This is a SEO version of RC_1965_09_N60. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »no ha fenido hasfa ahora erupciones forma– les, y foda su fuerza expansiva Se fraduce por humo, y "femblores" basfante frecuenfes en sus cercanías, pero muy ligeros é inofensi– vos.
Despues del Momotombo, la direccion general de la línea volcánica se inclina un poco hacia el Oeste. Al mismo tiempo los conos que la componen están unidos por la base hasta el punto de formar una sierra no interrumpida, que se llama sierra de los Ma– rrabios (1). Ocupan el axis de una mesa ge– neral de alzamiento geológico, cuya parie mas conocida es la planicie de Leon. Las pendienfes de dicha mesa son casi insensi– bles por el lado se±entrional; por el lado me– ridional presentan una série de pequeños ra– males, con numerosas quebradas, que ex– Henden hasta el mar entre el cuello de Naga– role y el de Rama Gacha, al Oeste del volcan de Santa Clara. Los principales de estos vol– canes son: Asososca, Las Pilas (dos punias, 3,985 piés), Orota (2,685 piés), Telica (4,190
piés) y Santa Clara ¡ á los cuales debemos añadir el Viejo (agudo, 6,266 piés), y el Chonco, que siguen á la sierra de los Marra– bias, aunque físicalnente no hacen pade de ella. Hay oiras varias erninencias cónicas, pero pequeñas y de poco interés.
En fin, á 40 millas al Nordoeste del Viejo se eleva el Cosigüina (truncado, 3,835 piés), célebre en el mundo entero por su famosa erupcion de Enero de 1835, que dispersó ce– nizas en un círculo de 1,500 millas de diá– metro. El Cosigüina ocupa el centro de una península, que se avanza en el mar á la ori– lla meridional de la bahía de Fonseca. Al Norie de esia bahía se eleva, simétricamenie al Cosigüína, el volcan de Conchagua (3,866), cerca de La Unión (San Salvador), por el cual se continúa la hilera de los volcanes de Centro-América hasta Guaiemala.
El Conchagua y el Cosigüina forman á
la bahía de Fonseca una entrada gigantesca y monumenfal, con dos balisas inmejorables para el uso de los navegantes. Es el mo– menio de decir que fodos los volcanes de Nicaragua son visibles desde muy lejos á 10 largo de la costa del Pacífico, y que fam– bien todas esas puntas, agudas y fáciles de reconocer desde muchos punios del ±errito– rio, prestarian comodidades excepcionales para la triangulación, el dia en que el gobier~
no local quisiese mandar levantar un mapa topográfico "exacto" de la República.
En la parte de Nicaragua, comprendida enfre los lagos y la cordillera central, parece que una segunda línea volcánica ha intenta– do formarse. Gran número de eminencias cónicas corren. casi paralelamente con la lí– nea de volcanes que acabamos de pormeno-
(1) Véase por mas pormenores: Volcanes de Cenh'o·Ami!. rica y caracteres geográficos y topográficos de Nicaragua, Por EJ. G. Squíer. New York, 1850.
rizar¡ sin embargo en ciedos lugares su pro– ximidad á la cordillera hace que no esfán aislados, sino mas bien confundidos, con los espolones de aquella cadena, cuya condicion física han modificado á veces com.pletamen– ±e, en 10 que toca á sus pendientes occiden– :l:ales. Esfas se encuenilan de este modo ex– tendiéndose sobre una region eminentemen– te volcánica, pero á cuya naturaleza son complefalnenle exfrañas. Varios de aquellos cerros son. visibles desde el lago, adentro de la montaña que se extiende á 10 largo de la márgen izquierda de la primera seccion del rio San Juan, siendo el mas nofable el de las Ventanillas, de donde sale el rio de Tule. Hay otro, cuyo nOn1.bre ignoramos, al Sud– esre de San lvriguelito, en las serranías que separan la cuenca de la hoya del Camastro de la del Tule.
VIene despues el cerro de la Pícara, en– fre el Camasfro yel Tepenaguasapa, y el de la Jaen, enlre el Tepenaguasapa y el Oyafe.
Luego los cerros volcánicos y puntiagu– dos siguen acercándose mas y lnas á la cor– dillera. El primero, al Norte del Oyate, es el llamado Pan de Azúcar, á cuyo pié se for– ma el rio Ojocuapa, y despues el de Plafote– pe, que divide la hoya del rio de Acoyapa de la del rio Mayales. Al Norie de esfe últi– mo, la fusion de la línea volcánica secunda..; ría con los espolones de la cordillera es com– pleta. Un cerro cónico cerca de Juigalpa está rodeado de colinas, y tras de la gran ra– ma de Haío Grande se ven las dos punías gemelas de las Tetillas. El cerro de Cuisal– tepe ocupa el centro mismo del laberinto monfafloso que se exiiende entre el Mayales
y el Tecolosto±e. En el cerro de la Palma, que se eleva entre el Tecolostofe y el Mala– caloya, el esfuerzo volcánico ha perturbado la disposicion de la cordillera, á fal grado, que forma el conjunfo mas extraño, cuyo centro es la villa de TeusÍepe.
El Cacalotepe, que viene en seguida, se aparta mas de la cordillera. En cuanto al Güio;isll es el mas alto y aislado de foda esta línea especial (4,500 piés). Se eleva cerca y al OesÍe del cerro de las Uvas, de que he– mos hablado mas arriba, y corona las alti– planicies de Totum.bla y del Pasta!. Mas adelante, la línea secundaria de volcanes ce– sa sobre un largo ±recho; pero los ±errEll1.0S volcánicos continúan con su cortejo de vas– tos circos, de piedras proyectadas y de ciéna– gas. Los conos vuelven á aparecer á la ori– lla de la bahía de Fonseca en el cerro de Guanacaure y siguen por la isla volclmica del Tigre, hasta unirse con el sistema de los volcanes del Salvador.
He dicho que volveria á hablar de los volcanes en el ariículo de la Geología, no puedo, sin embargo, dejar de mencionar aho– ra varias lagunillas sin desagüe que le deben su origen y dependen, por decirlo así, de ellos, añadiendo un motivo mas de inieres
45
This is a SEO version of RC_1965_09_N60. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »