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« Previous Page Table of Contents Next Page »término de otros tantas horas y conversó mucho con el General en Jefe del envío de un nuevo Ministro a los, Estados Unidos, por creerse que el Padre Vigil pre– fena regresar a Nicaragua Al mismo Jerez se le había hablado del puesto y Walker le dijo que si lo deseaba se le podría tocar el asunto a don Patricio para que se apresurasee el nombramiento El Ministro Jerez observó entonces "De modo que mi viaje a los Estados Unidos es ya una cosa resuelta", pero lo dijo en un tono tal que parecía insinuar que esto pudiera ser un pretexto poro deshacerse de él La respuesta inmediata fue solo en el caso de ser ese su deseo se insistiría en su nombramiento Este incidente pone de manifiesto el carácter de Jerez y las influencias que obraban enel ánimo dócil de Rivas 'r (Id) Los políticos democráticos habían acostumbrado a su pueblo a hacerles creer que los filibusteros eran sus salvadores, que por ellos tenían patria y hogar No midieron el doña que causaban con sus palabras, en esa gente ruda e ignorante, y más sobre todo en el elemento femenino de suyo tan impresionable " en las puertas y ventanas se apiñaban las mujeres vesti– das con todos los colores del arco iris fue llamado el General en Jefe al patio de la casa donde se alojaba y allí encontró reunidas mujeres de toda~ edades y clases para darles las gracias por haber protegido los americanos sus hogares " Cuando son las muje– res, las abanderadas de una causa, cuando ellas abier– tamente la sustentan, esta logra. al fin y al cabo en– raizarse en la conciencia nacional, los hombres se \len arrollados como en un torbellino Eso era lo que ha– bían conseguido los democráticos con esa práctica de alabanzas exageradas al elem.ento extranjero
Cuentan que allá por los albores de la revolución francesa, estando el infortunado Luis XVI rodeaqo dé los Granc;!es de su Reino, se oyó a lo lejos el murmullo de una muchedumbre que se acercaba al Palacio Uno de los cortesanos, hombre discreto y prudente, se aso– mó a una ventana, y al observar que entre la multitud que avanzaba armada, venían mujeres, le dijo al Rey estas palabras "¡ Majestad, estamos perdidos, vienen mujeres!" y salió huyendo
Llegaba Jerez a León dispuesto a apoyarse en su pueblo para romper con Walker, a no permitir que éste subiera a la Presidencia de la República, y encon– tró un abismo abierto bajo sus pies, abierto por sus propias palabras Debe de haber pensado como el cortesano del cuento Estamos perdidos, vinieron mu– ieres a darle la bienvenida al filibustero!
Se sabe por tradición que el General Jerez reunió en su casa a sus íntimos, para decirles "'Aquí tengo el puñal para metérselo a Walker en el pecho, (mos– trándolo) Ustedes -los que me acompañen- y
yo, nos abriremos la salida con nuestras armas, el que quede en el campo, ha muerto gloriosamente defen– diendo la Patria! ¿Me acompañan?" El más tímido contestó "No me siento con valor suficiente para ta-maña empresa" Los demás estuvieron de acuerdo con el cobarde Jerez les repuso "Yo solo lo mataré Tengo que lavar con sangre esa mancha" Jerez llegó solo, pálido y emocionado, palpitábale el corazón con
El sabía que se estaba jugando la vida, que aquí en Granada no tenía para dónde huir, mientras que en León, cerca de la frontera hondureña, en pocas horas podría traspasarla En cada yanquí que entra– ba a su oficina, veía al que lo venía a ultimar, no podía continuar su vida así!
No obstante la estación lluviosa, que ponía in– transitable los caminos en aquel tiempo, el gobierno se trasladó a León
Oigamos a Walker Con mano maestra nos da-rá soberbias pinceladas en cortísimos renglones, ja– más, mente humana, ha retenido con caracteres tan vivos y relevantes, los cuadros que él presenció Y cuando tiene oportunidad de referirse a Jerez y a don Patricio, se verán al natural, las sospechas que le es– taban mordiendo el alma
"Walker llegó a León el 4 de Junio y fue recibido con el mayor entusiasmo A la entrada de la ciudad vinieron a encontrarle todos los funcionarios del go– bierno y del departamento Las calles por donde pasó estaban atestadas de gente que daban a gritos la bien– venida a sus libertadores como llamaban a los ame– ricanos en las puertas y ventanas de las casas se apiñaban las mujeres vestidas de todos los colores del orco iris Se había preparado una fiesta para la oca– sión, pero antes de sentarse a la mesa fue llamado el General en Jefe al pafiO de la casa donde se alojaba, y allí encontró reunidas mujeres de todas edades y clases para darle las gracias por haber protegido los americanos sus hogares Por la noche vinieron mú– sicos a cantar canciones en alabanza del valor ameri– cano, y ¡os versificadores de la localidad -que no eran pecas- prodigaron los sonoros versos castellanos para glorificar a los extranjeros que habian libertado a Ni– caragua de la opresión de sus enemigos Todos pa– recían rivalizar en sus demostraciones de respeto y benevolencia para con los rifleros y los batido-res " (99)
Esas demostraciones agradaron sobre manera a Walker, veía el terreno preparado para sus próximos planes, sin embargo, esas adulaciones populares no obstante de observar que eran espontáneas, no le apla– caban las sospechas que ya se le había metido _entre ceja y ceja Los miembros principales del Gobierno, le estaban engañando, eso observaba él con perspica– cia aguda, y así era en efecto Oigámosle
"Pero en medio de la alegría general era fácil ver que algunos de los hombres del gobierno no estaban contentos por el entusiasmo que mostraba el pueblo ,El semblante de Jerez pareda nublado y él se veía Inquieto y nervioso, Rivas también parecía tan preocu– pado como antes en presencia de Walker" (100) Esa alegría general ante Walker tenía a Jerez en la condi– ción de fiera acorralada
"En la tarde anterior a su partida visitó Jerez a Walker varias veces, se mostraba inquieto y nervioso, COSa insólita en él Llegó tres o cuatro veces en el
mitió a los democráticos la petición de Walker y ellos entendieron que lo que éste pretendía era la Presiden– cia
H)9) Guella de Nic~Ha~ull pitg 192 Y 193 (lOOl GUl'lla de Nicat'ar,U8, Pórr 193
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