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Parece que no Si sus versos a menudo emiten un sonido triste y trágico, es que esta dualidad del ser le quita la paz, lo encadena El poeta contempla en– tonces su lucha interior, por Ja ventana oscurQ de la

Pero aquí igualmente el poeta se niega a elegil, como estado de alma, como condicion de su existencia,

uno u otro de los términos de la dualidad El fin del poema acentúa todavía rechazo:

y de la flor que el ruiseñor

conta en su griego antiguo, de la rOSQ, vuelas, ioh Mariposa!

a posarte e'l un clavo de Nuestro Señor. No hay que interpretar este último verso como una eleccion, una decision de instalarse en el dominio del sufrimiento,· del arrepentimiento y de lo espiritual, y como el deseo de abandonar el reino sensual, car–

nal, -la rosa- La mariposa abandonará a la IOsel para posarse sobre un clavo de Cristo, pero será para dejarlo pronto y revolotear hacia el perfume roio de la losa En la zona que separa los dos extremos de la dualidad no hay reposo posible, no hay estaciones de parada El mundo de la dualidad no tiene puerto al que se arribe para la eternidad Si a veces se lanza el ancla, es para volver a partir enseguida hacia a/ta mar La dualidad no tiene piedad; es un infierno y exige su víctima: el alma Pero Rubén Daría ¿es ver– daderamente una víctima?

rivalidad que existe entle las dos y que se expresará en las estrofas siguientes del poema La segunda es– trofé se pdréce él· comienzo de ló poesía "El reino in– terior", cuyo contenido resume, tanto por la eleccion de las palabras como por el tono:

Te ASOMAS POR MIS OJOS a la luz de la tierra y PRISIONERA vives en mí de extraño dueño: te reducen a esclava MIS SENTIDOS EN GUERRA, Y apenas vagas libre por el jardin del sueño ..

{ibíd I

El alma es la esclava de los sentidos, que se ha–

cen la guerra y apenas encuentra alguna libertad en el reino del sueño y de los sueños Mientras la con– ciencia está en vela, vive la dualidad con intensidad, con agudo dolor, sin posibilidades de evasion El sue– ño y el ensueño son las salidas posibles; pero salidas provisorios, limitadas por el tiempo

En "El reino interior" las dos teorías de jovenes simbolizan la dualidad Aquí, en "Divina Psiquis", se

exterioriza a través de dos imágenes, no menos expre–

sivas Son los dos extremos de la dualidad entle los cuales va y viene la mariposa, la divina Psiquis:

Entre la catedral y las ruinas paganas vuelas, ¡oh Psiquis, oh almo mía! (ibíd./

El poeta insiste en la pureza del alma, que se de– bate entre dos civilizaciones, entre dos éticas: el. paga– nismo griego y el cristianismo:

Entre la catedrol y las paganas ruinas repartes tus dos alas tus dos alas divinas.

de cristal, (ibíd)

torre terrible, deseoso sobre todo de silencio, de sole– dad y de paz Este deseo de quietud, todavía no for– mulado abiertamente, encontrará su expresion en el poema "Cartuja", del que hablaremos más adelante Mencionemos todavía el poema "En las constela-ciones", que ahonda en el problema de la dualidad . se han confundido dentro del almo mía el alma de Pitógoras con el alma de Orfeo. (541 En "Divina Psiquis" Daría nos había hablado de su ser nervioso y de su cuerpo sensible. Completa aquí la calificacion de su personalidad:

."es abismo mi almQ y hurac6n mi deseo; que que sorbo el infinito y quiero todavía ... (ibíd)

y viene entonces el interrogante ansioso y deses– perado del poeta, el análisis de su intimidad más pro– funda:

Pero, ¿qué voy a hacer, si estoy ATADO AL POTRO en que, ganado el premío, SIEMPRE QUIERO

SER OTRO,

y en que, DOS EN MI MISMO, TRIUNFA UNO

DE LOS DOS? Rubén Dorio na pudo expresar más claramente to– do lo trágico de su desgarramiento interior, que en estos tres versos cargados de madurez psíquica y ar– tística a la vez Hay, sin embargo, uno nota nueva, un personaje nuevo, este SIEMPRE QUIERO SER OTRO, que simboliza este deseo o esto imposibilidad del poeta de detenerse en uno de los extremos de lo dualidad, de anclarse y allí encontrar la paz Hay en la poesía

de Rubén dos versos (de influencia dantesca probable– mentel que afirman un acuerdo posible entre los antí– podas: la union de la carne y el almo al movimiento del cosmos Ser una sola unidad con la eternidad de la creacion:

".sabe que está el secreto de todo ritmo y pauta en unir carne y alma a la esfera que gira. (55) Pero este "siempre quiero ser otro" que domina el ámbito de la dualidad de lo espiritual y de lo car– nal en Da río, constituye su cadalso y su cruz, como lo fue de Verlaine Los dos conocieron esta áspera lucha entre el alma y la carne, entre la pureza y el pecado, entre Satanás y Cristo Los dos vivieron en su carne

y en su almo este desgarramiento profundo que abate al hombre o lo convierte en un creador Ambos nos

han dejado obras que traducen fielmente este vaivén consciente y trágico entre dos nostalgias

V. TIEMPO Y CONCIENCIA

Hemos visto que Darío había intentado, en el do– minio de lo erotico, suprimir, negar la nocion de Tiem– po, a fin de evitar las ilusiones de la esperanza y los dolores de los remordimientos, a fin de vivir como epi– cúreo el instante presente, el "ahola":

En el reino de mi aurora no hay ayer, hoy ni mañana; danzo las danzas de ahora con la músicQ pa~ana.

POI otra parte, el tiempo concretizado en su eva-

51 "En Jag ctmstclaciones" p 1347 55 "Palabras de lo. sfltfrc~nl". p 348

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