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mensaje del 14 considera ofrentosa pora la soberanía esta base principal . " .. Sin embargo, haciendo caso omiso de esas ofensas, en obsequio de una paz bienhechora, insistimos toda– vía, en mensaje de la misma fecha, demostrándole que en la medianía honrosa del Gobierno Americano había aí renta a Iguna para la soberanía etc"

El sunto del envío de Comisionados de Nicaragua a Washington merece algunas explicaciones Encaprichado el Gobierno Americano, no sólo en no reconocer el Gobierno del Doctor Madriz, sino tam– bién en proteger la Revolución de Bluefields impidien– do el bloqueo de aquel puerto y la toma de esa Ciudad por las fUerzas legítimas, se comprendió la necesidad de bllscar una pronta solución del conflicto No podía el Doctor Madriz, sin desdoro y sin traición a la confianza nacional entregar el Poder a una Revo– ILrción quee no representaba la mayoría del país y que venía apoyada por una potencia extraña No podía dE'belarla, porque ella estaba lespaldada por un poder para nosotros incontrastable Tampoco podía ent¡'ar en negociaciones directas con esa Revolución que no admitía más transacción que la entrega del Gobierno en sus manos, habiendo antes fracasado todos los em– peños del Doctor Madriz por un arreglo pacífico y fraternal

En tal caso envió sus Comisionados los Doctores Don Modesto Berríos y Don Sebastián Salinas amplia. mente f('lcultados para buscar en los Estados Unidos la

mejor solución de lo dificultad Estos, convencidos de que sólo la voz de aquel Gobierno era suficiente para hacer cesar el derramamiento de sangre, pues la Revolución era fiel obediente suya, y escuchado por otra parte, el consejo de diplomáticos hispanoameri– canos y de amigos inteligentes del porvenir de Nicara– gua que veían amenazados con la Intervención, aunque hipócrita, de Washington, presentaron a la Secretaría de Estado un memorándum en que apare– cían solicitando la mediación amistosa y pacifica del Gobierno Americano para hacer cesar la guerra y

buscar los medios de obtener una paz duradera y con– ciliadora, ofreciéndole aceptar sus insinuaciones con tal fin Hay más le manifestaron que la permanen– cia del Doctor Madriz ety el Gobierno jamás sería obstáculo para un arreglo pues ese patriota deseaba ante todo la paz y la armonía de la Familia Nicara– güense

Califica de humillante el Señor Chamarra esa actuación Quizás hubiera querido él que los Comi– sionados hicieran el ridículo papel de llegar a reconve– nir al Gobierno Americano por la presión que ejercía en nuestros destinos, o desenmascararlo en la prensa para someterlo a la sanción de la opinión pública Pero personas imparcíales, juiciosas, no cegadas como el Señor Chamarra por la pasión político, califican co– mo muy hábil la gestión de 105 Comisionados, pues el Gobierno Americano se veía obligado a atenderlos ya que por el Memolondum en que también se le ofrecía indemnizar a la familia de Canon y Groce, se le quito– ba hasta el pretexto de la ejecución de esos aventu– reros para continuar apoyando la Revolución Una negativa del Gobierno Americano a tratar con los Co– misionados del Doctor Madriz después de sus decla-

raelones habría mereeldo la m6s severa censura de la opinión pública Por eso señaló un plazo para Con– testar manifestándose desde luego satisfecho El pla– zo era el mismo que daba al Doctor Salvador Castrillo, Comisionado de la Revolución en Washington, para que ésta se apoderase de Managua, expirado el cual sin verificarlo, se entendería con los Comisionados del Doctor Madriz El negro destino de Nicaragua dis– puso tres o cuatro días después, otra cosa, el Doctor Madriz resignaba el Poder, y así concluía la Misión de los Doctores Salinas y Barrios

Si a esas gestiones califica el Señor Chamarra

como pedir desembarque de marinos americanos para ayudar a derramar sangre nicaragüense, pedir un pro– tectolado y vender por treinta dineros, soberanía y te– rritorio de Nicaragua, hay que creer que su alucinaci6n pasa la frontera de otra enfermedad mental

Acabamos de analizar uno a una las afirmacio– nes del Señor Ministro Chamarra, con las cuales cree haber comprobodo hasta la evidencia su curiosa tesis de que el Partido Liberal nicaragüense y no el Conser– vador fue el que trajo a Nicaragua la caramidad del Protectorado Americano que hoy nos tiene sin rentas, sin ferrocal riles ni vapores, sin libertades públicas y

respirando una atmósfera de servidumbre que nos as– fixia Todas y cado uno de esas afirmaciones no sólo no prueban nada, sino que muchas de ellas no tienen

siquiera relación con el asunto que él trota de com– probar

Después de aquella serie de interrogaciones, que el bueno del Señor Ministro estima como "documentos incontestables, cuya autenticidad no podrán nunca desconocer los mismos contrarios" hace una nueva pregunta que pudiéramos llamar del género reflexivo, pero siempre acusadora, en estos términos l/Y el Se– ñor Doctor \ríos ¿qué papel ha desempeñado por sí y ante sí, agregando

"Es indiscutible que la responsabilidad de los he– chos relacionados pesa por entero sobre el Partido que, en toda circunstancia, prestó a Zelaya su apoyo incon– dicional, y más directamente pesa sobre aquellos caudillos que como el Doctor Irías, fueron alma y ver–

daderos di) ectores e inspiradores de la política en ¡as Administraciones de Zelaya y de Madriz Más aún, al Doctor Irías se han atribuido siempre el consejo y el telegrama de que se ha hecho mérito, dirigido por Zelaya al Doctor González, sin que hasta hoy Irías hoya desvanecido este aserto

"Existen además, continua diciendo el Señor Ministro Chamorro, datos positivos de la actuación del Doctor Irías en Washington respecto al Tratado de Canal y a las negociaciones celebradas con los ban– queros de Wall Street En efecto, el J O de junio de 1915 Irías envió un Memorial al Departamento de Es– tado en que aceptaba en nombre del Partido liberal el Tratado Chamorro-Bryan a condición de consultar con El Salvador y con Costa Rica sobre los derechos que éstos alegaban y si estas Repúblicas se negaban a un avenimiento el Tratado se llevaría adelante sin ellas. Aceptaba, además, todos los Contratos con los ban– queros, y prometía empeñarse por el aumento del ca– pital americano en Nicaragua Por último pedía que

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