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« Previous Page Table of Contents Next Page »humo espeso que se desbarataba lentamente con el aire
Parecía que iba a seguir lloviendo, pero el sol sa– lió al rato y toda la mañano hubo sol y una silampita nada más al medio día
Nadie se volvió a acordar del maitro Julián Temprano en la tarde ya andaban en la calle al– gunos picados y en la noche, desde temprano donde la Mondragón empezó la bailadera
Se oía de largo la victrola sonando y la gente que salía hablando y riendo a la calle
Ya noche, don Chico quitó la lámpara de la puer– ta, metió el butaca y se fue a acostar Estuvo dán– dose vueltas un rata y después se durmió,
Al otro día, temprano todavía, la Petrona no es– peró a que don Chico abriera, sino que entró donde
estaba acostado y tocándole el brazo, lo sacudió
-j Don Chico! j Don Chico! -lo lIamó- figú-rese que anoche se fUe la Tica con Payín ¡no va erer!
DQn Chico se enderezó lentamente, se puso el pantalón y los zapatos, abrió la puerta y se vino a aso– mar afuera
__"j Monjarréz! j Eih! j Morjarréz!" -oyó don Chico gritar a la Petrona desde el patio
-.-"¡Qués aquí estoy!" -le contestó la vecina Don Chico se arrimó a la baranda riéndose Una gallina se voló de un palo cacareando De la loma alguien gritaba Como era lunes, empeza– ban a venir los batos de Pocosol, de Santa Cruz y otros botes que saJian temprano a pescar
FRANCISCO
EL
hombre abrió la puerta y vio que todo esta– ba oscuro afuera No había luna ni luz en las otras casas, sólo algunos hachones pringados en la hierba -Va a llover -dijo el hombre Este bochorno es de agua Dio la vuelta y se volvió a meter
-No es tarde todavía -pensó, y se vino a acos– tar Se pasó la mano por el pecho sudado y se res– tregó las canillas
-Tengo miedo -se dijo Sí, tengo miedo Yo nunca me he metido en nada, pero ahora ya está, qué vamos hacer
Después se quedó ahí en lo oscuro con los ojos abiertos Por la mente le pasaban figuras y figuras, como si se hubiera puesto a hojear una vieja revista. y así se veía él, cuando estaba en la Aduana, en el
tiempo que vivió en el puerto Entonces trabajaba c@mo carguero y cuando había necesidad, hacía de motorista del pequeño remolcador que pasaba los bul– tos pesados a los otros muelles Aquellos días, ahora los recordaba bien -sobre todo el sol del verano y el calor- Mucho le había gustado siempre el calor y el solazo de los muelles, y los pringues de agua al le– vantar los mecates entre las renglores ennegrecidos del muelle viejo El sudor que le corría ahora por el pecho, le recordó los días cuando le tocaba trabajar en los lanchones, y volvía rendido y se echaba estirado junto a la bodegl,lita, en el piso de la orilla, red!?iendo la brisa del lago al mediodía, con los ojos ardiéndoles del gran resplandor y esperando oír el golpe del riel y el grito de la gorda en el otro olero del pasadizo A Comer! A comer! Y cuando se enderezaba Me parece que lo estoy haciendo ahorita -se dijo-· le quedaba el cuerpo pintado ·con el suoor sobre las to– bias, lo espalda, el círculQ del pelo, dos marichas grandes de los hombres y los brazos a la orilla del cuerpo y estoy con miedo -se repitió
-Pero no hay nada que temer A ver! -pen–
só-- se levantó un poco alzando la cabeza, se enderezó
y se sentó a la orilla de la tijera Vaya repasar lo qUe tengo que hacer Y empezó lo primero es espe-
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rOl la llamada son tres veces Vaya ok una pie– dra caer sobre el tejado tres veces Como mi casa es la primera al subir la loma, ,esto quiere decir, -se explicó- que ellos van a venir de abajo Cuando caiga la última piedra, espero, debo contar lentamente hasta ciento ochenta, esto quiere decir que son tres minutos -se volvió a explicar- es el tiempo que tie– nen calculado que gastarán en atravesar el solar Ojaló lo hagan por el lado de los palos de resedo -Así le dije yo al doctor -record~ Para que me metí yo en ésto! -volvió a pensar- bueno
~recapacitó-- sigamos Entonces yo abro una sola hoja de puerta y espero a un lado Un hombre se va a aparecer
-Qué hora es? -me va a preguntar, y yo le voy a contestor - Son sólo ~3 Y me va a volver a decir -'-Eso será tomo hoy' que es 23 de Mayo Esa es la clave Yo debo tener listo el cuchillo porque en cualquier momento Ud debe usar el cuchillo y huir, me dijo el doctor, y se interrogó enseguida y podría matar yo? Y se contestó -Bueno lo que yo haría, francamente es volarle la puerta encima, Sigamos -dijo-- Yo los !levaré al lugar, lo importante está en pasar el peñón del resguardo lo mejor sería pasar por allí oscuro Yo sé que allí sólo está un gl,.lardia, un pobre guardia enfermo Yo ya estuve hablando cori él ayer en la tarde Ya le expliqué todo eso al doctor Pero para evitar cl,lal– quier contratiempo es mejor pasar detrás de la caseta
y doblar a la derecha hasta el ¿erco que queda junto al charco Los rifles los van a llevar en unos sacos, la máquina la lleva uno de los muchachos Cuando entremos a la montaña, ahí seré yo el que manda, yo calculo que serán tres días hasta la costa, a la Punta de Coral Con los anteojos del doctor divisaremos el barco Todo un día vamos a gastar en desembarcar las remas y todavía un día más para esperar al otro grupo que recogerá las armas y las va a llevar hasta los chiqueros nosotros vamos a volver por el mismo camino o seguiremos, , quién sabe
La noche era bien oscura. Todo va bien. Hasta
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