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« Previous Page Table of Contents Next Page »Sin embargo, la profundidad de és:l:e, en el canal que siguen las embarcaciones, varía en:l:re 12 y 20 piés. El fondo se compone de dos paries bien distintas: en primer lugar hay el plano inclinado que forma el lecho propio del rio y despues rocas sueBas que la fuerza de la corriente ha podido arrastrar mas allá del depósito del Toro.
En la otra ex:l:remidad del cuello de la cordillera se encuentra el raudal de Machu– ca, salto :l:odavía mas considerable que el del Cas1illo, aunque tiene menos desnivel; pero su profundidad es mucho menor: casi insig– nificante en tiempo seco¡ la velocidad de la corrien:l:e es de unas 5 millas por hora. La na:l:uraleza del fondo es la misma que la del Castillo, es decir, capas de laja (esquísial con pedruscos movedizos; pero es:l:os últimos, puesto que se han dejado arrastrar has:l:a allí por la corriente, son na:l:uralmente de menor volúmen que las precedentes, y :l:eniendo ma– yor movilidad, cambian cada año de lugar, sin dejar entre sí ning'un canal fijo y perma– nente abierio á la navegacion.
Entre Machuca y el Castillo, la parie honda de la silla que forma el cuello de la cordillera se ha llenado de rocas arrastradas que constituyen un obstáculo intermediario, á lo cual se da impropiamente el no:m.bre de raudal de "Las Balas". Tiene corno una mi– lla y cuario de ex:l:ension, y su parie superior lleva mas especialmente el nombre de "El Mico". Arriba de aquel banco de peñascos y corales, que se llamarían arrecife y no rau– dal, si fuesen en el mar, se encuen1ra una co– rriertte suave de dos millas y cuario de largo con 13 piés de fondo. Abajo de las Balas, y hasta Machuca, se exiíende durante 3 millas
un~ balsa de agua iranq4íla y muy honda. Eh esta seccion los principales tributarios son: á la izquierda el rió Castillo, el Lodoso, el Chiqui±o y el Mono; á la derecha el rio Gamaldo y el río Chori"era.
B.-De Machuca al Sarapiqui.
El curso del rio, desde Machuca hasta su confluencia con el San Cárlos, está encajona– do entre márgenes elevadas. He escrito "con– fluencia" intencionalmente, porque quiero establecer, que lógica y físicamente es el "Desaguadero" que cae en el San Cárlos y no el San Cárlos quien entra en el "Desagua– dero". Durante estas 10 millas no hay obs– iáculo de consideración, la corriente es sua– ve, no se encuentran mas piedras, y el fondo es regular. En este :l:recho los afluentes son: á la derecha, el rio Costarrica, el Es.tero Gordo y el Siramá, á la izquierda, el rio Machuca y el de la Cruz del Norie; iodos de tercer ór– den.
El San Cárlos nace en las montañas del volean de Santa Rosa, en el punto de donde se desprende el espalan que viene á termi– nar en la peña sobre la cual está cons:l:ruido el fuer:l:e del Cas:l:illo. Su manantial pues, es
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casi comun con el del rio Fria; pero recibe :1:0–
das las aguas de las pendientes sep:l:entrio– nales de los volcanes de Buenavis:l:a, Chomes y Aguacate. Su principal afluente es el do de los Tres Amigos. Es navegable por vapo– res pequeños duran:l:e 16 millas hasta el pun– to llamado el Muelle, de donde parie un sen– dero en la montaña hasta San José de Cos– tarrica, pasando por el cuello del Aguacatillo y San Ramon.
Pasada la confluencia del San Cárlos, el caudal de agua del Desaguadero es conside– rable. Empero, á 24 millas se aumenta de un caudal todavía mayor, por su confluencia en el Sarapiquí.
. :E!l Sarapiquí es la .arteria I?rimifiva y prlnclpal de todo este sIStema hIdrográfico. Nace en las faldas septentrionales de los vol– canes de Poas y Barba, y corre hácia el N., recogiendo las aguas de toda la veltiente oriental de la cordillera, en1re el Irazú y el Aguacate.' Además, por uno de sus afluen– tes, el SucIo (derecha) recibe gran parie de las aguas del Colorado; á la izquierda recibe .tambien un afluente considerable, el Toro Amarillo. Es navegable por vapores pequeños
u~as 20 millas, hasta un punto llamado tam– bIen el Muelle, donde empieza un camino de herradura que va hasta San José de Cos– tarrica, pasando por el cuello del Desengaño en la montaña de Poas. Entre el San Cár~
los y el Sarapiquí los tributarios son: á la iz–
quierda, el río Machado y el río San Fran–
c~sco; á la derecha, el rio Copalchi y el Tri– nIdad. Unas lagunillas, de las cuales la ma– yor lleva el nombre de Manati, se encuen– tranentre. la parie baja del San Cárlos y la del Saraplquí y los ponen en eorriuñicacion por medio de canales pantanosos.
El Sarapiquí, corno el San Cárlos, tiene un gran número de pequeños tributarioE¡, pe– ro todos hin :l:orrentosos, que acarrean casi constantemente arenas, tierras y otros sedi– mentos. Por este motivo ambos son muy no– civos á la navegacion del Desaguadero, y
consti!uy~n un impedimento mayor para su canallzBClon. En los lugares donde el movi– Iuiento del agua y la velocidad de la corrien– :l:e son mas len:l:os, se forman depósifos de arena y o:l:ros sedimentos que van aumen–
t?-~do gradualment~, hasta llegar á la super– fICIe de las aguas; arboles caidos ó arranca– dos por las corrientes, ó cualesquiera otros cuerpos flotantes, están arrastrados por esos depósitos y basta que no esté detenido allí por sus ran1.as, Ó sus raíces, ó por algun be– juco, para que luego se le agreguen varios ofros. Los intersticios se llenan de :l:errones, y así se forman sucesivamente islotes que no tardan en cubrirse de zaca:l:e alto, cañas y otras plantas de desarrollo rápido y aun de árboles de mayor tamaño. Este procedi– miento de formacion sigue desarrollándose
inc~san±emen:l:e, y ya, algunos de estos islo– :l:es, instables al principio, han llegado á ser
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