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Donnía ±ranquilarnen±e todavía el honorable señor Ministro o apa– rentaba dormir, cosa difícil de averiguar en un diplornático, (1) en su lu– josa residencia que iiene en la "Sarracena", cuando llegó de ilnproviso co– rno a las siete de In rnañana del 9 de rnayo el General Juan J. Estrada e hizo que le pasaran recado de que 10 buscaba. Iba a "darle cuenta de los sucesos de anoche" dice la prensa.

El caballero que acornpañaba al señor Es±rada ernpezó a hablar en alfa voz al diplornáiico y enfonces éste se apresuró a salir del dormitorio casi en deshabillé enconirándose frente a frenie con el prilnero.

La escena que ocurrió entre Jos dos personajes la refiere el redac– for quien se c9nsfiiuyó expresarnen±e en la Legación arnericana con el ex– clusivo objeto de averiguar si el honorable señor Minisiro sabía o no sa– bía.

Can el título "El Ministra Norfhcof± y los sucesos del rnarfes" dice: "Con el objeto de averiguar si era o no cierlo que el señor Minisiro NorihcoH sabíp. desde antes del rnaries lo que el General Juan José Esira– da había res'ueHo llevar a cabo en la persona del General Mena, esfuvi– rnos ayer en la Legación arnericana.

Sobre la mesa de frabajo delseñor Norihcoi± estaba un número de "El Comercio" de ayer, y preguniamos al señor Minisiro que si ya había leído el artículo del General Aurelio Estrada, y nos coniesió al insianie:

-Ya lo leí, en efedo, pero eS de iodo punto inexacio que el Gene– ral Juan J. Esirada haya contado conmigo para proceder contra el Gene– ral Mena. Yo no supe su determinación sino hasia el marfes a las sieie de la mañana en que el propio General Estrada vino a la Legación para comunicánnelo.

y por]o que ioca al. General Mena debo manifestarle que en iodo

~quel1o en que he tenido que tratar con él he enconirado a un hombre de palabra, corno Jo puede atestiguar el fiel cumplimiento que le ha dado, en la parle que le corresponde, al convenio suscrito ante el señor Minisiro Dawson.

Tal es lo que nos dijo el sep.or Ministro Norfhcoi±.

Además, esfamos perfectamente infonnados de 10 sig\lien,te: El General Mena manifestó hace días al señor Norlhcoff que fenía noticias de que el Presidente Estrada haria algo en su contra, no opstante de que él presiaba todo el apoyo de que era cápaz. '

Añadió al propio .tiempo que tenía suficienfe fuer<l'a para defender– se pero prefer¡a que eSe oaso no llegara.

El señor Norlhcofi puso esto en <:;onocimienfo del Presidente Estra-da, quien le respondió: ' .

Faculto a U. para decir de mi. parle al General Mena que esos infor– mes que le han dado son falsos, y que puede estar tranquilo.

El viernes 5, dijo el señor NorihcoU, al General Mena, anfe varios caballeros, entre ellos el Docíor Ignacio Suárez, esfas palabras:

-He hablado con el señor Presidente E::I±rada y me encargó ha– cerle presente que no son cieríos los infonnes que le han suzninisirado. Puede U. esfar tranquilo y le promel0 bajo rni palabra, que U. no será rnoleslado siempre que yo pueda evi±arlo.

Pasaron ires días.

El maries a las sieie de la mañana llegó el Presidenie Estrada a la Legación americana; el señor NorihcoU estaba en su donniiorio, y el ca· ballero que le acompañaba al Presidente dijo en voz alta al señor Norfh– coH.

ción.

-El Gral. Esírada desea darle cuenfa de los sucesos de anoche. Qué sucesos? - pregunfó el señor Ministro, saliendo de su habita-

Los que se relacionan a la captura del General Mena. ¡Capturado! Y por qué? Porque estaba conspirando. Y qué es 10 que ha hecho?

(1) Richelieu decía: Yo dUe1mo con un ojo y cuando me fatigo, lo abro y empiezo a dormir con el otl'o Maquiavelo aconsejaba: Un diplomático debe dormir cuando le convenga

y no cuando tiene sueño Quevedo: Los diplomáticos son los grandes zonGS de la histo– ria que duermen o duermen, según el caso.

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