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naclon que pinta el verdadero carácter del negocio, se borrarían muchas de tas prevenciones que contra él exis– ten

La alianza de una filosofía escéptica y de un celo religioso ofuscado, fué lo que origino la opinion euro– pea sable el comercio de esclavos Por concentrOl su atencion en los abusos del sistema, los opositoles a la trata no vieron ninguno de los glandes aspectos del asunto Si nos pusiéramos a contemplar el Africa des– de el punto de vista de /0 historia univelsal, veríamos que durante más de cinco mil años solo fué uno coso peldida en los mares del mundo, que no desempeñaba ningún papel en fos destinos de éste, ni contribuía ele modo alguno al progreso de la civilizacion general. Su– mida en las depJOvaciones del fetichismo y manchada con la sangre de los sacrificios humanos, parecía uno sátira dirigido contra el hombre apenas buena para PID–

vacar el escarnio de los demonios contra la sabiduría, la jusiicia y la bondad del Creador Pero la América fué descubierra y el europeo encontro en el africano un auxiliar útil para someter el nuevo continente a las cos– tumbres y los fines de la civilizacion El hombre blanco saco al negro de sus desiertos natales y al enseñarle las artes de la vida le otorgo los inefables beneficios de una leli9ion verdadera Tan solo entonces empezaron a manifestarse en todo su esplendol la sabiduría y ex· celencia de la economía divina al cleal la pozo negra Dejo que el Afl jca pel maneciel a ociosa hasta el descu– brimiento de América para que pudiese conducir a la formacion de una nueva sociedad en el Nuevo Mundo A una raza fuelte, altiva, educada pala la libeltad en su isla del norte, dio la m'ision de ir a América y de ponerla baio el gobierno de leyes tibres; pero aquellos hombres poseídos del amor a la libertad yola igual~

dad, ¿de donde iban a tomal el contrapeso destinado a impedir que su libertad degenerase en licencia y su igualdad en anarquía o despotismo? Una \tez trans– plantados del rudo clima en que prospera la libertad,

¿como harían pata conselvar su precioso mayorai!go en la suave. atmosfera tropical que invita 0.1 desconso y a la molicie? ¿No ha sido acaso el africano reservado para este fin? ¿Y no es osi como una raza consigue ¡:lora ella fa libertad, otorgando a la otra el confort y

el cristianismo?

Pero el hombre, siempre víctima del engarío de sus vanos deseos, oscilando siempre entre opiniones ex– tremas y nunca estacionario en la posesion de la ver· dad, no estaba satisfecho del lugar asignado al africa– no en el plan de la Creacion y de lo Providencia Los predicadores del nuevo evangelio de la igualdad y la fraternidad no se contentaban con hacer comentarios sobre los horrores del middJe passage 1, o con Jlorar sobre las desgracias de hombres redimidos del cautive– rio de amos salvajes Si la trata de esclavos era cri–

minal, la esclavitud que la moti~a debía ser extirpada. Por consiguiente se hizo el ensayo en Santo Domingo y el esclavo, súbitamente libre de las sujeciones que le im– ponía la ley, se lanza al asesinato y o lo destruccion Entonces se resuelve hacer otro experimento con mayor prudencia, vigilándolo más de cerca La esclavitud es abolida en Jamaica y la isla se O/ruina. Parece que fuera acercándose el tiempo en que el homble, guiado

1. Con este nombre se conocía en la 1 uta de esclavos la parte del océallo Atlánticó complendida entre el Mlica y las Antillas. N. del T.

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por una filosofía menos vana, busque la verdad por otros caminos que no sean las maianzas de Haití o el empoblecimiento de Jamaica

Si las ideos que se oC<lban de explesar sobre el empleo del afl icono en la economía de la Naturaleza y de la providencia son exactos, \" esclavitud no es anolmal en lo sociedad ameJicana Debe ser )0 regla, no la excepción; pela para que así sea, es preciso es– forzarse y trabajar Los enemigos de la única forma original de civilizacion ame, icana son muchos y pode. rosos Se muestran lesueltos en su cletelminacion, no solamente de limital, sino de extirpar fa esclavitud El hombre que está () lel cClbeza de los muchos millares de pallidorios del trabajo libre en 105 Estados Unidos, ese hombre cuya firme voluntad y vasto inteligencia no flaquean ante las docll inas o los actos o que 10giC<lmen– te lo lleva su filosofía político, 1,0 declarado ya que abriga la esperanzo de ver I!cgcII el día en que no se pose ningún pie de esclavo en el suelo del continente; y sin embargo los f1arclganos de lo esclavitud dicen: "Descansemos un rato méls; crucémonos otra vez de brazos pcn a c/Ol 111 ¡tetl" StlaHord ciuerme, no obstante que afilan el hacho del verdugo para su eiecucion En los Estados Unidos la contienda entre el tloboío libre y el trabajo esclavo no solo afecto los intereses y la suerte de los que están inmediatamente empeñados en ello, sino también la fOltuna de todo el continente la cuestion consiste en sabel si la civilizocion del mun· do occidental ha de ser europea o americana Si lIe· galO a plevalecer el esfuerzo del trabajo libre para des,

terral del continente el trabaio esclavo, la historia de la sociedad amel icono se conveltilÍa en un pálido refle. io de los sistemas y prejuicios europeos, sin apoltar nuevas ideas, nuevos sentimientos o nUévos institucio· nes a la riqueza mental y. moral del mundo Conse– cuencia obligada del tliunfo del trabajo libre será lo destruccion, por medio de un ploceso lento y clUel, de las razas de color que viven en el centro y el sur del continente El trabajo de las razas inferiores no puede compétir con el de la raza blanca SI no se le ,da un amo blanco para dirigir sus energías, y sin la protección que les brinda la esclavitud, las rozas de color tendrán que sucumbir inevitablemente en la lucha con el frabujo li– bre Por lo tanto, un nicaragüense no puede ser espec, tadol indifelente de la lucha entre las dos formas de trabajo entablada en los Estodós Unidos; y si este nica· ragüense lesulto ser nacido y eduCCldo en uno de los Es· todos esclavistas de \0 Union, más hondo habrá de ser todavía el interés que le inspirq la lucha. En su mente se agitan las consecuencias que para la patria de su in– fancia y el hogar de sus amigos de la juventud tendría

la victoria de los soldados del trabajo libre Hombres del Sur, no creáis por consiguiente que la voz. que os hablo es la de un extranjero, ni de una persona que no se intel esa por el bienestar de vuestro país la que os insta pOlo descargar un golpe en defensa de vuestlO honor. de vuestras hogares y de vuestras familias an– tes de que el clarín del enemigo os intime deponer las armas ante una fuerza aplastante

El lenguaje de la verdad y del carirío no es el de la lisonja exagelOda ni el de la vil adulacion, y las pa– labras melosas del

COI tesc'mo conducen con demasiada flecuencia al pe/iglo yola muerte Por consiguiente no os disgustéis, hijos del Sur-ya que con vosotros hablo-, si la crítica de vuestlos actos resulto dura y

severa; pero examinad vuestra conducta y la de vues·

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