This is a SEO version of RC_1967_03_N78. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »Un sello postal corriente en que Nicaragua destacaba oficialmente un bello Momotombo en erupción fué el arma que, en manos de 'os partidarios de la rufa pa–
nameña, vino a darles la victoria cuando se someti6 el asunto a votaci6n.
En un editorial del 17 de Mayo de 1902, el perió– dico norteamericano New York Sun puso en boca del volcán lo siguiente amenaza: uMis felicitaciones para el Senador Margan. Me permito informar a ese caboM llera y a quienes interese el asunto, que no s610 estoy activo, sino capaz de lanzar, sin previo aviso, a través del Lago de Managua, una Marejada de suficiente mag–
nitud y violencia para destruir cualquier canal que la ciencia de la ingeniería pueda construir en este país, y de echar a perder toda la sUlna de doscientos o tre5 M cientos millones de dólares que el Gobierno de 105 Es– tados Unidos sea tan cándido de invertir dentro dol ra M dio de las aguas que están sujetas a mi fuerza PreciM samente lo mismo pueden hacer, con igual facilidad y
sin aviso previo, mis vecinos y aliados los volcanes de las Pilas, Nindirí (Masaya), Telica, Santa Clara, Oros, Isla Venada, Fernando, Mancarón, Zapatera, Mancarron.
cita Madera, Ometepe y el Infierno de Masoya Cua'– quiera de ellos o todos a la vez"
Lo anterior fué inmediatamente refutado por 01 Pre·
s¡dentc de Nicaragua, quien instruy6 a su representante
en Washington para que asegurara que desde la erup· ción del Cosigüina, en 1835, no había habidC\ otra. TOM dos los estudios posteriores que hicieron los Estados Uni– dos en lo zona de Nicaragua desvirtuaron, de manera científica, aquel errado concepto sobre 105 volcanes y se convino en que tan expuesto a terremotos estaría un canal por Nicaragua como por Panamá, donde nunca han ocurrido. El último informe del Ingeniero Dan Sul– tan dice lo siguiente a este respecto: liNo es posible construir un canal a través del Istmo americano sin que esté expuesto a perturbaciones sísmicas, ya que la en– tera longitud del istmo está dentro de la región que ha venido sufriendo estos disturbios on una u otra época. las erupcciones volcánicas, con todo y las espan– tosas dotonaciones y tinieblas del Cosigüina, humaredas e incendios del Vieio, soterramientos del Negro, protes– tas del Momotombo, demonios e infiernos pasados y
maleficios actuales del Masayu y de los demás volcanes han hecho, a pesar de todo, más bien que mal. Du– rante siglos han dado al mar y a la atmósfera el ogua
y el anhídrido de carbono de que viven las plantas y,
por consiguiente, los animales. A ellas se debe la ma– ravilla del escenario geográfico del país, con la forma M ció" de sus bellos e inmensos lagos de agua dulce y, sobre todo el abono de sus fértiles suelos que, desde el Cosigüina hasta el Momotombo, constituyen el llamado "Granero de Centroamérica", y de allí en adelante has– ta el Santiago, las "Sierras" de Managua y Masaya, enormes masas de 400 metros de espesor, formadas de tobas y corrientes gigantescas de lodo, donde S8 produ– ce todavla la mayor parte del café -diez millones de dólares anuales- que exporta Nicaragua. De los volM canes de Nicaragua Se puede decir, por consiguiente, que "No hay mal que por bien no venga".
El estudio y la observaci6n cientifica de los volca– nes es de muy reciente origen y las perspectivas que para ello ofrece la región de Nicaragua y la de toda la América Central son excepcionales. El Laboratorio de Geofisica de Washington ha venido emprendiendo
30
estudios previos para instalar allá laboratorios con el objeto de establecer las causas del vulcanismo. El Dr. E. G ZUes, químico de la referida institución, despues de visitar Centroamérica en varias ocasiones, la consi~
dera tOlnc una reglón Ucompaeta" con excepcionales ventajas para campo de investi9aciones~
Los volcanes de Nicaragua, a pesar de haber sido descritos y escalados por las mayores autoridades en
la materia, mas bien han sido un Parnaso de poetas en donde llegan a la cima de sus inspiraciones. Entre to~
dos ellos se destaca el Momotombo, a orillas del lago do fAanagua, como el volcém símbolo por excelencia.
Víctor Hugo, impresionado por la leyenda que re– lata Squier de los antiguos Padres que nunca regresCl_ ron de sus cumbres cuando subieron a llevarles el StI–
crtlmento del bautismo, a la usanza de la época, canto al Momotombo, en la leyenda de 105 Siglos:
o vieux Momotombo, colosse chauve et nu, que songes pres des mers, et fois de ton cratere una tiare d'ombre et de flamme a la terre Pourquoi lorsqu' á ton seull terrible nous frappons Ncveux-yu pos du Dieu qu' on t'apporte? Reponds
Oh viejo Momotombo
r
calvo y desnudo coloso, que señas junto al mar y sacas de tu cráter una tierra de sombra y fuego para la tierra,
¿Por qué cuando llegamos al terrible dintel de
(tu puerto Rechaza. hasta al Dios que te llevamos? Responde
y Rubén Darío al partir de Nicaragua por la pri– mera vez, cuenta que "retumbaba el enorme volcán hUM guesco, llovía cenizas. Se obscurec:i6 el sol, de modo que a las dos de la tarde se andaba por las calles con linterna. las gentes rezaban, había un temor y una impresión mediovales Así me fuí al puerto como entre una bruma. Tomé el vapor... a lo leíos quedaban las costos de mi tierra. So veía sobre el país una nube negra. Me entró una gran tristeza". No lo olvidará nunca Años después lo recuerda:
Ya había yo leído a Hugo y la leyenda que Squier le enseñ6...
¡Momotombo! -exclamé- ¡oh nombre de epopeya! con razón Hugo el grande en tu onomatopeya ritmo escuchó que es de eternidad.
¡Oh Momotombo ronco y sonoro! Te amo porque a tu evocación vienen a mí otra vez, obedeciendo a un íntimo reclamo
perfumes de mí ~nfancla, brisas de mi niñez ..
Pero, por derecho de conquista, a quien deberían pertenecer los volcanes nicaragiienses es a un vicio es– pañol octogenario que todavía anda por sus picos con el placer y la energía de un joven: Dionisio Martinez Sanf
t
autor de un libro que acaba de aparecer con el título de Ríos de Oro, Torrentes de Lava. El es el uobserva.. torio" que tienen en Nicaragua todos los volcanólogos del mundo. El es el nuevo Fray Bias, sin hóbito, y qui– zás con la única ambición socreta de que al morir en una de sus peligrosas excursiones lo entierren los vol· canes.
This is a SEO version of RC_1967_03_N78. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »