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« Previous Page Table of Contents Next Page »'ronto su verdadera faz, producen ,uri falso sonido de p. l' desafinado abren las ventanas del alma sobre VIO In " b . t . . una desesperacion sin termino, so re una eXls enc~a . Sin
r da las juglarías eroticas y los carruseles vertigino– sa I del alcohol o de los estupefacientes son, tarde o sos , 't' I f
temprano, la gui 1I0tina que espera a. su Vf!C .:maSa
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del conflicto "Mi sed de amor no tiene In. e e or amor por el estado de alma amoroso, pero no
~~á ~spera atormentada d:, la am,ada Hay allí .~n
pequeño matiz, uno pequenlsima linea ,de separaCl<;m entre estas dos ,situacione:, pero es la lI.n~a que posa entre la realidad y el sueno, entre la feliCIdad y el es– pejismo
Yo podemos desprender ciertas conclusiones de lo que hemos visto:
o) No hay todavía en la poesía de Rubén Dorío una mujer real, de la cual él podría esperar inspira– cían y leposo, a la cual podría hablar c~r~ a cara, por la cual podría vivir todas las horas cuotldlanas; b} Es un amor sin amada, un amor vago, carga– do de un cortejo de nombres de muchachas (amadas tal vez por un díal y de muchachas solo conocidas a través de sus lecturas o sus sueños;
cl El deseo de la situadon amorosa, que puede en ocasiones hacer nacer en él rimas sensuales y eroti· cas La erotomanía como una enfermedad y una obse– sion, de la cual no puede (ni sueña todavía) liberarse, caracteriza un buen número de poemas (d, entl e otros, "Y la armonía nace de su boca");
d} Todo es amor y el amor está en todas pOltes El cosmos y "lo eterno femenino" se confunden poro Daría en una sola y misma realidad Tenemos un be– lio eiemplo de esta fusion, de este erotismo cosmico, en el soneto "Venus", en el cual la diosa y la estrella que lleva el mismo nombre, forman un solo objeto Es– ta ambigüedad es extremadamente significativa" por– que es la ambigüedad misma de Rubén Daría delante de lo ideal y lo sensual Desde este punto de vista, no deja de tener semejanza con Fausto, que se encuentra siempre oscilante entre "sus dos almas"
Analizaremos en detalle este aspecto Leamos esta invocacion dolorosa que dirige el poeta a la diosa-es– trella, y nos convenceremos de hasta qué punto esta transferencia de un amor real sobre un planeta-toma– do- como-una-mu¡er-viva, hasta qué punto este erotismo cosmico y este éxtasis frenético, no son otra cosa que juegos de enfermo Son los devaneos poéticos de un hombre que no está situado frente a la existencia, de un hombre que se ha equivocado de lugar Y no ol– videmos de anotar, de pasada, las asociaciones de palabros y de imágenes que ttaducen daramente esto alucinacion erotica y sensual:
¡Oh reina rubia! -dije-, mi alma quiere
dejar su crisálida
y volar hacia ti, y tus labios de fuego besar;
y flotar en el nimbo que derrama en tu frente
luz pálida, y en siderales éxtasis no dejarte un momento
de amar. (24) . El último verso del poema presagia, sin embargo, la Imposibilidad de este amor, y denuncia la ilusion
24 "Venus",
J) 749
25 "Dafno... P 853
26 En it6lica en el texto
trágica de este deseo insensato Venus-estrella no res– ponde al poeta; mira desde lo alto del firmamento (y
su mirada es triste) esta tentativa funambulesca del soñador, este juego de sonámbulo:
Venus, desde el abismo, me miraba con
triste mirar. (ibíd l
En el poema "Dafne" volvemos a encontrar la idea del amor todopoderoso, y si nos detenemos aquí es porque descubrimos una imitadon una traduccion ca– si literal de un verso del Dan1e \"Amor cne muove i\ sale e le altre stelle"):
y moveré el imperio de Amor, que todo mueve.
(25)
Nos hemos referido solo al tema del amor, o más exactamente al deseo de amor, (26) y hemos observado que Dorío veía en la situacion amorosa un fin en sí Querríamos señalar aquí el soneto "Margarita", que per– tenece al mismo ciclo de poemas amorosos, en donde la inspiradon "literaria" juega un rol importante Pe– ro es el más triste poema de amor, el más concreta· mente humano de toda la obra poética de Daría Las imágenes, el ritmo, los versos cargados de sufrimiento y de una inconsolable melancolía, todo concurre a ha– cer de este soneto perfecto un encantamiento El úl– timo verso en particular, la "caída", es infinitamente conmovedor por su densidad psicologica y su riqueza sugestiva Citaremos completo este soneto:
¿Recuerdas que querías ser una Margarita Gautier? Fijo en mí mente tu extraño rostro está, cuando cenamos juntos, en la primera cita, en una noche alegre que nunca volverá Tus labios escarlatas de púrpura maldita sorbían el champaña del fino baccarat; tus dedos deshojaban la blanca margarita: "Sí., no. ; 51•. , no.", iY sabías que te
adoraba ya! Después, ioh flor de Histeria!, llorabas y reías; tus besos y tus lágrimas tuve en mi boca yo; tus risas, tus fragancias, tus quejas eran mios.
y en una tarde triste de 105 más dulces días, la Muerte, la celosa, por ver si me querías, icomO a uno margarita de amor, te deshojo (27) El platonismo y la sensualidad son los rasgos más marcados en las primeras obras de Darío Vienen a acentuarlos la otmosfero y el ambiente 0\ ¡ental que el poeta da a sus temas. Declaradon de amor platoni– ca en estos versos:
Sean felices eternamente bajo las alas de tu infinito, MATERNO AMOR.
Esos, Señora, son los DESEOS
PUROS e intensos de este cantor. (28) La influencio de la poesía oriental se nota en nu– merosos poemas, tanto en su clima como en la elec– don de palabras y de imágenes Así, por eiemplo:
27 "Margarita", p 790
28 "SerenRta", p 186
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