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los víctimas de estos desmanes se encontraban ba– jo la proteccion de la bandera americana; pero esta misma bandera era objeto de mofa y escarnio, de parte de los soldados que un salvaje ignorante habíp desen· cadenado en las lIahuras de Nicaragua. Cupndo los Aliados atacaron la ciudad, el ministro americano esta– ba a las puertas de la muerte a causa de uha enferme– dd que le ataco repl'lrtinamente algunos d~as antes En

los primeros momentos de ~Iarma, las senoras ~ ?tros no combatientes fueron envIados a casa del ministro; sin embargo, se hizo bien en mandar al mismo tiempo un pequeño s!-,!erpo de rifleros para protegerlos El mi· nistro no estaba en condiciones de hacerse cargo de las personas desvalidas q!Je llegaron a su casa; ,pero los anchos pliegues de SU bandera ondeaban frente a la puerta y se creyo que esto sería bastante proteccion contra los guatemalte¡;os; no obstante, cuondo el enemi– go se apodero de la casa vecina de la legacion ame– ricana, empezo a tilar sobre "la bandera de las estre· lIas y las barras" y a gritarle a Mr Wheeler que se saliese a la calle Todas las palabras escogidas de la obscenidad española $e añadieron al nombre del minis.

tro filibustero 1, y los antiguos legitimistas de Granada na dejaron epíteto de ,odio o de desprecio para la raza del Norte que no profiriesen Bien librado salio Mr Wheeler con que el secretario ele Estado americano te diera por aquel tiempo licencia de volver a Washington para informar sobre lo que estaba pasando en Nicara– gua¡ 10 tual equivalía' a decirle cortésmente que su go– bierno ya no tenía necesidad d~ sus servicios

los baia~ de los omericanos e¡n los combates del 12

y 13 en Masaya y Granada, fyeron algo más de cieh– to veinticinco muertos y ochentq y cinco heridos Hubo muy pocas e~' Masayo; la ma)lClr porte se contarpn en Granada. Desqparecieron algl.!hos hombres, éspecipl. menté de .losq¡Je el éoronel Fi$h~r ,Se llevo de M'osaya en la noche dél 12. ; Fisher re~r@so a Mosaya por otro camino que e! que Walker",hab¡ló tqmado en Id maña. na del 13 y ql lIegar'a los suq~fbjos de la ciudad tuvo la sorpresa de encol1ttarse COA un gran destacamento enemigo Apresurandose a

toMar uh sendero transver– sal hacia Diriá y Difiomo pu~o evitar durante algún tiempo al enemigo; pero no tl*:I0 mucho en vOlverlo a encontrar, aunqY,e n6 tan numeroso tomo antes los oficiales y botidores de Fisher notarón entonces que el fuerte sereno de la noche habi'd inl,ltilizado las carabi– nas Sharp, por haber penetrado la humedad entre la cá– mara y el cañon. Por último se separaron y algunos dieron prohto con el camino de Gronada; en cambio, otros tardaron varios días en volver. El teniente coro– nel Lainé, edecán del general lln jefe, fué hecho prisio. nero por los Aliados y fusilado Ton pronto como se supo con certeza en Granada su ejecucion, dos oficiales guatemaltecos; el teniente coronel Valderrama y el ca– pitán Allende, fueron fusilados en represalias

El enemigo tuvo muchas bajas en Granada Es probable que por la ri<;lFhe del 12 enterrase sus muertos de ese dIo, porque se ,ehcontrdron numeroSas sepulturas fre,scos en las cercaníQs dé 10* casas ocupadas por lós Aliados Además; cerca de cién cadáveres fueron se·

pu~t?clos por los americanos después de que Zovala se retiro a Masaya. Según los informes que se tuviéron, hubo también muchos heridos, no solo los que llevaron

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1. Eri casteliá~!,> ~n el téx.to~

de Granada, sino también los de Masaya en la maña· na y la tarde del 12

El vapor del lago, La Virgen, estuvo fondeado cer" ca del muelle, en Granada, dUlante los compates del

12 y 13, Y por la noche del 13 zarpo para La Virgen llevando a varios oficiales que regresaban a los Esta– dos Unidos y también al padre Vigil que se dirigía a Son Juan del Norte. En lo tocante a lo manera centro– americana de hacer la guerra, el cura de Granado era más instruído que el agente de la Sociedad Bíblica Mr. Wheeler, o el predicador metodista Mr. Ferguson; por· que apenas supo que los guatemaltecos estaban en Jal– teva, huyo a un pantano situado celca de la ciudad, es– condiéndose allí hasta que la retirada del enemigo fué cosa indudable Por la tarde del 13 vino a felicitar al general en jefe por la victoria contra los Aliados, y sus congratulaciones terminaron con la peticion de un po· soporte para irse en el vapor que iba a salir con rum– bo a la Virgen Y el buen padre no estuvo tranquilo hasta no verse seguro a bordo y fuera del alcance, a su juicio, de los temidos chapines. 1

Algunos días después del combate del 13 ingre– so en el ejército un elemento valioso, el coronel e F. Henningsen, que vino a Granada proce~ente de Nueva York con armas y pertlechos de artillena A la edad de' diez y nueve años comenzo el coronel Henningsen Su carrera militar a las ordenes del caudillo carlista Zumo·

lacórregui, y los servicios que presto' en España fueron una buena preparacion para la guerra de Nicaragua No obstante ser inglés de nacimiento había pasado casi tO'da su vida en el continente europeo, y después de la muerte de Zumalacárregui estuvo residiendo algunos años en Rusia Por úlflmo abrazo en 1849 la causa de la: inClependencia de HungríCl y vino a los Estados Uni– dos ,nacia el mismo tiempo que Kossuth Uno o dos días' después de haber llegado á' Granada se le nombro general de brigada, el'\comendándole especialmente la organizacion de, la artillería y la direccion de la ense· ñanza del m<:meio del fusil' Mihié. Muchos oficiale~

mar'lifestarongrah disgusto por el grado conferido a Henningsen; tampoco faltaron esfuerzos para fomentar prevenciones Contra él por cuahto no era americano; pero S\,J mérito triunfo pronto de la mayor parte de es' tos sentimientos¡' aunque en el pecho de algunos oficia– les se al'lido la envidia hasta el último día Con todo esto, Wcliker nuncci tuVo motivos para arrepentirse de la confianza que desde el principio le inspiro la capaci– dad de Henningsen 2

la competencia del nuevo brigadier no tardo en hacerse sentir en la organizacion de dos compañías de artillería y una de zapadores y minadores Henning– sen redacto instrucciones extensas y deta liadas sobre el maneio del fusil Minié, y bajo su Vigilancia se hicieron ejercicios de tiro al blanco con esta arma durante algu– nos dios Tuvo que luchar mucho contra la pereza y la desidia de los oficiales; entre éstos eran demasiados los que apreciaban más su grado corno excusa de hol– gazanería que como l)n incentivo para el cumplimien– to de difíciles y arduas obligaciones Obtuvo mejores

1. Apodo (¡ue se tla en Cenbo Amélicli a los guatemalté-

COl!. N del T. .

2 El notil.blee infortunado periodista :f1'l!ncés Félix Belly.

que tanto se i!lteresó a mediados del siglo XIX por la cons– trucción dél cánal de NiCaragua, dice que a Henriingsen sé le acus¡¡,ba de haber hecho un ,robo de diamantes. en musía v. Félix BeUy,'A travers l'Amétique cetitrale. París, ,1867.

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