Page 98 - RC_1966_09_N72

This is a SEO version of RC_1966_09_N72. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

ñana del 13 Entre sus secuaces estaba un lenegado llamado Harper, el cual se había fugado de Granada en el mes de abril anterior poro unirse a los costarri– censes, porque su conocida condicion de reo indultado de la penitenciaría de California, impidio que se le die– se el pUElsto a que aspiraba en el eiército nicaragúense. Cuando Walker supo del ataque contra Granada dio en el acto la orden de que toda su fuerza se pre– parase para sal ir; temprano de fa mañana del J3 iba ya mOl chanclo de prisa en socorro de Fry y de su pe– queña guarnicion poco después de las 9 a m los ame– ricemos qué regresaban oyeron frecuentes descargas de fusilería en la· ciudad, y al acercarse a Jalteva encon– traron una fuerte columna enemiga, con un cañoncito de bronce, situada en ambos lados de! camino que ha– bía sido otrinchelado El coronel Markham iba a la vanguOldia con el primero de infantelÍa; el fuego de los Aliados era tan nutrido y certero que le impidio avan– zar durante un rato; pero 01 cabo de algunos minutos los americanos dieron una carga y el enemigo desapa– recio, dispersándose y de¡an90 abandonado el cañon En seguida el grueso de la fuerza nicaragüense avanzo rápidamente hacia la plaza príncipal, donde vio que to– davía ondeo~a su bandera, y la ciudad quedo planto libre de Alil'ídos. lavala dejo abandonada otra pieza de artillería, además de la que se le tomo en Jalteva, y

las calles quedOlon sembradas de cadávereS' dé 105 su· yos Varios prisioneros de notq y algunos heridos ca·

yer~t'l en mohos .de los nicaragüen~es

Al llegar Walker a la plaza svpo que Zavala había atacado la ciudad por la mañana del día anterior y que la pequeña guan1icion había estado peleando con los Aliados <;furante cetca de veinticuatro horas Los ciu· dadanos se portaron con Un valor digno de encomio y algunos de ellos recibieron, en defensa de sus nuevos

hogar~s, hendas que ostentarán durante toda su vida

El mayol Angus Gillis, registrt¡dor de la propiedad del depprtamento Orlental, había ido a Nicaragua para vengar la muerte de un noble hijo que cayo peleando en Rivas el 11 de qbril y mientras combotía con todo el vigor aI~ un joven contra el enemigo aborrecido que le ~abía arrebatado a su hijo, recibio una herida grave

y ~olorosa en la, cqra, que le daño para siempre un ojo y tal vez los dos A John Tobar, editor de El NicCl–

ragüense, le rómpielon el muslo cuando estaba defen– diendo el derecho que le asistía de imprimir y publico¡ sus opiniones en Centro Amél ica Douglass J Wilkins defendia el hospital, que estuvo casi todo el tiempo amenazado de un asalto, infundiendo algo de su indo– mita energía a los seres débiles y consumidos que ya– cían estirados en las camas o encogidos en las hama– cas de las diversas salas los oficiales empleados en las diferentes oficinas del ejército prestqron también muy buenos servicios en la tarea de rech<;Jzar /05 ata· ques de los Aliados El coronel Jones, jefe de la paga– duría, dirigio la defensa de la casa del gobie,no situa– da en la esquina de la plaza y el mayor Potter, de la artillería, sirvio bien en muchas partes, especialmente en el cuartel que estaba cerca de la iglesia Por pri– mera vEl;t desplego en esta misma ocasion el capitán Swingle ,la destreza y el valor que tan úfil le hicieron en opér&ciones posteriores .

los que por su profesior'l solían predicar la paz, tampoco creyeron indigno de su ministetio descargar un golpe en defensa de una causo vilipendiada y perse– guida por los hombres, pero que para quiEmes sabían

las razones de la contienda, era justa y saglada No pareceró extraño, tal vez, que Thol11as Baysie, juez de primera instancia, echase mano de un rifle para defen– der a la autol idad que le confirio su empleo; pero es probable que la conducta obselvada pOI el padle Rossi· ter, sacerdote cotofico recién nombrado capellán del eiélcito, llame más la atencion y se preste a un anólisis más minucioso Sin embargo, cuando nos entelemos

de 105 actos cometidos por los Aliados a su entrada en la ciudad, no ha de Sal prende! nos que hasta un sac:er– dote tomara las armas para defenderse de los ataques de quienes se portaron como salvajes Por esta razon habremos de referirnos a algunos incidentes ocurridos dural1te el ataque de Granada, que indican la clase de gue! ro que hacían los Aliados

Entre los americanos residentes en Granada figula. ba John B lawless, oriundo de Irlanda pela naturali– zado en 105 Estados Unidos DuranJe años había tia– bajado en el come, cio en el Istmo, principalmente en la compra de cuelas y pieles para expoltarlos a Nueva York De índole suave y modales inofensivos, había desarmado hasta la envidia glOnadina con la han! adez de su conducta y la integl idad de su calácter Duran– te las primeras semanas de fa ocupacion americana presto muchos servicios a los legitimistas, presentando sus pequeríos ag1avios y queios al general en jefe; sus intercesiones fuelOn siempre en favor de la laza del país y' poro protegerla contra la conducta impremedi– tócJa de los recién llegados Tan completa era la con– fianza qlJe le inspiraban los legitimistas en lo tocanie a su persona, tan perfecta la que tenía en la protec– don que le dabo su ciudadanía amel icono, que al pre– sentá,rsele la oportunidad de tlOsladarse a la plaza en busca de la seguridad que le bl indaban las armas ni– calagüenses, rehuso hacerlo, quedándose en su casa al entrar en <;d ciudad los soldcldos de lavala; y estaba precisamente desplegando la bandera americana en su puerta cuahdo los guatemaltecos le al roncaron de su hogar, llevándole a Jalteva, y habiéndole aCI ibillado a balatas allí, desfogaron sus pasiones salvajes hundíen do las bayonetas en el cadáver

y no fué lawless la única víctima de su violencia Un agente de la: Sociedad Bíblica Americana, el Reve renda D H Wheeler, fué sacado de su casa y asesina do del mismo modo que Lawless El Revelendo Wm J Ferguson, predicador metodista, fué también arran– cado de los brazos de su mujer y de su hija y corrío la misma suerte que Lawless y Wheeler No contentos con el asesinato de estas personas inofensivas, los bru– tales soldados de Carrera despojaron los cadáveres de sus ropas y los arrojaron desnudos como pertas a las plazas públicas Y en \0 casa donde se alojaba el

padre Rossiter cometieron los secuaces de lavala un ai men más negro todavía Cuando entraron en la ciudad las tropas guatemaltecas, los niños de un inglés recién llegado a Granoda y procedente de Nueva York esta ban comiendo Se hallaban sentados a la mesa un ni ño de seis años, dos niñitas, una de cuatlo y otra de dos, y la niñela Un sOldado que iba pasando frente o la ventana apunto con su fusil al inocente gl upo y ha ciendo fuego de ploposito deliberado mato a\ niño ins tantáneamente la niñera salvo a las muchachifos hu yendo a lo caso vecina mientras los soldados forzaban las puertas y ventanas de lo habitacion en que yacía el niño muerto.

76

Page 98 - RC_1966_09_N72

This is a SEO version of RC_1966_09_N72. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »