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de 3 ó 4 días Incontinente nos dirijimos con todos mis c:hincll0l'OS a la casa donde me esperaba un va– queano que habían dejado lisio, gastamos el tiempo esencialmente necesario, cinca miIiutos a lo sumo y nos pusimos en marcha a pié por una vereda, el va– quero iba con su mujer que cargaba una batea lle– na de cochinadas con que usan andar las de su clase, tales como comestibles, trapos, flores, etc y él con un mecapal de burillo llevaba a cuestas una enorme y pesada piedra de moler Miguel me fué a encaminar para ayudarme á llevar mi equipaje con· sistente en un par de alforjas de vaqueta y un saco hulado con ropa y llegó hasta el campamento de un trabajo de potreros que están haciendo los fran– ceses de San Emigdio, un poco más de una legua distante de la casa de Cuajiniquil Unas horas tar– daríamos para llegar al campamento en donde des– cansamos un rato a que almorzara el guía entrete– niéndonos mientras tanto Miguel y yo en comer gua– pinol que abundan en aquenos sitios. Las 11 % se– rían cuando me despedí de Miguel con hario senti– miento de separanne de tan excelente compañero, él iba a embarcarse con rumbo a Zapatera y yo to– mé con el guía que carg6 con mi equipaje el de Ca" palchi extenso sitio en territorio de Costa Rica don– de hay varias fincas, el sol era sotocant-¡ y el cami– no muy quebrado, cubierto de lajas secas que eran tan resbalosas que sin hipérbole podría decirse que desandaba la mifad de lo que caminaba contribu– yendo en mucho á esta marcha de retroceso las botas que calzaba que eran nuevas; Poco antes de las 3 de la tarde llegué a la finca de DoJoJ'·es CJ1évez y este buen amigo me condujo a San Dianas de Iouis Mena, la cual dista de la de Chévez poco menos de media legua Encontré en San Dimas a Mal'glUita Monii1!l y a Don José Ch8lllol'I'o que había llegado huyendo dos dias anfes El vaqueano que me con– dujo no quiso llevanne dheetamente a la úUima fin– ca que hubiera sido más coria, porque según averi– güe, fuá él, uno de los que condujo a la escolta que violando el territorio de Costa Rica, fué a sacar a Luis Mena de la refelida finca para conducirlo pre– so a Managua Casi agotado por el cansancio y la tremenda asoleada, preterí un traguito de sabrosa cususa que allí encontré; dí una gran almorzada y

me dormí profundaznente en una haznaca hasta las 5 \2 de la tarde que me levanté un tanto repuesto del cansancio y de las desazoneS son cuentos que su– fren los perseguidos

4 DE ABRIL

El 4 de Abril (viernes I pasé casi iodo el día le– yendo en una hamaca de la pieza en que acostuzn– hraban poner las gallinas que casi no zne dejaban leer con sus destemplados Y mon6tonos gritos. La

cuchara de MilI'!Jarila se esmeraba en prepararnos apelliosos platos, lo que unido a la confian2:a relati– va cuando nos veíamos fuera del alcance de Zelaya, hacía que comiéramos mejor que bien y con suma tranquilidad. Cozno a las 6'h de la farde después de comida, montamos a caballo y nos fuimos a las Vuel. fas a buscar un dormitorio que ofrezca mayor segu– ridad, precaución que tomamos por el temor irre– sistible que le entró a fío José de que llegaran de Nicaragua a tomarnos presos, desatentada violación del territorio costarricense qUe ya en otra ocasión re-

cuerda había cometido Zelaya cuando entregó a Luis MEma de la finca de su propiedad en la que a la sazón nos encontrábamos y quien vivía allí tranquilo con su esposa y su pequeña hija dedicado exclusiva– menie a sus labores agrícolas Donní con Fabio

Guena completamente a la intemperie en un potre– ro de sitio de fío José en una ha=aca que le pu– simos en un ranchito pajizo dormitorio de gallinas que coznetíeron la impn¡dencia de ensuciarlo

5 DE ABItIL

El 5 de Abril {sábado}. después de tomar café donde Grillo volvimos Fabio y yo a San Dimas don– de pasarnos el día y después de comida salirnos a dormir a las Vueltas en una tinca de los Marice en– tre las de Dolores Chévez y Gallo, esta vez el dormi– tOlÍo fué mejor en un tabanco de tablas anchas de pochote tan extenso como un aposento que tendría como 5 ydas en cuadro

6 DE ABRIL

El 6 de abril (domingo), com.o a las 5 de la mañana el rnayor de los hermanos Marice recibió de Sapoá un telegrama que le anunciaba la trágica muerte de su cuñado Fentando Maliaños quien fe– nía dos Ineses de casado con una de las hermanas de aquel, que a toda prisa se preparó a emprender la marcha para Rivas en una magnífica mula Nos desayunarnos con una lata de sardinas, un trozo de queso seco y la mitad de una tortilla. pero yo preferí al café con leche, chocolafe de leche del que nos to– mábamos buena jícara que yo mismo batí Fabio y

yo molíamos pa.ra tío José en una piedra que estabB abandonada hacía muchos días y por ende sucisima, previa bue.na lavada, por supuesto, un pedazo de queso de=asiado duro para él que ya la dentadu– ra no le ayudaba La tarde anterior había negado a las VueUas un mozo del Jobo, Manuel Díaz, criado un mo2'O salí yo de viaje para la finca de los Morice

y en el de su familia a tío José y llevándole una caria y abundantes provisiones de boca Después del café fui con tío José a San Dimas, donde almor2'a mos y dos horas después habiendo ido antes al po trero en busca de la bestia que se la había llevade un mozo salí yo de viaje para la finca de los MoricE donde =e espe.'aba Fabio y Manuel Díaz para irno: a Libería. Salimos de donde los Marice cozno a las 4 1,

de la farde y caminamos en gran oscuridad hast; las 12 de la noche que llegamos a El Potrero. finc' de ganado en fonnación del súbdito español don Pf pe ~eo. Dormimos en el llano como 500 varas pf sadas de la casa de la hacienda donde en vano qu so Manuel desperiar a uno de los hijos del señor Fe que debía entregarle el recibo de una bestia E una de las casifas del camino habiamos comido co mo a las 8 de la noche con una lata de conserv¡ que llevábamos acompañada de tortillas que á fue

za de muchos ruegos alli nos vendieron

7 DE ABRIL

Abril 7, (lunes) Moniamos á las 4 de la ro

ñana y emprendimos de nuevo la marcha con tI lTlala suerie que el guía Manuel al salir no lTlás p'

dió el camino y perdimos más de dos horas buscÉ dolo inútib:nenfe, hasta que guiados por el canto los gallos volvimos a la casa de I'eo, donde un h

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