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ferrocarril que se proyectaba construir al través de Hon– duras· de este modo se dieron los intereses de lo civi– lizacibn americana CI cambio de las miserables ganan– cias de una compañía de ferrocarriles Yola vez que Nicaragua quedaba encerrada al norte por un tratado antiesclavista entre Inglaterra y Honduras, Costa Rica celebro un convenio con la Nueva Granada para no per– mitir nunca lo introduccion de la esclavitud en sus res– pectivos territorios los enemigos de lo civilizacion americana-porque tales son los enemigos de \0 escla– vitud-parecen ser más listos que los amigos ele ésta lfl fe que tenía Walker en lo inteligencla de los Estados del Sur para comprender cuál era la verdadera política que debían seguir, así como en su resolucion de llevarla adelante, fué uno de los motivos de que se diese el decreto del 22 de septiembre Su fe no ha fla–

queado; sin embargo, ¿como no sentir asombro al ver la facilidad con que el Sur se extravío persiguiendo qui– meras? Pero tarde o temprono los Estados esclavistas tendrán que apoyar sin discrepancia la política nicara– güense El decreto del 22 de septiembre no es el fruto de una precipitacion apasionada o de la impremedita–

cion; fijo la suerte de Nicaragua y oto lo Repúblico al carro de la civiliwcian americano Durante más de dos años los enemigos de la esclavitud han estado maqui– nando y conspirando paro expulsor a los nicaCClgüenses naturalizados de su país adoptivo; pero hasta ahora no se ha añadido uno solo barrera o los yo existentes, y el Sur no tiene más que resolver acerca de lo toreo de introducir en Nicaragua la esclavitud, para poderla lJe– var o cabo

Si para estimular a los Estados del Sur o que ha– gan un esfuerzo en el sentido de restablecer lo esclavi– tud en Centro América fuera nec-esario apelar a otras razones además de los que dicla el interés, éstos no es– casean los corazones de la juventud sudista respon– den 01 llamamiento del honor, y buenas armas y ojos de mirada celtera están esperando el momento de Ile– val adelante la política que ahora ha venido o ser el dictado del deber, así como del interés Lo cuestian en– tle lo esclavitud y sus enemigos está planteada en Ni– caragua, y es imposible que la esclavitud se retire de

la contienda sin perder algo de su valentía y ele su fa– ino la cuestian no es tampoco de meras palabras No se trata de una lucha depoltiva ni de uno corrida de cañas; los caballelos han tocudo los escudos de sus ad– versarios con la punta de lu lanza y el tal neo es a muer– te ¡Que la fortuna favorezca a los que mejor cumplan con su debel en la pelea!

El Sur debe hacel algo por la memoria de los va– lientes que descansan bajo la tierra de Nicolagua En defensa de la esclavitud aquellos hombles abandono· ron sus hogares, arrostrO/on con calmo y constancia los peligros de un clima tlopical y por último dieron la vi· da por los intereses del Sur Yo los vi moril de muchos modos los vi boqueando a consecuencia del tifo; los vi en las convulsiones de la agonía producida por los hon ¡bies golpes dél colero; los vi caer gloriosamente; víctimas de helÍdas mortales tecibidas en el campo del honor; pero nunca vi uno solo que se arrepintiese de ha– berse comprometido en la cnusa por la cual diela la vi– da Estos mártiles y penitentes de lo causo de la (ivi– lizacion del Sur merecen sin duda la gratitud que ésta puedo ofrecerles Pero ¿qué se puede hacer por su me– moria mientras la causa pOI la cual suflÍelon y murieron esté en peligro?

Si todavía hay vigor en el SUI--¿y quién lo du– da?- paro seguir luchando contra los soldados anties– c1avistas, que sacuda la modorra que lo embarga y se prepare de nuevo para el conflitto Pero al despojarse de la languidez y de lo indiferencia y sin perder de vis– ta las enseñanzas del pasado, que descarte los ilusio– nes y abstracciones con que los políticos han agitado sus pasiones sin provecho palO sus esfuerzos o realida– des y deje de estar azotando el aire con golpes vanos y mal meditados El verdadero campo para ejercer lo esclavitud es la América ti opical; allí está el natural asiento de su impel io y allí puede desarrolla, se con so– lo hacer el esfuerzo, sin cuidOl se de conflictos con inte– reses contl al ios El caOlino está abierto y tan solo se requiere tener valor y voluntad para recorrerlo y llegar a la meta ¿Querrá el Sur mostrarse digno de sí mismo en esta emelgencia?

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El AVANCE DE LOS ALIADOS

A pnnClp\OS de septiembre de 1856 el e¡ército de Nicaragua fué organizado con dos batallones de rifle– ros, dos de infantería ligera, uno de batidores y uno pequeña compañía de artillería El primer batallon de rifleros era el cuerpo más completo y mejor del ejército; tenía eSCQsamente doscientos hombres efectivos El se· gundo de rifleros solo era lo sombra de un batallan y su disciplina había sido poco menos que descuidada los batallones de infantería ligera eran más numerosos que el segundo de rifleros, y algunos de sus compañías, como por ejemplo la del capitán Henry del segundo ba– tallan, estaban bien ordenadas y en buen estado los batidores formaban tres pequeñas compañías manda– das pOI el mayor Waters y podían prestar servicio acti– vo El capitán Schwartz, con algunos artilleros, demos– tro ser competente paro organizar su cuerpo, así como

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conocer su profesian; habíc servido algún tiempo en ca– lidad de oficia! de artilleria en Baden durante los dis– turbios revolucionarios de 1848 lo fuerzo total efedi· vd apenas llegaba a ochocientos hombres

El general HOI nsby mandaba el departamento Me·

I idional con residencio unas veces en San Jorge y otras en Rivas o en San Juan del Sur Tenía allí varias como pañías del primero de infantería y la seccioh de artille' ría del capitán Schwartz, que apenas merecía el nom– bre de compañía El primelo de I ifleros estaba en Gro· nada y el segundo en Tipitapa al mando del coronel McDonald El segundo de infantería se encontraba en Masaya y 10 mandaba el teniente coronel Mclntosh en ausencia del coronel Jaquess El capitán Dolan estu– vo al frente de uno compañía de rifleros en Managua, pela hacia mediados de septiembre se mando allí 01

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