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chos libros, entre otros, Ideologías de la independencia, Historia de Guatemala grande (Petén·Belice); Historia de la imprenta en la colonia, Los dos bru¡itos mayos (cuen– tos); Historia del filibusterismo en Nicaragua, Y, tenía listos los originales de la Historia de la primera Gaceta de Guatemala - ¡ 729- Dejó escritas sus memorias,

Al morir, tenía el cargo de embajador en disponi·

bilidad Se hizo ac:reedOl a las condecoraciones La Gran

Cruz de la Orden del Quetzal, de Rubén Daría, Bernardo O'Higíns, William Prescot e Isabel la Católica, miembro

de varias academiaslitetorias y de historia de América

y España; en 1915, fué nombrado presidente honotario

del congreso mundial de periodis1as, celebrado en San Francisco California; fué iniciadol de la Asociación de

estudiantes del instituto nacional colaboró en pro d~

la cleación de los premios Floles y Gálvez, en 1925, fué

presidente del comité que repartió Jos restos de exiefe

de estado Mariano Gálvez; tuvo a su cargo el discurso, hace pocos días, en la inauguración del panteón de los hombres ilustres .

Largo resultaría enumelar lo brillante trayectoria d~1

licenciado Rodríguez Bateta, quien nació un diez de mar·

zo de 1885 Con su muerte, desaparece uno de los guatemaltecos m.ás ilustres, verdadero hombre integral Dominó la historia, la literatura

l

la oratoria¡ fué emba–

jador

l

hombre público, político, académico

l

ameno con·

versador y gran amigo Guatemala sin duda alguna,

ahora pesa menos Se ha ido quien durante casi 70

años proyectó su pensamiento a tres generaciones de

guatemaltecos

Queden nuestras palabras

l

pronunciadas en el ce– menterio, como una muestra de nuestro cariño y respeto; la hemeroteca también perdió a un amigo y colaborador, como que hace algunos años donó varios tomos del Diario de Centroamérica

y para su esposa, doña Cannencita y para su hiii–

ta Luz de María, nuestra condolencia; lo mismo que po·

ro sus h;¡os, doctor Guillelmo Kepfer y señora Marta Ro– dríguez Macal de Kepfer, Roberto Rodríguez Beteta y se–

ñora; y demás familia

BIGOBERTO BRAN AZMlTIA

Periodista guatelualteco.

Ciertas coincidencias tienen sentido infausto de lo inexorable, como la muerte de Jesús Nazareno en Vi€H– nes, que por esa circunstancia fue santificado para siem–

pre y destinado 0\ recogimiento y al descanso, los que

mueren en este día no llevan coronas, las flot isterías es· tán cerradas Virgilio Rodríguez Beteta murió el Jueves,

pero fue enterrado el Viernes Santo a las 11,30 del 24 de marzo de 1967

La visión de su sepelio se me grabó ¡Cómo caían sobre su sepulcro las últimas pelladas que el albañil

azotaba con la Iloma

l

en sordos golpes con resonancias

de eternidad!

Para que se cumpliera la sentencia de un gran peno

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sador, quien dilo qué ninguna tumba deberta cérrClrSé

sin que se abriera una boca para despedir al que s~

va, tres aradores pronunciaran elocuentes discursos en

elogio del extinto, Antonio Du Teil, a nombre de la

UNESCO, de la que era director en G~atemala Rodríguez Beteta, Mariano lópez Mayorical desho¡ó sus frases re– posadas a nombre de lo Sociedad de Geografía e Histo. ria, y el periodista Rigoberto Bran Azmitia, dijo su ora. ción a nombre de la Asocioción de Periodistas de Gua_ temala y de la Asocioción de Autores y Amigos del Li. bro Nacional Coda uno realz6 distintas facetas facetas de la personalidad yacente, Du Teil expres6 concisa.

mente su ¡uide sobre el escritor y sus actividades cívicas. Maricmq, López Mayorical exaltó su carácter de historiQ~

dOL y de sociólogo, aludió a algunas de sus obras, a sus

actividades intelectuales, entre ellas, a la de la Sociedad

de Geografía e Historia de la que fueta uno de sus fundodores; Rigoberto Bran Azmítia, en tono lírico, hizo

01 elogio de sus aspectos humanos, como diplomático

precursor del Derecho de Asilo en España, en el huma_

nitario empeño de salvar vidas durante la guerra civil

de 1936-39, aludió a su amor a Guatemola, manifiesto

en sus libros, y a sus actividades personares: en lo di– plomático

l

en lo periodístico o, bien

l

como líder político; los tres coincidieron en que era gran escritor

l

investigo_ dar de nuestro historia, una conciencia honrado

l

un pa– triota, un buen guaternalte<;o

Después que lo de¡amos en el sitio de descanso

etel no, solitario, con el rumor de los abe¡as de su in– genio y de la luz de su cerebro que nos de¡a sus obras, todas nutridas de ideas útiles para su patria, nos que. damos pensando cuán increíble parecía lo repentino de

su partida con la palabra aún en los lo bias De súbito

se volteó del lado de las sombras para no vel hacia

atrás el mundo que dei aba, y dio el paso hacia !o des–

conocido justamente cuando ya había escrito el último

capítulo de sus Memorias Autobiográficas, con aquella

sonrisa volteriana que lo caracterizó

Algunas veces me habló de sus Memorias En

Mundo Libre publicó varios artículos en serie, que des– pués me revelará que eran capítulos de sus Memorias

y que io había hecho para que Carlos Wyld Ospina que residía en Quewltenango y traba¡aba en el Banco de Occidente, al igual que Alberto Velásquez, otro gran poeta, en el Banco de Guatemala, los leyera y tuviera oportunidad de rectificar las inexactitudes en que pudie– ra haber incurrido; en efecto, Wyld escribió sobre el te– ma ampliando la parte que a él le correspondía

Creo que fue su última obra, la biografía sintético de Adrián Recinos, insigne americanista y castizo escri–

tor, la cual bien podría titularse microbiografía No es

un estudio de las obras de Recinos, de su actuación co–

mo hombre público, ni como lider politico del liberalismo

guatemalteco

l

en cuyas filas desempeñó brillante y cons–

picuo papel a la caída del Presidente Herrera y durante el período presidencial del ingeniero José María Orelio–

nd¡ es un relato de su propia vivencia con Recinos en

los bancas del Instituto Nacional Central de Varones, en

las aulas universitarias, en sus relaciones de amigos Y

compañeros y, post~rjormente, ya en la vida público¡

como funcionarios, como profesionales. y empleados; en

el gobierno Cuando al terminar su biografía sobre Recinos hablamos sobre ella, me explicó que él hubiera

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