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« Previous Page Table of Contents Next Page »sional dejada a la buena vc;iluntad de cada una Su– pone, Nos lo hemos dicho yo antes estudios profundos fijar los objetivos, determinar los medios, aunar los esfuerzos, a fin de responder a los necesidades pre– sentes y a las exigencias previsibles Más aún, sobre– pasa las perspectivas del crecimiento económico y del progreso social da sentido y valor a la obra que debe realizarse Arreglando el mundo, valoriza al hom– bre
rondo mundial
HOI á falta ir más lejos /:lÚn Nos pedimos en Bombay la constitucián de un gran Fondo Mundial
alimentado con una parte de los gastos militares, a fin de ayudar a los más desheredados (55) Esto que vale para la lucha inmediata contra la miseria, vale igualmente a escala del desarrollo Sólo una colaba· ración mundial, de la cual un fondo común sería al
mismo tiempo símbolo e instrumento, permitiría supe..
rar las rivalidades estériles y suscitar un diálogo po, cífico y fecundo entre todos los pueblos.
Sus ventajas
Sin duda, acuerdos bilaterales o multilaterales pueden seguir existiendo ellos prmiten sustituir las relaciones de dependencia y los omarguras surgidas en la era colonial, por felices relaciones de amistad, desarrolladas sobre un pie de igualdad jurídica y po– litica Pero incorporados en un programa de cola– boración mundial, se verían libres de toda sospecha Las desconfianzas de los beneficiarios se atenuarían
Estos temerían menos ciertas manifestaciones disimu–
ladas bajo la ayuda financiero o la asistencia. técnico de lo que se ha llamado él neocolonialismo, bajo for– n,a de presiones políticas y de qominacián econ6mica encaminados a defel,der o a conquistar una hegemo– nía dominadora
Su urQencia
<'Quién no ve además que un tal fondo facilitaría la reducción de ciertos despilfarros, ~ruto del temor o del orgullo? Cuando tantos pueblos tienen hambre, cuando tantos hogares sufren la miseria, cuando tan–
tos hombres viven sumergidos en la ignorancio cuon-
d
• ' o aun quedan por construir tantas escuelas, hospi-tales, viviendas dignas de este nombre, todo derroche pLlblico o privado todo gasto de ostentación nacional
O personal, toda carrera de armamentos se convierte en un escándalo intolerable. Nos nos vemos obliga– dos a denunciarlo Quieran los responsables oírnos antes de que sea demasiado tarde.
DiáloflO que debe comenzar
Esto quiere decir que es indispensable se esta– blezca entre todos el diálogo, a favor del cual Nos hacíamos votos en nuestra primera Encíclica Ecc/esiam
Suam (56) Este diálogo entre quienes aportan los medios y quienes se benefician de ellos permitirá me– dir las aportaciones, no sólo de acuerdo con la gene– rosidad y los disponibilidades de los iJnOs, sino tam-
(ol)) Mensaje ni Ml1ndo, _entrei'a,d6 " 20i petiOdfstál el • de diciembre de
1064 O. AAS 157 (19615). p. 1815.
bién en función de las necesidades reales y de las posibilidades de empleo de los otros Entonces los paises en vía de desarrollo no correrán en adelante el riesgo de estar abrumados de deudas, cuya satisfac– cián absorbe la mayor parte de sus beneficios. Las tasas. de interés y la duración de los préstamos debe– rán disponerse de manera soportable para los unos y para los otros, equilibrando las ayudas gratuitas, los
préstamos sin interés, o con un interés mínimo y la
duración de las amortizaciones. A quienes propor– cionen los medios financieros se les podrán dar garan– tías sobre el empleo que se hará del dinero, según el plan convenido y con una eficiencia razonable, puesto que no se trata de favorecer a los perezosos y parási– tos Y los beneficiarios podrón exigir que no haya ingerencias en su político y que no se perturbe su es– 1ructura sociol Como estados soberanos, a ellos les
corresponde dirigir por sí mismos sus asuntos, deter–
minar su politica y orientarse libremente hacia la for– ma de sociedad que han escogido Se trata, por tan– to, de instaurar una colaboración voluntaria, una par– ticipación eficaz de los unos con los otros, en uno dig– nidad igual, para la construcción de un mundo más humano
Su necesidad
La tarea podría parecer imposible en regiones donde la preocupacióD por la subsistencia cotidiana acapara toda la existencia de familias incappces de conceb,ir un trabajo que les prepare para l,ln porvenir menos miserable. Y, sin embargo, e$ precisamente o estos hombres y mujeres a quienes hay que ayudar, a quienes hay que convencer que realicen ellos mismos su propio desarrólla y que adquieran progresivamente los mediós para ello Esta obro común no irá ade– lante, claro está, sin un esfuerzo concertado, constan– te y animoso Pero que cada uno .se persuada pro– fundamente· . está .en juego lo vida de los pueblos pa– bres, la paz civil de los países en vía dé desarrollo, y la paz del mundo
2. LA EQUIDAD EN LAS RELACIONES
COMERCIALES
Los esfuerzos, aun éonsiderables, que se han hecho para ayudar en el plan financiero y técnico o los países en vía de desarrollo serían ilusorios si sus resultados fuesen parcialmente anulados por el juego de las relaciones comerciales entre países ricos y entre países pobres La confianzo de estos últimos se que– brantaría si tuviesen la impresión de que una mano les quita lo que la otra les da.
Distorsión creciente
Las naciones altamente industrializadas expor– tan, sobre todo, productos elaborados, mientras que las economías poco desarrolladas no tienen para ven– der más que productos agrícolas y materias primas Gracias 01 progreso técnica, los primeros aumentan rápidamente de volar y encuentran suficiente merco– do. Por él controrio, los productos priinarios que pro-
(56) el AAS 56 (1964). pp. 689 sQ.
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