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grado Coraz6n de Par's murió en la misma forma qUe su hermano el Obispo.

La versión del envenenamiento del Obispo circuló también en el resto de Centro América y entre los que la creían estaba el notable historiador guatemalteco li–

cenciado don Lorenzo Montúfar, quien atribuía el hecho a miras políticas Esta errada versión le fué combatida con buena copia de personas por un amigo del Obispo, y el Dr. Montúfar después de oírlas y tener la amabili– dad de escucharlas, concluyó por decirle al amigo con quien conversaba:

H Acaso, señor tenga Ud. raz6n"_ Esta conversación se relata en un artículo aparecido en Granada en 1900 y firmado Un contemporáneo" (l l.

Más aún, el Obispo escribió a su amigo don Justo Abaunza, en Noviembre de 1852, pocos meses antes de morir, ésto: "Castellón se ha reconciliado conmigo, más como sólo Dios sabe el corazón, yo no me los fiaré jo-.. más de este aspirante falaz". (2)

Derrotado en las elecciones de 1851 por su opositor el general don Fruto Chamorro. Castellón no aceptó de buen grado su derrota y, en unión de otros amigos su– yos trató de organizar un movimiento subversivo en contra del general Chamorro. Este jefe, después de haber mandado instruir reservadamente un proceso y convencido de la culpabilidad de los acusados, mandó reducir a prisión a Castellón, al doctor Máximo Jerez y otros más, y los desterró del país.

Castellón y Jerez, llegaron a Honduras y el general Tlinidad Cabañas, a la sazón presidente de ese país les aceptó amistosamente y les facilitó elementos de guerra para iniciar una revolución invadiendo Nicara– gua.

El año de 1854, Castellón y sus compañeros inva– dieron el país Orgonizóse un gobierno provisorio bajo la presidencia del licenciado Castellón y se nombró Je.. fe militar al general Jerez. Este movimiento revolucio– nario es conocido en la historia nicaragüense con el nombre de deml?crático y los partidarios de Chamarra, se decían legitimistas.

La revolución tuvo éxito a sus prinCipiOS y llegó a dominar gran parte del país situándose con sus fuerzas, en el barrio de Jalteva de Granada con objeto de tomar esta ciudad. Fortificóse en la iglesia del mismo nom– bre y mantuvo sitiada a la ciudad sin poderla tomar, por algo más de nueve meses, auxiliado en su empre– se por fuerzas reglares de Honduras.

EllO de febrero de 1855 el General Jerez, en vista del fracaso de sus fuerzas, abandonó el campamento de Jalteva y se retiró a León, casi derrotado.

Antes que el General Jerez abandonara Jalteva. Castellón notando que con sus propias fuerzas no po– dían vencer a las legitimistas del general Chamorro, y

cegado por la ambición y la pasión políticas, celebr6 un contrato con el norteamericano Byron Cale para que és-

(1) Rev de la Academia de Geoglafía e Histolia de NicuJ.agua. (Tomo III N'" 3, Managua-1940).

(2) Revista de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua. Tomo 111 N'" 3 Managua 1940.

le tralese a Nicaragua 200 norleamerlcanos armados, los cuales deberían prestar sus servicios durante la gue– rra, organizados con oficiales elegidos entre ellos mis– mos.

Byron Cole traspasó a William Walker el contrato de enganche y éste se presentó en Nicaragua en ese mismo año de 1855.

Esa invasión filibustera provocó la desastrosa y oso– Ia.dora guerra nacional en la cual tomaron parte 105

ejércitos de Guatemala, El Salvador, Honduras y Costa Rica para sacar a los filibusteros de Nicaragua.

Felizmente, lo guerrq terminó en 1857 con la de– rrota de Walker en Rivas y la entrega incondicional de este aventurero al Comandante de un buque de guerra de los Estados Unidos, surto a la sazón en el puerto de San JUCln del Sur.

El Licenciado Castellón murió del cólera en León, en 1855, en los momentos en que Walker y sus huestes po– nían pie en Nicaragua. No se dió cuenta de lo terrible que fué para su país y para Centro América, la llegada de esos filibusteros para intervenir en nuestras contien– das civiles.

El historiador Gámez inserta, en su historia anterior... mente citada, varias cartas del licenciado Castell6n al Presidente del Salvador, don Juan Lindo, (ustificándose de la medida tomada por él Pero los hechos vinieron con su trágica y dolorosa verdad, a comprobar que aquél paso tan violento, fué desastroso para Nicara– gua El país quedó asolado. Miles de víctimas cen– troamericanas cayeron en Santa Rosa de Costa Rica, en Rivas, San Jacinto, en Masaya, en Granada, y en otros lugares Sin embargo, la prueba a que fueron someti.. dos los pueblos de Centro An1érica durante los años de 1855 a 1857, puso de manifiesto el heroísmo y el patriotismo de sus hijos en esa epopeya centroamerica– na, realizada en ciudades y campos nicaragüenses, lu.. gares que, por más de treinta años antes de 1857, su– frieron el flagelo de las luchas fraetricidas manteniendo el caos y la anarquía en ellos; época de barbarie ésta, en donde los asesinatos y fusilamientos políticos, el sa– queo, el robo y los incendios ocurridos en la tierra de los Lagos estaban a la orden del día desembocando en la traída de filibusteros que aumentaron, con creces, las depredaciones y las violencias sufridas por el pueblo ni– caragüense en ese periído el más trágico de su historia.

Pero también hay que recordar aquí, que del caos y de anarquía que ensombrecieron el azulado cielo de la tierra de los Lagos y de los enhiestos volcanes en aquellos pasados años hasta 1857 en el siguiente año desde el Oriente del país alumbró de nuevo el brillante sol de la paz y el orden y, gracias a sus patriotas hijos, surgió de sus cenizas la Sultana del Gran Lago y el país todo, recobró sus energías y sus habitantes vieron llegar con júbilo en 1858 el principio de una era de prosperí– dad para su país período de paz y de progresos que en la historia nicaragüense se conoce con el nombre de "gobiernos de 10$ treinta años".

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