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« Previous Page Table of Contents Next Page »cordillera están :muy lejos de ofrecer la i:m– portancia topográfica de las del declive oriental, pero, co:mo se extienden sobre la parle :mas poblada y civilizada del país, no dejan de tener un gran in±eres relativo.
La priznera se desprende del cerro Flijo– lillo y separa la hoya del rio de Choluteca de la del rio Negro. Contiene la i:mporian– te montaña del Corpus y ierInina por un ce– rro de orígen volcánico, el Guanacaure, á la orilla de la bahía de Fonseca.
Los o±ros espolones, que se ex±ienden entre la sierra y los lagos, son de poca con– sideracion, basta saber que cada uno divide la cuenca de uno de los pequeños tribularios de los lagos da la cuenca siguiente. Nos oeu– parem.os únicaznente del que fOrIna el prin– cipio de la línea divisoria de las aguas. He– :mas dicho que em.pezaba en el cerro de las Tablas, y pasaba por el cerro de San Nicolás y por el llano del Conejo, hasta cariar la lí– nea de los volcanes en el de Asososca. De allí en adelante, la línea de division sigue el remate del declive oriental de la gran pla– nicie de Lean, á lo largo de la cresta de las pendientes por las cuales se baja de esta pla– nicie hasta el lago de Managua; iermina en el cuello de Nagarote. Enrre este y el Orosi, los puntos :mas notables son: el cuello de las Cañadas, en la serranía que separa Jinotepe de San Rafael de la Costa, el cuello de las Ramadas, entre las colinas que separan la cuenca del rio Ocho:mogo de la del rio Esca– lante; el de la Bocana (ó de Chacalapa ó de San Nicolás), que divide la cuenca del r10 Gil González de la del rio de Tola, el cuello de Jos Horcones, que divide la hoya del rio de las Lajas de la del rio Grande (del Sur), la :montaña del Jocote y las :montañas del Naranjo.
IV
Así com.o lo he:mos dicho ya, los volca– nes de Nicaragua no for:man una cadena de :montañas, ni se confunden con cordillera al– guna. Son picos de 'ltna fOrIna cónica regu– lar, cuyo vér±ice es á veces puntiagudo, á veces truncado, y que se elevan aislada:men– te en el axis del valle, en :medio del cual han surgido. Presentan dos caracteres particu– lares: el pri:mero es que todos sus vértices están casi sobre una :mis:ma direccion recti– línea, el segundo, que esa direccion es á un rnis:mo tie:mpo casi paralela á la costa del Pacífico y casi paralela á la cordillera cen– iral. De este :modo, si se considera el gran valle de Nicaragua desde el Pacífico, se de– ben concebir cuatro líneas bien dis±intas: 1 ~
la costa, 2' la serranía que sirve de espina dorsal al is±:mo co:mprendido entre el :mar y los lagos, 3' la línea de los volcanes, y 4' la cordillera, á lo lejos, limitando el valle cuyo fondo ocupan los lagos.
El priInero, e:mpezando por el lado del Sur, es el Madera (iruncado, 4,100 piés) , tie– ne por base comun, con su vecino el Ometepe (agudo, 5,350 piés) , una isla que es la reina del espléndido lago de Nicaragua. Uno y
otro se encuentran extinguidos, y la lradición nada nos dice acerca de sus erupciones en 10
pasado. Pero el estudio puede perInitir es– tablecer algunas hipótesis fundadas sobre su historia. Volveremos á ocuparnos de iodos los volcanes, bajo eSÍe punto de vista, cuan~
do hable:mos de la geología.
Despues de la isla de Ometepe viene la de Zapatera (2,000 piés) , cuyo orígen vol– cánico es indudable, pero que no es un vol– can propia:mente hablando.
Mas arriba de Zapaiera, en ±ierra firIne pero á la orilla del lago, cerca de la ciudacl de Granada, se eleva el Mombacho lirunca– do, 4,588 piés) , extinguido desde mucho lie:mpo, pero que, cuando se hallaba en acti– vidad, debe haber sido espantoso. Un poco :mas adelan.l:e, el volean de Masaya lirunca– do, 2,972 piés) , estaba en aciividad hace to– davía pocos años, hizo una pequeña erup– ción ellO de noviembre de 1858. El 16 de marzo de 1772 vomitó un in:menso torrente de lava de dos l'tlÍllas de ancho, que hoy día cubre con l1.1.onlones desordenados de esco·~
rías toda la zona del Nordeste del cráter, y fonna una :mancha negra, inmensa y deso– lada, en :medio de la espléndida vege±acion que la rodea.
El Mombacho y el Masaya tienen por ba– se. COlnun ~na vasta mesa de 1.000 piés, .tér– mIno medlO, de elevacion sobre el nivel del :mar, y con1.O 400 á 500 piés sobre el plan n1.ediano del gran valle de Nicaragua. Esa n1.esa confiene v~rios puntos lnuy elevados y frescos, y se exhende al Nordoes.l:e hasta el cuello de Nagaroie, y al Sudoesie hasta él de las Cañadas. Sus pendienies sentenirio_
~ales, mucho :mas precipitadas que las :me" ndionales, llevan el noznbre de Sierras de J:JIanagua, uno de los espolones de dicha sie– rra se une por el cuello de Ma±eare Él. la pe– nínsula volcánica de Chiltepe.
La península de Chiltepe, que se avanza en la laguna de Managua, en su mÉlrgen me– ridional y cerca de la capital de la Repúbli– ca, es, como la isla de Zapatera, una mole volcánica cuya posicion en la hilera general de los volcanes de Nicaragua no perznite des– conocer el carácter erup±ivo pero que pudie– ra llamarse, con bastanie exactitud, un vol– ean abodado (2,800 piés).
Mas al Norte, en el ángulo Nordoeste de la laguna de Managua, se eleva el cono ma– jesiuoso del Momotombo (agudo, 6,121 piés) , y un poco anies de él, á sus piés y fOrInando una pequeña isla, se encuentra el Momoio:m– bita, que parece su satélite, ó :mas bien su reproduccion en miniatura. El Momoto:mbo, extinguido desde hace mucho tiempo, ha vuelto á entrar en activida~ en 1852. Pero
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