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des, fuero de todo opresión y 01 abrigo de situaciones que ofenden su dignidad de hombres, ser mós instruí– dos, en uno palabra, hacer, conocer y tener mós para ser mós tal es la aspiraci6n de los hombres de hoy, mientras que en un gran número de ellos se ven con– denados o vivir en condiciones que hocen ilusorio este legitimo deseo Por otra parte, los pueblos llegados recientemente o la independencia nacional sienten la necesidad de añadir a esta libertad política un creci– miento autónomo y digno, social no menos que eco– nómico, a fin de aseguror a sus ciudadanos su pleno desarrollo humano y ocupar el puesto que les corres– ponde en el concierto de los naciones

Colonización Y colonialismo

Ante la amplitud y la urgencia de la labor que hay que llevar o coba, disponemos de medios hereda– dos del posado, aun cuando son insuficientes Cier– tamente hay que reconocer que los potencias colonía– les con frecuencia han perseguido su propio interés, su poder O su gloria, y que 01 retirarse o veces han dejado una situación económico vulnerable ligado, par ejemplo, al monocultivo cuyo rendimiento econó– mico está sometido o bruscas y amp1ias variaciones

Pero aun reconociendo los errores de un cierto tipo de colonialismo y de sus consecuencias es necesario al mismo tiempo rendir homenaje o los cualidades y a los realizaciones de los colonizadores, que, en tantos regiones abandonadas, han aportado su ciencia y su técnica, dejando preciosos frutos de su presencia, Por incompletas que sean, los estructuras establecidos permanecen y han hecho retroceder la ignorancia y lo enfermedad, establecido comunicaciones beneficio– sos y mejorado las condiciones de vida

Desequilibrio creciente

Aceptado lo dicho, es bien cierto que esto pre– paración es notoriamente insuficiente para enfrentarse con la dura realidad de lo economía moderno Deja– de a sí misma, su mecanismo conduce 01 mundo hacia uno agravación, y no uno atenuación, en lo disparidad de los niveles de vida los pueblos ricos gozan de un rópido crecimiento, mientras que 10,s pobres se desa– rrollan lentamente El desequilibrio crece unos pro– ducen con exceso géneros alimenticios que faltan cruelmente o otros, y estos últimos ven que sus expor– taciones se hacen inciertas

Mayor toma de conciencia

Al mismo tiempo los conflictos sociales se han ampliado hasta tomar las dimensiones del mundo La vivo inquietud que se ha apoderado de los clases po– bres, en Jos paises que se van industrializando, se apodero ahora de aquéllas, en los que lo economía es casi exclusivamente agraria' los campesinos ad– quieren ellos también lo conciencio de su miseria, no

merecida (9) A esto se añade el escóndalo de las dis– paridades hirientes, no solamente en el goce de los bienes, sino todavía mós en el ejercicio del poder Mientras que en algunos regiones uno oligarquia goza

de uno civilización refinada, el resto de la población, pobre y disperso, estó "privada de casi todas los posi– bilidades de iniciativa personal y de responsabilidad,

y aun muchas veces incluso viviendo en condiciones de vida y de trabajo, indignos de lo persono huma– na" (10)

Choque de civilizaciones

Por otro porte, el choque entre los civilizasianes tradicionales y las novedades de lo civilización indus– trial rompe las estructuras, que no se adaptan o los nuevas condiciones Su morco, muchos veces rígido

l ero el apoyo indispensable de lo vida personal y fami– liar, y los viejos se agarran a él, mientras que los jó– venes lo rehuyen, como un obstóculo inútil, para vol– verse óvidamente hacia nuevas formas de vida social. El conflicto de los generaciones se agrava así· con un trágico dilema o conservar instituciones y creencias ancestrales, y renunciar al progreso; o abrirse a las técnicas y civilizaciones, que vienen de fuero, pero re– chazando con los tradiciones del posado, toda su riqueza humana De hecho, los apoyos morales, es– pirituales y religiosos del posado ceden con mucho frecuencia, sin que por esa mismo esté asegurada lo

inserción en el mundo nuevo

Conclusión

En este desarrollo la tentación se hoce ton vio–

lenta, que amenaza arrastrar haCia los mesianismos

prometedores, pero forjadores de ilusiones ¿Quién no ve los peligros que hay en ello, de reacciones popu– lares violentas, de agitaciones insurreccionoles y de deslizamientos hacia las ideologlas totalitarias? Es– tos son los datos del problema, cuyo gravedad no pue– de escapar o nadie

2. LA IGLESIA Y EL DESARROLLO

La labor de Jos misioneros

Fiel o los enseñanzas y 01 ejemplo de su Divino Fundador, que dio como señal de su misión el anuncio de lo Buena Nuevo a los pobres (11), la Iglesia nunca ha dejado de promover la elevación humana de los pueblos, a los cuales llevaba lo fe en Jesucristo Al mismo tiempo que iglesias, sus misioneros han cons– truido hospicios y hospitales, escuelas y universidades Enseñando o los indigenos el modo de sacar mayor provecho de los recursos naturales, los han protegido frecuentemente contro lo codicio de los extranjeros Sin duda ninguno, su labor, por lo mismo que ero hu– mano, no fue perfecto y algunos pudieron mezclar al–

gunos veces no pocos modos de pensar y de vivir de su pois de origen con el anuncio del auténtico mensaje evangélico Pero supieron también cultivar y promo– vel los instituciones locales En muchos regiones su– pieron colocarse entre los precursores del progreso material no menos que de lo elevación cultural Bas– to recordar el ejemplo del padre Carlos de Foucauld, o quien se juzgó digno de ser llamado, por su caridad, el l/Hermano universal", y que compiló un precioso

(\'l) Rnc!clicn Rerum Nov3rum, 15 de mn)¡o fle 1891 A~ta Leonls XIII, (lO) Gnudlum et Spl'~. JI 6S, 1 8

XI (1802). p 08 (11) e Lne. 7, 22

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