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« Previous Page Table of Contents Next Page »más cOlaeterísticos en este aspecto: Cancilm de Otoño en Primavera Poema del Otoño, los Nocturrios. Vere– mos de inmediato hasta qué grado de desesperacion llega el poeta (lo Fatal) antes de que descubra un rayo de luz y de esperanza, tal como Verlaine en "Sagesse" (Lt! dulzura dGI émgelus, Spes, Soneto Pascual, Un gran vuelo)
la nota del tiempo que 'pasa, la pena de ver pa– sal los instantes, transcurrir para siempre la juventud, nos es presentada en los dos primeros versos de "Can– cian de Otoño en PI ¡mavero":
iJuventud, divino tesoro yo te vas paro no volver! (60)
-Viene en seguida la revision de todas las ¡avenes amadas bajo tantos cielos, la evocación melancólica de un pasado donjuanesco; es un pasado petrificado, con la frialdad del mármol, que es ya pura historia:
Plural ho sido la celeste historia de mi corozon. (ibíd 1
Toda esta evocación no es tanto la expresión del deseo de retener esta ¡uventud dorada desaparecida, como cantar el recuerdo que continúa viviendo inten– san lente en el presente; esta ¡uventud, es derto, es un "divino tesolo", pero es también el tiempo de las ilu– siones, la época en que se podía creel en que lo esen– cial estaba en aprovechar el "ahora", cuando el clima eretico-carnal ela el principio y el fin de la existencia En el presente, es evidente que la pasión no es abso– luta ni está ac.orazada contra la mordeduras del tiem– po: la primovera y la carne acoban también Es el
canto de notas otoñales en plena primavera, la triste cancien del desilusionado, del desencantado. lo pri– mavera no es más la estacian de las aventuras amo– rosas y de los goces epicúreos Está minada en su in– terior por 10 conciencia de la caducidad de esas aven– turas y de esos goces Apenas florecida, la primavera ya tiene el corazan podrido por el proxímo otoño De allí proviene esa "sagesse" resignada que no había– mos encontrado antes en Darío:
la vida es dura, amarga y pesa Yo no hay princeso que contor libíd)
Sin embalgo, fa melancolía solo está esbozada en este momento; no posee todavía la agudeza que ten– drá en otros poemas y no conduce aún a la desespe– racion, al alrepentimiento y a los remordimientos do– lorosos El último velso del poema suena, por lo de– mós, claro y juvenil:
iMas es mía el alba de oro!
¿Significo esta alba la esperanza de una salida pOI la resulreccion del pasado? ¿Es la confianza en el porvenir? ¿O bien es ya una alusien a la claridad que le vendrá de la el uz? El poeta no nos lo dice y nos deja con el silencio de esta alba posible
"Poema del Otoño" comienza por una simple es– trofa vetleniana, tanto por su intencien como pOI su
ritmo El ¿qué has hecho de tu juventud? está presen– te probablemente en la memo lÍa de Daría cuando com– puso este poema:
Tú que estás la barba en la mano meditabundo,
¿has dejado pasar, hermano, la flor del mundo? 161)
Al placer sigl;Je el tormento; a la pasien, el pesal y los remordimientos La enseñanza del Eclesiastés (Ifloro en el tonO y en el· ritmo:
Tú has gozado de la hora omable, y oyes después
la impracocion del formidable Eclesiostés libíd )
El placer debe ser agotado en el instante plesen– te, sin prejuicios, antes de que se convierta en causa de pesar Este tema vuelve aquí <.on una intensidad par– ticular; y cuatro estrofas comienzan por la palabra 90–
:zad, situando al poema en la mejor tradicion de las poesías que tratan del carpe diem (62)
Gozad de ICI carne, ese bien que HOY nos hechiza
y OESPUES se tornará en polvo y ceniza
Gozad del sol, de lo pagono luz de sus fuegos;
gozad del sol, PORQUE MAÑANA estaréis ciegos
Gozad de la dulce ormonía que a Apolo invoca;
gozod del canto, PORQUE UN OlA no tendréis boco.
Gozod de la tierra, que un bien cierto encierra;
gozad, PORQUE NO E5TAIS AUN BAJO LA TIERRA libíd )
lejos estamos del clima del Progromo mol inal, en el cual no existía la conciencia del tiempo que pasa y
en donde el poeta eliminaba "el ayer, el hoy y el ma– ñana" )gnolOr el temor 01 mañana, las preocupacio– nes y aprehensiones, es condicien primera para gozQl del mundo y de la vida:
Aportad el temor que os hiela
y que os restringe. (ibíd)
S610 el amor es capaz de triunfar de las mordedu– las del tiempo y la muelte omnipotente:
Aún vencen muerte, tiempo y hodo las omorosas libíd)
Epicureísmo y paganismo constituyen el mOlco de esta poesía Hay que gozar de Jo "claridad pagana" del sol, exclama el poeta, de nuestra carne perecedera, antes que la muerte nos transfol me en polvo y cenizas El paganismo surge en todos los versos:
130 "Canción de Otoño en Primavcul..•• pOOl, imitada t0.1 vez del uDanto Gl "Poema. del Otoiío", p 1051
de Daco (!d A\inrIQ·'. de Lorenzo el MagnIfico: Quanto é bella giovi-
n'!za! Che ..d flli'8e tuttal';.1 Debo esta indicacI6n a mi Ma.estzo: 62 "el H018Cio, Ausonio. DCln.:udo de Vent3duu~. GnlciJasu, G6ngma, Hilnm P~lÍ RonsR\"d~ Corncille, etc
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