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« Previous Page Table of Contents Next Page »ya unidad y centro de gravedad era América latina: "Rubén era modernista porque ese era el modo, o la
moda, en su tiempo, de ser moderno Pero luego nos encontramos con él en otros tiempos Antiguo, sin an– cianidad, en nuestros siglos clásicos Sensible y sensiti– vo entre los románticos, musical y fugaz a la sombra del decadentismo Anunciador y profético -"escritor de avanzada"- entre nosotros" [2)
Independientemente de este problema de perte– nencia y de origen (étnico y literario), ¿cuál fue la orientClCion peculiar de su poesía? ¿Qué fue Rubén Do– lía, si no en la vida cuotidiana, al menos en su obra poética? ¿El cantor de la poses ion carnal? ¿El paga– no, epicúreo o fundamentalmente cristiano? ¿El soña– dor incorregible que cantaba la evasion de los confi– nes de nuestro tiempo hacia el mundo de la mitología
y el ámbito de los "pataísos attificiales"? Se han de–
fendido una u otra de estas opiniones
Nosotros quelemos intentar aquí un breve estudio sobl e los temas esencia les de la obra poética de Ru– bén Daría, siguiendo las líneas directrices que la atra– viesan desde los primeros versos que escribio a los tre– ce años [18S0), hasta sus últimas poemas, compuestos en vísperas de su muel te (J 9161 Basta una primera lectura, incluso rápida, de esta poesía, para ver que su eje central es el amor aunque no sea el único ni el más intensamente vivido Más artísticamente tratado, más profundamente sentido nos parece ser el senti· miento trágico de la vida, la conciencia desgarrada y
siempre en vela, la dualidad que no admite la paz in– terior Un hecho, sin embargo, es cierto: el clima amo· roso y erotico condiciona en lel obra poética de Daría los otros ambientes vitales
Intenc.ionalmente hemos puesto de lado los poemas políticos y sociales, los penegÍl icos consagrados a hom·
bres ilustres o a países, palCl no consideJOr sino el mundo intel ior del poeta ["el Reino interior") y la ex– presion de sus diversas manifestaciones Tendremos ClSí oCQsion de ver que su alma se mueve entre dos polos, entre el cuerpo y el espíritu, entre la pasion amo· rosa y lo lasitud espiritual, acosado a la vez por el elotismo y fa carnal Es esta cualidad la que formo la cal riente subterránea de la poesía lírica de Daría, las raíces de sus poemas más auténticos Trataremos de captar esta corriente y de descubríl estos raíces Jo más fielmente posible, es decir, en los textos mismos
l. CLIMA AMOROSO
Uno de las ideas fundamentales que encontramos ya en la poesía de los trovadores provenzales (y de sus continuadores en torla Europa occidental), es que la vida no vale la pena de ser vivida si el amor no colma el corazon cada día y no inspira todos las actos de la vida:
Ben es morl;z qui d'amor 110 sen
al cor calque dousa sabor 13)
El hombre debe c.omprometer su vida entera en este amor, diluirse en él:
2 Pnhlo Antonio Ct:ndra. llrólo~o 1I1 torno V de lu~ Obras CCllllplctB!I de Ruú(Sn Durio. Afiodísio Aguado ()Indlid 195:0. p 9
:\ Bel nard de Vento/lour. cd e Appel (BaUc. 1915). P 186, vs 8·9
"Bien fnlJcdo estA a<luel que TlO siente en el corazón a1ltún dul~e
sabor de nmol' ' '
1 lbhl. vs 5~G "COlaz61l}' cue'l"J)o y saber y sentido
J
y ium'za y POd<!l
he "uesto (¡JUlO
Cor e cors e saber e sen e for'e poder i oi
mes, (4}
Estos versos de Bel nardo de Ventadour, qlje pie· sentan al amor como rozon de ser del hombre y como exigencia de entrega de la personalidad, ilustran ama· lavillas la poesía amorosa de Darío que, en más de un aspecto, sobre todo en sus primeras obras, ,ecuerda a meclIJdo ciertos rasgos de la lírica provenzal
El amor ofrece la coyuntura poética y temática de las primeras composiciones de Rubén Darío En su li– bro Poemas de adolescencia (1878-1881), canta el SlJ–
frimiento amargo del amor mal correspondido, la que– ja del amante abandonado que se muere en una ti is– teza inconsolable la primera nota que encontramos en su gama amolosa es de inquietud y de tristeza:
y vi un alma que, sin calma, sus amores
cantaba en tristes rumores (5)
Pero estos poemas de amor, que no paseen toda– vía forma personal y auténtica, que por todos lados re;¡– velan influencias literalias y hasta cierta pose, nos muestran sin embargo la vasta cultula del joven poeta, testimonian sus numerosas lecturas literarias y nos in– d.icon sus pi ¡melas fUentes poéticas Estos poemas, en c!erto sentido, quizás pel renezcan más a la autobiogra– fla en verso que a la poesía propiamenle dicha Que Rubén Daría haya estado "apasionadamente' enamorado a los doce años (1), puede sorprendernos, pero podemos cleerlo Pero los calificativos y fas otli. butos que asigna a las muchachas de su edad no son de su invencion; asi, ingrata, ruda, feroce, etc, no nos parecen un grito personal Sufre la fuelte influencia de los poetas que acaba de leer (los medioevales o los románticos), toma e;¡n préstamo sus palabras, emplea sus imágenes y expresiones, hace suyos sus deciamato. ri?s gl itas de dolor No es siempre fácil, por esta ro– zon, determinar con exactitud que parte de;¡ estos poe– mas es OItificial, impersonal, y cuál le es propia, tan
~l~zcladas van las diversas inHuencias y la experiencia mllma
Esta definicion del amor, pOI ejemplo, ¿es verda– del amente suya?
Es un rudo y feroce tormento, lb}
y ¿qué pensaremos de esta desesperacion que se nos presenta como fa explesion de la decepcion plO– funda de un hombre que ha vivido demasiado? ¡Felices uque\los que nunca han amado! ¡Felices! ¡Felices, que no han apurado el CAlIZ TERRIBLE DE UN FIERO OOLOR!
¡Qué amargo es amor!
iQué amargo es el amor! Así exclamando, yo cruzaré el DESIERTO DE MI VIDA mostrando a todos MI PROFUNDA HERIDA,
que lágrimas y sClngre está manando, [7)
5 "A 'l'i.', n 22 CHmol);; POl 1~t\ ObrDH Cmnplct:lli. t V Agnado. (I\fa–
d1id. 1968. 1'74 pñL!s)
6 .. ,[ü Y Yo", l' 167
7 IbíU. p lliB Lus 6ubl:l.yados 8011 JHl~t1QS, salvo indicación en COI1
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