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« Previous Page Table of Contents Next Page »con un techo de hojas en la tierra caliente Al lado de la iglesia estaba el convento, con un patio cuadran– gular y otro mús pequeño hacia ahás, flanqueado por la cocina, los almacenes y la caballeriza, para las bes– tias de montar y de carga En frente de la iglesia, al otro lado de la plaza, estaba el cabildo, con sus ofi–
cinas, archivo, y Jo cárcel, cerco de ello Jo cosa de
huéspedes para los via jeros, que hoy se ha substituído, en muchos pueblos, por la escuela Partiendo de la
plaza se trazaban los calles rectilíneas, tiradas a cor–
del, las unas en dirección Norte a Sur, las otras de Oeste 01 Este Resultó de esa manera un trazo en forma de tablelo de ajedrez En medio del pueblo o
o uno de sus lados, corría un arroyo o río
l
frecuentado
por los lavanderas El agua potable se tomaba de la pila construida en medio de la plaza y que se usaba, además, como lavadero público, si el agua corriente quedaba demasiado lejos de la población
Las reducciones pi ocedían, como se ha dicho,
de la reunión de muchos sitios pequeños Gorda Pe–
láez anota varios ejemplos Así, en Chajul se junta– Ion once sitios dispersos En las selvas de la Alta Verapaz, donde las reducciones se hicieron por orden del Obispo Las Cosas y de los padres dominicos, las familias indígenas dispersas fueron colocadas en los pueblos de la misión Los lugOl es para los poblados se escogían tomando en cuenta el agua corriente y el tránsito Muchos de los pueblos se ordenaban en los
caminos teales, como pasó en las oriBos accidentar y
meridional de los Cuchumatanes, en la altiplanicie de la misma montaña, en la Alta Verapaz, en el Oriente de Guatemala, en Honduras y El Salvador Otros po– blados fueron colocados en el centro o al lado de un territorio indígena (Cobán, Nebaj, Rabinal, Cahabón) Era muy dificil el acostumbrar a los indios, a la larga,
a este nuevo modo de poblar que les separaba de sus milpas Así, se huían muchas veces a las montañas espesas, pOI a establecerse en ranchos aislados Ex– pediciones difíciles y fatigosas tenían que ser empren– didas para reducir a los fugitivos Unas veces se
hosplontoron los restos de uno noción indígeno, o ahas
regiones del pais, por ejemplo los chales que estaban establecidos en el pueblo del Chal, en la Sierra de Chuacús Pero los naturales, originarios de lo tierra caliente, no soportaban los trabajos en las milpas de la tiert a fría, de modo que difícilmente se connatura– lizaban, y par ultimo se volvían peones en las fincas de azúcar, dependientes de amos blancos y mestizos Toduvía en el siglo XX hubo reducciones de los natu– rales En 1915, pOI mandato del Gobierno de Jo Re– pública de Honduras, se
I eunieron 150 sumos que habitaban en ranchos aislados los orillas de los ríos Patuca y Wampu Con ellos fue poblado la nueva aldea de Sumal PelO en 1918 este sitio, fundado principalmente para la misián escolar, fue ab0l1do– nado
DUI ante la época colonial se extinguieron muchos pueblos y aldeas rurales Los causas de su decai– miento radicaban en los persecuciones de los indíge– nas, para reducirlos a la esclavitud (en las minas de Hondulas), ji en los enfermedades contagiosas (princi– palmente, la viruela), que motaban miles de aquellos infelices Además, los corsarios destruyeron varias
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poblaciones en la Costa Atlóntica durante el siglo XVII, si no se pi estaban los naturales o hacerse sus aliados contro los españoles Tenemos de ello, Como ejemplo, los alrededores del lago de Izabal, en donde había muchos poblaciones a sus orillas, todavía en el siglo XVI, que quedaron abandonados a finales del
siglo XVII o continuaban subsistiendo solamente con muy poca gente Hace pocos años diezmó la epide– mia de la gripe o lo gente indígena y mestizo, en mu– chos pueblos y aldeas en Guatemala, tanto que, por ejemplo, en el pueblo de Santa Isabel, del departamen– to de Huehuetenango, en 1926 no quedaron sino unos 60 habitantes, donde residían antes 340
Aparte de los poblaciones habitados por indíge– nas, hubo en el siglo XVI otras, en las cuales residían solamente mestizos, pues el Gobierno español había emitido ciel tos leyes prohibiendo lo residencia de indígenas y ladinos ¡untos, en una misma población El resultado no fue siempre el que se propusieron las aulol idades en Jo península La gente mestizo, dedi–
cándose a la agricultura y al comercio, encontraba en
los pueblos indígenas muchos posibilidades paro sus operaciones lucrativas No obstante, la suerte de ciertos pueblos mestizos se cambiaba muchos veces
Unos tantos tenían que ser abandonados, seo por ra~
zón de las enfermedades, sea por la enorme cantidad
de murciélagos y vampiros, como pasó, por ejemplo,
en el pueblo de astuto, en Chiapas, o en unas aldeas de la zona del Pacífico, en Guatemala Allí los mo– zos muestran hoy día al viajero, en el Norte de Santa Lucía Cotzumalguapa, las ruinas de una iglesia en medio del monte, sitio que se llama San Juan Perdido Existia antes, hasta eí siglo XVII y existe aún la tradi–
ción de que fue despoblado por razón de los muchos
vampiros, que hacían daños, tol vez menos a la gente
(como se cuenta), que a las bestias y ganados, Estu– diando las crónicos de Remesal y Ximénez, Garda Peláez y otros, se encuentro una multitud de nombres de poblaciones desaparecidas en Chiapas, Guatemala, El Salvador y en los demás países centroamericanos En los selvas de la zona norteño de Guatemala la gente abandonaba sus aldeas o
I anchos apartados, por .azón del suelo empobrecido de substancias nutritivos, o por las enfel medades, o la escasez de los víveres,
estableciéndose en otl05 lugares más propicios, como
sucedió probablemente lo mismo, en los tiempos de los moyas más antiguos Y parece que un día se
agotaron UrJO o varios de los pozos subterráneos, fuen–
tes necesarias para lo vida de los pobladores, que pOI ello abandonaban sus lugares En uno tierro donde las capas geológicas están compuestas principalment~
de calizas y dolomitas, como en el Petén, bien pudo ser que tenemotos subterráneos destruyeran las cue–
V03, derramando las aguas en los fondos Los terre–
nos así abandonados se cubrían con matorrales y
monte El Padre f.ay Agustín Cono, radicado en el No. te de Guatemala en la segundo mitad del siglo XVII, ha descrito los lugares despoblados en esto zona montañosa Se puede suponer que durante el siglo XVII se reducían considelablemente los poblaciones IUrales en el Norte de la América Central
En pocos palabras tocaremos un tipo especial de lo habitación rural, limitado a Guatemala y El Salva-
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