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« Previous Page Table of Contents Next Page »cientos ochenta, por el Obispo don Fray Andrés de las Navas y Quevedo, bajo la tutela y pallocinio de San Ramón Nonnato: su fábrica es de adobes y teja: su lon~
gitud que corre de Oriente a Poniente, se compone se– tenfidós varas, y SlJ latitud de Norte, a Sur de setenta y
media; en ellas hay once piezas, a saber: un oratorio,
sala y cuarto del Rector, cinco para los colegiales y los
ttes restantes para oficinas, todas estrechas y tan mal~
tI atadas :algunas, que mantenerlas en pié se ha hecl~o
pleciso el apuntarlas Tiene un Rector sin lenta, maes~
tro de gramática y catedrático de moral, con doscientos pesos cpda uno, pagaderos en la Real caia, y ocho CO~
legiales sin más asistencia que comida y cena, con algu– na escasez; ésta ploviene de que aquel Obispo funda–
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no arregló la contribución a lo dispuesto por el San–
to Concilio de Trento; lo que únicamente dispuso, fué, que los CUl as de la Diócesis pagaran cada año, unos! diez pesos y otros¡ doce; hízosele merced de doscientos en los tributos de Nindirí; el total de uno y otro ramo, monta a quinientos y ochenta peso cuatlo leales; no bastan pala la manutención de los pocos individuos que e?Cisten en él, ,y mucho menos pala el reparo de su fábrica y demás pocas necesatias, para su selvicio y
al nato La cuarta episcopa[ y capitulOl con los restan– tes beneficios y capellanías, quedaron sin pensión al– guna y de este modo han pel manecido¡ en suma, el Colegio solaniente lo ha sido en el nomble y por este motivo ha rendido poca utilidad a Iq Catedlal, a la Re– pública y a la Juventud: la prueba más convincente de todo lo referido es que los que quieren apl ovechat se en las letras se ven, precisados a abandonar' sus casas y hacer costos excesivos para ir a Guatemala que distel doscientas leguas, en solicitud de estudios formales En la cuadlo que mira al Septentrión, se hallan las casas de Ayuntamiento: compónense de dos salas desa– hogadas para la celebración de cabildos; a éstas cOlres– ponden en lo intel ior tres cuartos, el uno para el Escri– bano y los dos restantes para cuando personas de dis– tinción .son onestadas Sigue la Contaduría con dos pie– zas mediana$ en que están las caias y otras con su al– coba y oficinas necesarias para la habitación y servicio de uno de los dos Ministros de que se compone este Tribunal La sala de armas, en fin
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pone término a es– ta cuadra Todas las mencionadas fábricas son de ado~
bes y teja y novecientas noventa y cinco de paja: for– man nueve calles de Oriente a Poniente y once de Norte a Sur: la más principal, dilatada y en que asiste el bu– llicio de las gentes y vendedores, es la que corre desde el Calvario y va a morir al pueblo de Subtiava, qlgu– nas están bien niveladas, otras guardan ordE1n en pocas cuadras, y todas mós o menos padecen la fealdad de alg=jn montecillo que las quiebra y desgracia Ruedan por ellas algunos coches, y los que no los tienen, usan quitasol Los vecinos se portan con moderación en sus trajes y son algo descuidados en el aseo interior y ex– terior d,e sus casas; pero con estos ahol ros aumentan :sus caudales
El estado eclesiástico Se compone del Obispado y su P,ovisOI, .Dean y Cabildo, Ministros de la Catedral .y e1e–
10 El Obispado tiene una Dióresis tan basta, como la que resulta de las tres mencionadas Provincias Confina pOI el 01 iente' con Panamá: por el Occidente con Gua– temala: pqr el Norte¡ con Honduras, ~n algun9s partes
y en otra~ tiene'por Iímite&-" o" los dos mares:' dánlo, en fin, cuatrocientas leguas de longitud, sobre ciénto vein~
te de latitud Su renta se compone de cinco lamas: el primero, la cuwtq decimal: en lugar de ést<;:l se la con– tlibuían antes los quinientos ,mil maravedices que dis– pone la ley, desde el año de cuarenta y siete cesé este modo de pago, por habérselo concedido el Prelado y c.abildo a la administración de diezmos: con esta pro– videncia se ha logrado el aumento de ellos en los dos trienios que hasta el presente han corrido: tocante a este último lemate en cada año, dos mil seiscientos no–
v~ntq y un peso; el segundo es la carta ep¡scopetl: dan– le este nomble a cuarenta pesos, que cadq Cura secu– lar exhibe anualmente al Prelado: su impOlte, por aho– ta, se reduce a mil doscientos ochenta pesos, corre des~
de el día de la muerte a acceso de su antecesor¡ el ter– cela, otra contribución de treinta, "que los mismos curas le hacen en coda visita, que es lo mismq que cada año con el título de procuración
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monta a nov~cientos sesen– ta pesos; el cuarto, los derechos de la misma visita y des– pacho en que no puede haber cosa fjju; y el quinto, cierto servicio personal y una corta ración con que con– tribuyen los indios inmediatos a la Capital: este último ramo ha cesado en mi tiempo pOI no encontrar taZón pOla pelcibirJo POIéceme notable injusticia que los po~
bres hayan de concurrir a mi manutención y servicio, siendo de mi primera obligación el alimentarlos y soco– rrerlos: en efeCto, me he denegado a la ración, y el sel– vicio que admite es por salario en el cUdtto¡ como ¡qmás se ha celebrado sínodo, no ha habido arancel ni legla fija para la pelcepción de delecho, cada uno de mis antecesores ha obrddo según su genio¡ unos, por la vi– sita de capellanías, cofradías y hermitas, Hevan cuatro, seis y ocho pesos: otros hasta diez, y no ha faltado el1M guno que halla multiplicado esta cantidad; según los años en que: había dejado de hacetse. Una cosa bien pdlticular se observa en la de los testamentos, y era en variar los derechos de ella
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según el monte de caudal que los testadores dejaban: el precio ménOl era el de veinticinco pesos, el mediano cincuenta, y hubo alguna que llegó a doscientos: todos en mi tiempo se han evd– cuado por doce leales, y en lo demás, me he arreglado a los más bajos que se han satisfecho.
Ultimamente, para ser confirmados, se debía traer una vela con su cinta y un real: ni real, ni cinta, ni vela, ni cosa alguna he recibido; y como no :Ies cuesta; nin– guno se ha quedado sin este sacramento Las visitas, en fin, nada me rinden, porque su poco producto lo distlibuyo entre los que me llevan a hombros de unos lugares a otros: también he alzado de la peréepción del tercer ramo reputándolo por indebido, a causa de que los curas gastaron mucho más en la manutenCión y
transporte de mi persona y familia, y se me hace muy duro que sobre estos costos halla de ser grabados con treinta pesos: esto discurro, que solamente podían ad– mitirse, Iibertándoseles en el todo de otro gasto En efecto¡ solo puedo contar, por ahora; sobre tres mil no– vecientos sesentiún pesos, que importaron los dos pi i– meros lamas
En el Cabildo hoy cinco plazas, es a saber: Dean¡ Alcecliano, Maestre-escuela y dos Cqnónigos de Mer– ced: además de la cuarta decimal; tiene ingreso tam– bién de capellnías y manuales: en estos términos, ta renta del Dean, se: regula en novecientos treinta pesos cuatro reales: la del Arcediano, eri setencientos diez: la del Moestre~escuela, en lo mismo; y lo de cada uno de los C~mónigos en quientos sesenta~c :
Estos son los empleados corrientes: el número de
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