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« Previous Page Table of Contents Next Page »truída por la ley de Dios auténticamente interpretada y sostenida por la confianza en El (39)
o rganizaciones profesionales
En la obra del desarrollo, el hombre, que encuen– tra en la familia su medio de vida primordial, se ve frecuentemente ayudado por las organizaciones pro– fesionales Si su razón de ser es la de promover 105
intereses de sus miembros, su responsabildad es gran– de ante la función educativa que pueden y al mismo tiempo deben cumplir. A través de la información que ellas procuran, de la formación que ellas propo– nen, pueden mucho paro dar a todos el sentido del bien común y de las obligaciones que éste supone para cada uno
Pluralismo legítimo
Toda acción social implica una doctrina El cristiano no puede admitir la que supone una filosofía materialista y atea, que no respeta ni la orientación de la vida hacia su fin último, ni la libertad ni la dignidad humanas Pero con tal de que estos valores queden a salvo, un pluralismo de las organizaciones profeSio– nales y sindicales es admisible, desde un cierto punto de vista es útil, si protege la libertad y provoca la emu– lación Por eso rendirnos un homenaje cordial a to– dos 105 que trabajan en el serviCio desinteresado de sus hermanos
Promoción cultul'al
Además de las organizaciones profesionales, es de notar la actividad de las instituciones culturales Su función no es menor para el éxito del desarrollo
"El porvenir del mundo corre peligro, afirma grave– mente el Concilio, si no se forman hombres más ins– truídos en esta sabiduría" Y añade. "Muchas na– ciones económicamente más pobres, pero más ricas de sabiduría, pueden prestar a las demás una extra– ordinaria utilidad" (40) Rico o pobre, cada país posee una civilización, recibida de sus mayores instituciones exigidas por la vida terrena y manifestaciones superio– res -artísticas, intelectuales y religiosas- de la vida del espíritu Mientras que éstas contengan verdade– ros valores humanos, sería un grave error sacrificarlas a aquellas otras. Un pueblo que lo permitiera per– dería con ello lo mejor de sí mismo y sácrificaría, para vivir, sus razones de vivir La enseñanza de Cristo vale también para los pueblos "¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?" (41)
Tentación materialista
Los pueblos pobres jamás estarán suficientemen– te en guardia contra esta tentación, que les viene de los pueblos ricos Estos presentan con demos iodo
frec~encia, con el ejemplo de sus éxitos en una civili– zación técnica y cultural, el modelo de una actividad aplicada principalmente a la conquista de la prosperi-
1::11) CL ¡hid, 11 J)O·IH (y nota 11.). y 11 81, ., 2 y 3
1 ~O, Ibiel. n 16, t 3 .
(lll Mateo, 16. 26
(j21 Gnndium ct Spes. n 67. f L
l~~) Ibid. n 19. t 2
(ti 1 e )lOl ejemplo, J Malitnln, L"humanisll\c inténrnl Pnrís, Aubier.
Ir.36· !" !¡tl!
dad material No que esta última cierre el camino por sr misma a las actividades del espíritu Por el contrario, siendo éste "'menos esclavo de las cosas puede elevarse más fácilmente a la adoración yola contémplación del mismo Creador" (42). Pero a pe– sar de ello, "10 misma civilización moderna, no cier– tamente por sí misma, sino porque se encuentra excesivamente aplicada a las realidades terrenales, puede hacer muchas veces más difícil el acceso a Dios" ('13) En todo aquello que se les propone, los pueblos en fase de desarrollo deben, pues, saber esco– ger, discernir y eliminar los falsos bienes, que traerían consigo un descenso de nivel en el ideal humano, aceptando los valores sanos y benéficos para desarro– llarlas, juntamente con los suyos, y según su carácter propio
Conclusión
Es un humanismo pleno el que hay que promover
(H) ¿Qué quiere decir esto sino el desarrollo integral de todo el hombre y de todos los hombres? Un hu– manismo cerrado, impenetrable a los valores del espí– ritu y a Dios, que es la fuente de ellos, podría aparen– temente triunfar Ciertomente el hombre puede or– ganizar la tierra sin Dios, pero "01 fin y al cabo, sin Dios no puede menos de organizarla contra el hom– bre El humanismo exclusivo es un humanismo inhu– mano" (15) No hay, pues, más que un humanismo verdadero que se abre al Absoluto, en el reconocimien– to de una vocación, - que da la idea verdadera de la vida humano Lejos de ser lo norma último de los valores, el hombre no se realiza a sí mismo si no es superándose Según la tan acertada expresión de Pascal "el hombre supera infinitamente al hom– bre" (46)
Segunda Parte
HACIA EL DESARROLLO SOLIDARIO
DE LA HUMANIDAD
Introducción
El desarrollo integral del hombre no puede darse sin el desarrollo solidario de la humanidad. Nos lo decíamos en Bombay "EI hombre debe encontrar al hombre, las naciones deben encontrarse entre sí como hermanos y hermanas, como hijos de Dios. En esta comprensión y amistad mutuas, en esta comu– nión sagrada, debemos igualmente comenzar a actuar o uno poro edificar el porvenir común de la humani– dad" (47)
Sugeríamos también la búsqueda de medios con– cretos y prácticos de organización y cooperación para poner en común los recursos disponibles y realizar así una v.erdadera comunión entre todas las naciones
Fraternidad de los pueblos
Este deber concierne en primer lugar a los más
(Hí) H de Lubac. S J. Le dramc de l'humunisnle athee 3~ eel, París,
Spcs. 1946, !" 1O
1lG) Pensées, cd llrttl1sc11vicq. n 434 el l\f Zundcl L'homme passe r
Jlnmme Le enire Editiins du Lien. 1944
117! Alocuci6n n los l(~".l(!3cntn~tes de las rc'igiones no clistinnas el 3 de
rlfcictnhlC 1UGJ, AA8 67 (1965) p 132
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