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escudriñando las relaciones existentes entre las pobla–

ciones y el suelo, la morfología del terreno, la hidro–

grafía, el clima, la vegetación, su posición en regiones centrales o periféricas de un continente, en montañas, su posición en regiones centrales o periféricas de un continente, en montañas o llanuras, etc Muchos nuevos aspectos se han manifestado en este sentido Las investigaciones en los países europeos y en los Es–

tados Unidos de América han dada luz en muchas de

las relaciones mencionadas

No es fácil este trabaja, pues la fundación de

un poblado, sea un rancho, un cortijo apartado, o una aldea! etc! resultado es de una acción humana, que se emprende con cierta intención para fin determina–

do Asi se mezclan con los elementos físicos los efec– tos procedentes de la inteligencia y técnica del hom–

bre En muchos casos es difícil separar claramente los unos de los otros elementos, principalmente en re–

giones del globo en las cuales la historia no nos per–

mite escudl iñar en los siglos antedores a su conquista

por los blancos

El estudio antropogeográfico de las poblaciones

humanas exige investigación de su desarrollo histórico,

para separar debidamente [os dos grupos de elementos fundamentales ya mencionados Si faltan documen– tos y títulos, [a obra se complíca bastante Entonces

tenemos que apoyarnos en hipótesis

Entre las poblaciones

I UJ ales centroamericanas¡ nos impresiona su constante unidad, rep¡esentada por sus trazos y la construcción de las casas Sin embar–

go, resaltan ciertas diferencias y desigualdades, sí las

observaciones son más precisas Tales diferencias resultan

1 9 , del modo de la fundación en tal sitio (si se

efectuó en tiempos prehispánicos o coloniales, si sus

fundadores fueran autoridades políticas u órdenes re–

ligiosas de misioneros)!

2 9 , del tipa de pab[ación (si se trata de ranchos

solitarios. o de casqs agrupadas en determinado sitio,

casería y aldea a de una pab[ación completa en forma de pueblo a villa),

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, de varios elementos geográficos, como la si– tuación topográfica (por ejemplo, en una región cu–

bierta de selvas espesas a de sabanas y chaparrales, en tierras bajas y calientes a en montañas altas y alti– planicies templadas)

De antemana hay que subrayar que las poblacio– nes rurales en la actualidad ni pueden ser comprendi–

das ni explicadas, si no se considera su desarrollo en los tiempos históricos, o por lo menos desde una época

comprobada por títulos y documentos a propósito Precisamente en las regiones del Norte de la América Central, habitadas par una densa población autóctona, los sitios rurales en su estado actual, pueden ser expli– cados más bien por su historia que por la geografía física de sus alrededores Na son muchos los restos de las antiguos sitios rurales que se conservaban hasta

nuestros tiempos, y lo poco que existe, no siempre nos proporciona los rasgos característicos de su origen en

los tiempos pasados

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Contemplemos primero las poblaciones indigenas en las tierras altas y bajas de la América Central, em–

pezando nuestra investigación en los decenios de la

conquista -por falta de espacio omitimos los tiempos prehistóricos- Hallamos entre los pueblos civiliza– dos de los mayas y nahuas, establecimientos del tipo rUlal y urbano, por ejemplo en Los A[tos, de Guate– mala, en Yucatán, El Salvador y Nicaragua Fuera

de estos tel ritarios, predominaban, entre las tribus in–

dígenas primitivas, cabalmente en el Sur de la América Central, los sitios pequeños del tipo aislado y no agru– pado Falso es figurarse los antiguos establecimien–

tos urbanos en Centroamérica como verdaderas ciuda–

des análogas a los tipos modernos Cierto es que los cronistas españoles han descrito así, las ciudades indí–

genas, pero han exagerado su extensión y el número

de sus habitantes Por eso no han correspondido sus

noticias al carácter particular de las l/ciudades" de los indios, ni aun en Guatemala

En Yucatán la situación era otra Allí la esca-sez del agua impulsaba a la gente a fundar sus pue–

blos y ciudades en la cercanía de los I/cenotesl/ típicos,

paro la formación del Karst de la península, pues en

esa región de calizas! el agua corre en cuevas y caño-nes subterráneos Faltan los ríos superficiales casi en

toda esa comarca Solamente en algunas localidades está abierta el techo de las cuevas subterráneas, de modo que en el fondo de los abismos el hombre en– cuentra un depósito inagotable de agua dulce [-os cenotes determinaban los núcleos para la fundación de muchas poblaciones del tipo urbano Cuando llega–

ron los españoles a Yucatán, hallaron todavía algunas de aquellas ciudades, bien que estaban más o menos

en plena decadencia, pero varias de ellas fueron des– pués cunas de aldeas y pueblos coloniales Así se

formó la capital del Yucatán! Mérida¡ en una ciudad

prehispánica, Tihoo

Las legiones cubiertas de bosques en el Norte de

Guatemala contuvieron una sola población urbana in–

dígena, en los tiempos coloniales, Tayasal, fundada en uno isleta del lago del Petén Era la metrópoli de los

belicosos itzaes, que visitó Hernán Cortés en su famo–

sa expedición de 1525, siendo él el primer europeo que

lo hacía junto con sus atrevidos compañeros, pero! des–

pués de 173 años, los españoles [ogro ron conquistar Tayasal definitivamente, en 1697 Su circuito se es–

timaba como de tres cuartos de legua más o menos

No tenia calles, de modo que la traza de la población

era irregular¡ mas existía una plaza en que estaba un

templo, na habiéndose identificado los demás lugares de la ciudad en donde estaban erigidos los otros san–

tuarios o cúes

En general, predominaban en las regiones bajas de la tierra caliente las urbes agrupadas en medio de

terrenos cultivados! como los señala en nuestros días

el aeroplano que lleva al viajero sobre los vastos llanos de Yucatán Tales lugares estaban formados de unos pocos ranchos, que son los domícilios de los familias indígenas Cerca de las poblados se extendían los campos cultivados, los arboledas de cacao, aguacates, zapotes y otros árboles frutales propios del trópico Al

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