todo el provecho posible
en la vida diaria Unicamente se tiene que observar el código de honor entre caballeros que exige que cada una de Jos dos partes dé pi evio aviso del moment~ que es menester una transacción. . Ya que fa realidad polftica requiere una resolución que con el tiempo puede restaurar la confianza de las otras naciones de lo Organización de Estados America– nos, el compromiso existe a pesar de haber los Estados Unidos faltando a su palabra. El contrato neceSaria– mente tIene que seguir en vigor por la naturaleia de las relaciones político-económico-sociales del día con– temporáneo.
En la América Latina sin duda se reconocen estas circunstancias de una manera realista y con completa sangre fría se puede buscar la transacción Demasia– das veces la realidad contraviene y contradice los com– promisos, pero a pesar de todo se tienen que mantener La única solución es transigir No será fácil, especial– mente en vista de la larga historia de las relaciones interamericanas anteriores a 1933 cuando Cordell Hull y Franklin D Roosevelt comenzaron a trabajar en con– cierto completo con las otras naciones del Hemisferio rara fraguar un sistema interamericano perdurable y eficaz en su funcionamiento
Debilidad de la OEA
aprendel a conducir lás relaciones internacionales con pQciencia, lo mente abierta y más que nada, con un sentido histórico.
La necesidad de encontrar un modo de acción ante fas flaquezas de un sistema diplomático consti– tuye en sí un compromiso Este compromiso es el que por el raciocinio de la realidad sobresale de tal manera El daño que se ha hecho al sistema hemisférito que exige una transacción que por su naturaleza viola que con tan arduo trabajo se ha cteado durante más el contrato básico que el eó el sistema interamericano. de 125 años es grande Ha sido imperdonable desde
muchos puntos de vista la acción de los Estados Unidos En el cerebro del que sufre de la comunofobia y al contravenir los tratados que garantizan la sobelanía en la lógica del que se encuentra frente a frente con y el derecho a lo autodeterminación de las naciones las realidades y flaquezas de la diplomacia hay la mis– americanos Sin embargo, no hay dudo de que se ha- ma percepción del objetivo final de la resolución de brío suavizado el golpe si el gobierno de Johnson hu- mandar a los infant~s de la Marina a ocupar a Id Re– biera dado aviso respecto a sus intenciQnes o cuando pública Dominicana Este objetivo es la conservación menos si hubiera informado clara y directamente a los del mismo sistema cuyas cláusulas contra la no-inter– otlas cancillerías de sus actos en el momento de tomar vención se violaron Es tortuoso el raciocinio emplea– la decisión La habilidad del latinoamericano de lIe- do aquí pero forma fa base de lo técnica que se debe gar a una transacción se ha comprobado una y mil ve- emplear para llegar a la transacción que resucitará y ces. La costumbre de transigir ante la realidad está conservará el Sistema Americano, la Organización de ton arraigado en la cultura que formo uno piedra clave Estados Americanos.
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Pragmatisl)1o de la Acción
En su propio estado nativo de Texas las influen– cias de los comunófobos son qe gran importancia y el Presidente sin duda algutál!! reacciona aun más a ~u
crítica que a la de los que han objetado tan severq– mente su acción unilateral en Santo Domingo Es decir, al escoger entre lcis dós cuernos del clásico dile– ma que se I esuelve aniquilando uno de ellos para des– pués volverse sobre el otro, el Presidente Johnson se encuentra enclavijado y sin la posibilidad de alterar las circunstancias
Entre las figuras públicas en los Estados Unidos hoy en día, el senador Fulbright es casi único en la cla– ridad de su percepción de las relaciones internaciona– les Pero seguramente tiene en la América Latina varios compañeros intelectuales de habilidad y senti– mientos iguales Todos tienen que buscar la salida ante la realidad de las circunstancias creadas por la ac– ción de los Estados Unidos en mandar las fuerzas armadas a intervenir en la política interna de la Repu– blica Dominicana y a oCLlpar su suelo, acción unilateral, decisión tomada sin c;onsl,Jlta, en violación de varias cláusulas de los solemnes tratados que establecen las normas del sistema interamericano de seguridad
Durante mucho tiempo el Departamento de E~
tado se ha encontrado ante el dilema en la conducta de las relaciones interamericanas Si no toma decisio– nes firmes como ésta de la invasión de Santo Domingo la crítica por Parte de varios elementos de bastante importancia en 19 política interna del país es fuerte y
el Presidente como responsable de la política ef<tran– jera se siente anlenazado de perder las influencias que necesita para poder funcionor eficazmente en esta área. La conciencia política de un hombre como Johnson es de gran influencio en sus decisiones Por eso. cede a los que exigen la firmeza
La Acción Unilateral
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