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« Previous Page Table of Contents Next Page »ma, Andrés Rodríguez Ramon, en "DESDE EL OTRO AZUL", (6) obra de la cual trascribimos los siguientes pasajes:
al "El Oliente bíblico y c1ó:;ico; la vibracion grillga y
latina; el brote renacentista; la cenefa del mundo árabe ,," (pág 12)
bl "¡Oh! Lamento sublime,
.allí lanzado
frente a una tierra santa
01 otro lado:
hClcia el Oriente ungido, de relo y salmo, por profetas, patriClrcCls
y reyes magos". (pág. 291
c) "Y, por último, me queda que agregar la interpreta– cion que yo hago de esa "antigüedad" del cuarto verso", para no apaltarme del vocabulalio del poe– ta.
Ante esas tres palablos de su "EHEU'" n,os en· contramos "entre la catedral y las ruinas paganas", entre '''mi Roma, mi Atenas o mi Jerusalén" o Y hay que decidir Pero no es necesario divagar mucho entre los múltipl.es ecos que con tonta fuerza resue– nan por el Mediterráneo; pOlque después de la con– fesion de "antigüedad" leemos, a renglt'ln seguido, una invocaci.on al "Dios santo"; V, en la cuarteta fi–
nal, la alusion al Evangelio de San Mateo: "Voz de uno que dama en el desierto" Veamos, pues, que es el poeto mismo quien nos da la soludon Paro· dióndole podríamos repetir, con el comienzo de su oda A Rooseve\t, que nos conduce, "con voz de la Biblia", a la "roca, aceite V vino" del Oriente bíbli– .co Es cierto que Darío no lo visito; pMO también es cierto que, cuando escribío "AZUL " no había estado todavía en Francia; y bien sabem0s lo que, a este respecto, escribio Va/era en su muy divvlgada carta al poeta. Además, los que hemos recorrido
rJJtas bíblicas, podemos afirmar que "roca, aceite y
vino" son, por allá, palabras egregias Uno sola Visita a los multimitenarios olivos del huerto de Get– semaní es bastante para sentir la más impresionan· te "antigüedad", mucho más intensa que todas las que se puedan experimentar ante ros olivos de "los Getsemaníes" de la "isla de Oro". (Págs 46 y 47) Los comentarios en prosa y la interpretadon en ver· sos de Rodríguez Ramon, comprueban ampliamente la presencia de Israel en "EHEUI", poema fundamenfal en la lírica darianao
El Salmo de la Pluma es otro poema muy significa– tivo de Darío para probar su temprana indinadon por los motivos, símbolos, vocables, cosas y personajes ju– díos A este proposito dice el citado Oliver Belmás: "Gracias al archivero y escritor nícaragúense don Luis Cuadra Cea podemos hoy dar completa esta exten– sa composicion, que aparecio en 1889 en "El Eco Na– cional" de Leon de Nicaragua, poco después del regre–
so de Chile del gran poeta"
"En la obra tato I de Rubén Daría, El Salmo de la
6) Andrea Roarígu~ Ramón, LO tu:: TOn.oS y LO )).í;) SIEMPRE EN
LA POEi:>lA DE RuBEN DARlO --,-1- OESO': EL Ol'ho AZUL
The Schau.er l".rinth:~g Studio• .lnc .santa ,Bárbara. Calüornia" Esta...
i10l1 Unidos de AmériCa, 1959 Segunda Edición, 1962
Pluma es una composicion escrita seguramente, o oca· bada, a su regreso de la América del Sur, aunque tal
vez, empezada en Chile, durante sus últimos días Una carta de Rubén a Narciso Tondreau, fechada en Valpa– miso el 26 de diciembre de 1888, parece aludir a ello" "El Salmo de la Pluma" está dedicado "A España, Madre Pa\ria" y en él, Daría, muestra su saber escritura– rioo Recordemos que el poeta siempre viajaba acompa– ííado de la Biblia y el Quijote, libros que leyo y releyo durante toda su vida. Evidentemente Rubén se inspira en el Antiguo Testamento y quiere, con esta composi– ción, ser un nuevo profeta, un plofeta menor, que pene·
ti e desde el pi esente el futuro y, al mismo tiempo, un cantol poético-sapiencial El Salmo de la Plumo es una
)00 de ésta, lo que en lenguaje bíblico se llama un Te– hil-lim
Este sentido no se podía comprender hasta ahora que la Editolial Porrúa publica íntegra la composicion Los modulas seguidos por Darío son los "Trl'lnos o La– mentaciones" de Jelemías o (os "Salmos" de David, los cuales se precedían de leiras hebreas que, a veces, em· pleaban como acrosticos Y así sucede con los Salmos 9, 10, 24, 33 Y 36, entre otros, o como en las Lamenta· ciones 1, 2, 3, 4 y 5 Pero el verdadero modelo para Rubén es el Salmo 118, perteneciente al libro quinto de "El Salterio" (7)
la lectura atenta de "El Salmo de Id Pluma", que Rubén escribiera entre los veintiuno V los veintidos años de edad, pone de manifiesto lo expresado qnteriormen– te, como paso a comprobarlo en seguida En Aleph se ree:
"Y su potencio vasta levanta del guijarro con vida al PQnsamiento, cual levanto del barro
al primer hombre, Dios". (8)
en estos versos alienta un soplo bíblico; en ellos se siente el aire cálido del Génesis, de la creocion del hom· bre
!in Beth:
"Quién es el que se rinde? Quién es aquel cobarde que apaga con su lloro la llama viva que arde?
Quién es el débil, quién?
Ninguno Somos todos soldados escogidos. Los condores nos dicen en donde están sus nidos.
Somos hombres de bien". (91
Los versos arriba trascritos son anticipo del enfá· tico reconocimiento y de la contundente proclamacion de la bondad judía que realiza el Poeta en su artículo "Sobre Israel", en los siguientes párrafos:
"V luego, esos judíos son buenas gentes, por más que clame el odio secular contra ellos. El Negus tiene trescientos mil en su territorio, y son ellos los mejores ciucladanos. Es que el africano no les hostiga ni azu– za jauría alguna contra sus piernas. No se les apedrea como en Rusia, ni se les desprecia u odia como en casi todo el mundo occidental. Una vez escuché de boca d9 Charles Marice, una explicadon de la conducta del ju– dío, comparativamente, en Francia y Rusia. "El judío
7) !'Í"ólogo General e.e .Antonió Oliv.er BelmáB, Págti XX :1 XXI. Rubén
Dario, Azul • El Salmo de la PLuma. Cantols dé Vldi\ '7 Esparanu
y Otros Poemas Edito.rial Parrún, .5·A
8) El Salmo de la Fluma, Djl eit. l'á~ 91 i 9) Jhld • .1'.ái'o,1l2.
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