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« Previous Page Table of Contents Next Page »Si las robustas y claras inteligencias de la conven– clOn constitucional de 1787 no pudieron resistir del todo a Jas opiniones que dominaban en Francia y en Ingla– terra sobre la esclavitud, icuánto menos capaces de opo– nerse a las prevenciones del mundo europeo eran los pobres seres imitadores que la política española dejo en pos de sí en sus colonias americanas después de fa Independencia! En realidad, la esclavitud que les dejo España era demasiado poca para preservar su orden social En vez de mantener la pureza de las razas, co– mO lo hicieron los ingleses en sus colonias, los espaiio– les echaron sobre sus dominios continentales la maldi– cion d una raza mestiza Por lo tanto habría sido casi milagroso que los Estados hispanoamericanos hubiesen resuelto mantener la esclavitud al emanciparse Tan so– lo en los últimos años se ha empezado a apreciar en ros Estados Unidos el carácter realmente beneficioso y conservador de la esclavitud de los negros.
Durante mucho tiempo estuvo de moda considerar a los Estados del Norte de la Union federal como el ele–
mento conservador de la sociedad americana, y algunos siguen esta moda todavía Cierto es que los Estados del Norte son el elemento conservador del gobierno fe– deral, porque la Union es casi por completo una hechu– ra de sú voluntad y sus intereses De aquí que siem– pre hayan procurado afianzar el poder federal por me– dio de tarifas, bancos y grandes proyectos de progreso interno Pero un conservatismo como éste no afecta la estructura orgánica de la sociedad; tan solo determina su forma externa y su aspecto El conservatismo de la esclavitud es más profundo; penetra hasta las relacio– nes vitales del capital y del trabajo, y mediante el so– lido asiento que da al primero permite a la intelectua' lidad saciar avanzar audazmente pel siguiendo nuevas formas de civilizacion El confli<;to entre el trabajo libre y el trabajo esclavo es lo que hoy impide 01 ientar las energías dél primero contra el capital del Norte, me– diante el ingenioso mecanismo ge las urnas electorales y del sufragio \iniversal; y con dificultad se concibe cÓ. mo puede ponerse el capitól a cubierto de las embesti' das de la mayoría en una demécracia pura, sin el auxi– lio de una fuerza cuyo poder dimane del trabajo escla– vo
Después de la Independ~/'Icía, ros Estados hispa–
noam~ricanos aspiraron a est<;tblecer repúblicas sin la esclavitud, y la historia de cuarenta años de deSOlden
~ crímenes políticos es fértiJ en enseñanzas· para quien !Iene .Ojos, para ver y oídos para oír Extraviado por su Imagln?,cion, o más bien por su sensibilidad, Mr Clay defendlo la causa de la independencia hispanoameri– cana y pronostico un buen gobierno como resultado del mOvimiento La política preconizada por él fuá indu– dablemente juiciosa para los Estados Unidos, osi como par? Inglaterra, toda vez que abria las puertas de las
antiguas colonias españolas a otras naciones comercia– les; pela los efectos de la Indilpendencia no han sido
provec~osos para los pueblos de las colonias España
mantenla cuando menos el orden en sus dominios del Nuevo Mundo, y el orden, accimpañado de la exaccion r
algunas, veces hasta de la extorsion, ela preferible a a anarqula del llamado régimen republicano En Ni–
cara~ua regiones enteras cultivadas bajo la dominacion
rs~anola, se han convertido en eriales despuées de la
d~ epe~dencia; y el añil del Istmo, que hace apenas
hlezdanoser~ un valioso artículo de exportacion, casi a . esaparecldo del comercio.
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Pues bien, si España no pudo legar a sus colonias la sociedad independiente, debía surgir en el acto y automálicamente el plan de aplicar en ellas las leyes que han formado una civilizacion solida y armoniosa allí donde el angloamericano se ha encontrado en el mismo suelo con alguna de las razas de color. lq in– troduccion de la esclavitud negra en Nicaragua sumi– nislraría una cantidad de mano de obra constante y se– gura para el cultivo de los productos tropicales Te– niendo como compañero al negro esclavo, el hombre blanco llegaría o arraigarse allí, y ¡untos el uno y el otro destruirían el poder de la raza mestiza que es la perdicion del país El indio puro no tardaría en caer dentlo de la nueva organizacion social, porque no aspi– ra al poder político y solo pide proteccion para el fruto de su trabajo El indio de Nicaragua se parece mucho al negro de los Estados Unidos en lo fiel y dadl, así co– mo en su aptitud pOlo el trabajo, y pronto se asimilaría los usos y cosl-umbres de este último En su modo de ser pClfa con la laza que gobierna, el indio es ahora lealmente más sumiso que el negro americano respecto de su amo
Sin embargo, algunos podrán argumentar que el clima de la América tropical es desfavorable para el ne– gro africano Esta idea se ha propagado con motivo de los datos estadísticos que publico un oficial inglés sobre la vitalidad comparada de los regimientos de europeos y de negros en Jamaica Las cifras demues– tran que el término medio de la mortalidad es más alto en los regimientos de negros que en los de europeos, y
el Dr Josiah C Nott ha llegado a citar con ~logio esa estadística, deduciendo de ella que la América tropical no conviene a los afl iconos Pero las cifras del oficial británico pueden tomarse en otro sentido 'i probable– mente con mayor acercamiento a las leyes naturales No es el clima sino el oficio de soldado lo que tan rá–
pidamente acaba con los regimientos de negros en Jo·
maica Ningún género de vida tequiere tantq compren– sion, tanto conocimiento de las· leyes de la ,existenc:ia, tanta consagracion a observarlas como el de soldado. La gran diferencia entre un veterano y un recluta con' siste en que el uno sabe cuidarse y el otro no; pero nun– ca se puede hacer de un neglo un veterano; se queda siempre en la cendicion de lecluf~ y por (o tanfo los re· gimientos de negros tienen la salud y la vitalidad de los regimientos reclutas Ninguno que haya estado en la América tropical adnlitirá ni por un momento la exac– titud de la deduccion hecha a la ligera, fundándose en los cuadros estadísticos de los legimientos de Jamaica En Nicaragua el neglo parece esta¡ en su clima na· tural los que de Jamaica han ido allí están sanos, fuertes y pueden hacer un trabajo penoso. la Compa– ñía Accesoria del Tránsito los empleaba mucho en el río
de San Juan y la Virgen, y oun en los bongos del raga y del río soportaban la faena y el sol tan bien como los natulales del país Es más, la sangre negra parece afirmOl su superioridad sobre el indio indígena de Ni– caragua Algunos de los oficiales negros y mulatos del ejército legitimista descollaban entre sus compañe– ros por su valor y energía, aunque estas cualidades iban generalmente acompañadas de crueldad y feroci– dad
POI consiguiente la esclavitud negra tendría en Ni– caragua una doble ventaja A la vez que proporciona– ría mano de obra para agricultura, tendería a separar las razas y a destruir los ,mestizos! causantes del desar.
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