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« Previous Page Table of Contents Next Page »través de la ventano de la torre- y percibe la pro– yecciOn de su dualidad intemo en la forma de dos teo– rías que marchan p(:lralelamente. De un lado son: . SIETE BLANCAS DONCELLAS, semejantes a siete BLANCAS ROSAS de gracia y armonía que el ALBA constelara de PERLAS Y DIAMANTES
(Los adjetivos y las imágenes insisten en la blan-cura virginal de las doncellas que representan a los siete virtudes: "sus vestes son tejidos de lino de luna"; sus pies son "como una tlor de nieve"; "divinamente blancas y castas", etc l
Al contrario, al otro lado están: siete mancebos -oro, ESCARLATA,
ARMAS RICAS DE ORIENTI:-, hermosos, PARECIDOS A LOS SATANES VERLENIANOS DE ECBATANA...
Los colores han cambiado para expresar Ia-ruj'u. ria y la voluptuosidad de los siete jovenes que repre– sentan los siete vicios; dominan los tintes violentos, el rojo, el escarlata) La semejanza de estos mancebos con los "satanes verlenianos" no es fortuita El poeta procura por todos los medios acentuar su caráctel sen· sual y lúbrico:
,,,sus ojos, ya LANGUIDOS, ya ARDIENTES, son DOS CARBUNCLOS MAGICOS de fulgor sibilino y en SUS MANOS DE AMBIGUOS PRINCIPES
DECADENTES relucen como gemas las uñas de oro fino. Se reconoce en estos verSOS una descripcion, cons– ciente o no, de los tipos humanos llamados "decaden· tes" a fines del siglo XIX
Estos siete jovenes, "bellamente infernales", llenos de seduccion, son los siete vicios, los siete pecados ca– pitales Solo procuran seducir a las ¡avenes vírgenes Así se traba la lucha entre las ROSAS BLANCAS Y las ROSAS SANGUINOLENTAS:
y los siete mancebos a las siete doncellas lanzan vivas miradas de amor.
Las dos teorías que desfilan paralelamente (sin en– tablar relacion entre ellos] ante la Bella Durmiente del Bosque -el alma- son la pureza frente al pecado, lo espiritual frente a lo carnal, el amor quintaesenciado frente a lo posesion sexual Esta lucha, esta dualidad trágica, es el centro mismo de la poesía y de la vida de Dorío El alma es desgarrada por la incertidumbre
y la duda Se interroga sobre su porvenir La pre· gunta que se hace es de \Jna simplicidad dramática: ¿se unilá a la procesion de las jovenes doncellas? Se abandonará 01 abrazo de los jovenes de ojos "Iángui. dos y ardientes"? Elía no me responde
Pensativa se aleja de la obscura ventana. El olmo no responde inmediato Se aleja de la ventana obscura, de los cristales brumosos, de la con– cienc!? turbada Esta espera, este silencio, esta sus– penslon de la respuesta ante el dilema, no puede re· solverse en un instante La incertidumbre no es un es-
~~omentáneo en el poeta, sino la línea general de
:~ Lo qUe Salinos no lInce siempre
P Salínag
l
ap dt. p 201
su vida La única solida al dilema, por el momento, es la evasion, es el desvanecimiento de la conciencia dolorosa: el sueño Dormir es, olvidar un poco, es pOS– tergar el instante de la decision, es pedir a los suenas una liberacion de la realidad cruel, un aplazamiento:
y se adormece en donde hace treinta años sueña.
El alma se evade de la realidad hacia el reino en– cantado donde desde hace treinta anos vive en suenos
lCl abdicadon ante lo realidad es absoluta
Sin embargo, el interrogante permanece, el pro– blema planteado espera uno solucion Esta existe, pe– ro se expresa en sueños, es decir, de manera vaga e indecisa:
y en sueño dice: ¡Oh dulces delicias de Jos cielos! iOh tierra sonrosadá que acaricio mis ojos! -¡PRINCESAS, ENVOLVEDME CON VUESTROS
BLANCOS VELOS! -IPRINCIPI:S, ESTRECHADME CON VUESTROS
BRAZOS ROJOS! No hay salida para esta dualidad El alma acepta la lucha, el desganamiento perpetuo Pide a ambas procesiones que la acojan
Este problema de la dualidad ocupa muy poco es– pacio en el estudio de Salinas No tlato de verla tal como es; y si se detiene un momento en ella, es palO tratar de descubrir el combate entre lo erotico y lo ul– tra-erotico" Sin embargo, es esta dualidad la que de· bio haber considerado como tema fundamental y vital de toda la obra de Darío Solo después de doscien– tas páginas, Salinas parece retractarse un poco, encon– trando, por fin, una formula feliz que nos ofrece, sin desarrollarla, en forma lapidaria, como de pasada Pe– ro es esta formula, justamente, a nuestro juicio, la única valedera como punto de partida de un estudio sobre Rubén Daría, y constituye el tema de nuestro estudio: el vaivén continUO del poeta entre los dos términos de su dualidad "Lo único común a toda lo poesía de Daría en cuanto se la mira en conjunto (51), es el ir y
venir de un arrimo a otro, del amparo de Afrodita a la sombra del Crucificado Es el mariposeo sin salida"
(52)
Para convencernos mejor de la importancia <;le! te· ma de la dualidad, citaremos dos poemas, compuestos en diferentes épocas, que guardan, sin embargo, una estrecha relacion y una evidente similitud de contenido con los que acabamos de analizar
i Divina Psiquis, dulce mariposa invisible que desde los abismos has venido a ser todo lo que en MI SER NERVIOSO y en MI CUERPO
SENSIBLE forma la CHISPA SACRA de la ESTATUA DE LODO!
(53)
Se compara el olmo con una mariposa símil fa– miliar al poeta: la mariposa que va incesantemente de un objeto a otro No carece de interés anotar aquí las expresiones "ser nervioso" y "cuerpo sensible", ras– gos autobiográficos Por otra parte, la antítesis "chis– pa sacra" y "estatua de lodo", prepara claramente la
53 "Divina Psiquis", P 911
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