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Por lo cabeza de la mujer pasó todo, como cuando pasa una ráfaga de viento y todo Jo alborota Se cae un traste al suelo y se derrama y al levantarlo todo se ha ensuciado

La vieja tartamudeó -¿Qué qué te ha pasado? i Decime!

¿Que no soy tu madre, pues ?

-¡Ah si estoy fregado ! -se lamentó el hombre

La mujer se sentó a un lado con la cabeza incli-nada como si se fuera a dormir o a morir

El hombre se levantó, se arrimó al pilar de la casa y levantando el brazo se agarró del poste -Tal vez ya me andan buscando -dijo y

miró

Q lo largo del patio Por allá se veía la luz de una casita de la orilla y un perro aulló por el arroyo. -¿Alguien me vio venir? -le preguntó -Yo le mandé a decir que no le dijera a nadie que iba a venir ¿Que no le dio \a razón el muchacho? La mujer no le contestó

El hombre le puso la mano encima de la cabeza La vieja sintió el calor y el peso de la mano, entonces levantó él1a su mano y la pasó por encima de la mano del hijo

-Si no es culpa mía -dijo el hombre.L- ¡Quien wbe ! -y pensó Si yo ya me iba a componer Yo dije me voy ir onde mi mama y voy a trabajar oha vez ¿Me está oyendo, mamá ? -Si -cabeceó la mujer

-Pero allí nomós me viene entonces la vaina -le

expJicó- Es como una culebra i Sí, mama !

i Como uno culebra que me pasa por encima de los ojos Como una tira que me tapo una telaraña en la vista y entonces se me viene un salival a la boca y no se después

FigÚI ese que yo me había ido a Tisma -siguió hablando el hombre- o buscar trabajo ande un don Luis Mejía Un amigo mío me dijo que pagaban bien Allí empecé a ayudar en la composición de un molino Como a los días, un tal Manuel que era el soldador me llamó afuera, j yo ni sabía para qué ! -Ve -me dijo- ¿Te querés meter con nosotros en un volado?- y en eso, yo vi en la caro del hombre lo risita y la carita de la culebra

La vieja levantó la cabeza -j Eso es el mal! -dijo

-Bueno pues -siguió el hombre- entonces Manuel me dijo Si no hoy nada que hacer y me explicó que el día de pago nos volviéramos y nos lleváramos los reales que don Luis guarda adentro, que como los sábados él se picaba, ni cuento se iba a dar y nosotros nos largábamos Como yo era nue– vo, ni conocía bien la cosa, entonces me respondieron que yo solo iba a vigilar afuera Yo les iba a decir que no, pero otra vuelto lo culebra ! Vi la cule-

bra mama!. y lucho a ver si les decía que no pero no quería que fueran a creer nado Lo vieja suspiró, suspiró duro como si quisiera coger el aire que se le iba de ella misma y 01 coger aire, sentía que le hacía daño adentro como si tuviera el asma

y entonces -siguió el hombre hablando-nos fuimos ese sábado, yo estaba -y se interrum-

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plD- Pero no se lo diga o nadie, mamo -¡Acuér– dese que Ud es mi momo! -y siguió-- Hicimos así como le dije Entramos de noche al cuarto que daba al otro lado de unos palos El hombre, don Luis estaba levantado, lustrando unas botas estaba, sen– tado en un taburete allí a la orilla de lo lampara

-j Qués (Ay ! -gritó don Luis cuando nos vio entrar a nosotros y asustado voló a un lodo el zapato que tenía

Yo no vi más moma ¡Si yo me iba a quedar afuera pela la escopeto me la posó Manuel a mÍo y yo le disparé 01 hombre en la cara cuando él se me voltió Después -siguió contando el hombre con la voz que se le había puesto como hueca- yo solo veía ruedas y ruedas, como culebras que me andaban encima como culebras! -repitió medio llorando, y se dio vuelta agarrado al poste y con la otra mano se sacudió las narices, sonando como hoce un animal cuando resopla

La noche estaba ya acabando y se veía apenas lo claro Las casas más cercanas estaban repartidas en todo el lugar El arroyo seco lleno de basuras sepa– raba fa casa que quedaba como encaramada en unos matorrales El patio era pequeño y seguía un cami– nito hasta el arroyo y salía después a un camino más ancho hasta dar con la calle Solo allí había un pos-te de luz Lo demás estaba oscuro

El fuego del cocinero yo se estaba apagando y el aguo del jarro se consumió

Parecía que nada había pasado La vieja sen-tada y el hombre parado a un lado

Entonces se oyó un ruido que venía del otro lado y por el poste de luz se vio aparecer un jeep con los focos encendidos

-j Esh ! -gritó el hornbre- j Son los guar-dias ! -y salió corriendo paro los matorrales Lo vieja alzó lo cabeza para ver Los faros del

jeep alumblaban alto y vio venir unos guardias co–

n ¡endo que bajaron el arroyo y otros hombres que salieron de la loma

Uno de los guardias que traía el rifle en la mano se le acercó

-¿Onde estó? ~Ie preguntó

La vieja lo quedó viendo hado mós El guardia

lo apartó volándola o un Iddo y se metió al cuarto Con la punta del rifle levantó el mosquitero

-Al\(, no está -le dijo al otro guardia que lo esperaba afuera

-Ha de haber cogido poro atrás --le dijo el otro guardia Entonces solieron los dos corriendo para el

lado de Jos matorrales

-Aquí está la camisa -dijo uno de fas hombres q\,le se había quedado ahí, levantando la camisa del suelo y volviendo o ver o la vieja

-Por ande cogió? -le preguntó el hombre La vieia encogió los hombros y dejó caer los bra–

zos sin fuerzo buscando como mareada donde arri' marse cuando se oyó el tiro detrós de la casa y

entonces los otros hombres se fueron corriendo para

alió

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