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« Previous Page Table of Contents Next Page »desde entonces. son inseparables por muchísimos años. las carreras políticas de ambos.
Estudíaba don Pedro la abogacía en León. cursos que continuó con más holgura y seguridad que antes Tratábase un día de la defensa de oficio de un milital' pobre que había caído en desgracia al parecer irreme– diable. Mi padre estaba en caviiaciones sobl'e la habili– dad y competencia de la persona a quien pudiera enco– mendársela, cuando de pronto le dijo don Pedro;- "No se apure General. que aún cuando todavía no soy abo gado. yo asumo la responsabilldad de la defensa".
La hizo. y de tan brillante manera que no solo le valió la estimación más notoria de sus jefes. sino que fu aquel ensayo de oratoria forense una de las más ha lagüeñas ejecutorias que. durante la vida. recordó don Pedro con la más justa y mayor satisfacción,
En la Mayoría General del Ejército continuó cola– borando don Pedro como el auxiliar inamovible y prin– cipai de mi padl'c. Se hizo entonces-me xefería don pe– dro- la mejor. sino la única organización verdadera y eficente que tuvo el ejército nacional en todo el país. mencionándome a este propósito entre otros. Como pre– fecios ideales. de aquel tiempo. al de Chinandega. don José María Gasteazoro. y al de Masaya, el doctor Grega– rio Pasquier. hoy Magistrado de la Corte Suprema de Justicia. En aquel despacho trabajaron también en ca– lidad de colaboradores. escribientes. ayudantes etc. I\u– bén Darío, el POETA-NIÑO de aquéllos años. el Gene– ral Manuel Riguero de Aguilar. el BA Y ARDO de la M¡¡¡yoría, como con afecto General se le llamaba. don Carlos Salcedo, tan inmediato a mi padre, el amigo inolvidable don Adán Boza. y otros que formaban con don Pedro. la Plana Mayor de la Mayoría,
Don Pedro 01'ti2'. que era Secretario Privado de la
Presidencia de Cárdenas. se afiliaba al grupo literario del círculo oficial de ese despacho, como lo hicieron eles– pués el dominicano doctor Angulo Guridi y airas. y te– nían sus tertulias predilectas en casas de algunas fami– lias a las que eran enteramente adictas. como la del Ge– neral don Carmen Díaz. por ejemplo, en donde además de las grandes corrientes de simpatías y de apl'ecio es. tablecidas entre unos y otros. se consideraban como pa– trocinados bajo la autoridad militar y literariao del Ge neral Díaz. y en donde. para el mayor agrado y estímulo de los contertulios. se contaba con la colaboración Ielí– cisima de algunas de sus estimables hijas. Así todas lBS pl'oducciones literarias de Pedro Ol'tiz, pasaron pOl' la pluma de Amelia. carácter encantndor e inteligencia bien cultivada y brillante. La serie de nrtículos que, a modo de torneo. fueron escritos sobre LA PLUMA AZUL. por tema. por no mencionar otras. tuvo su ol'igel1 en esas tertulias de la Plana Mayal' de la Mayoría Ge– neral.
Tan hondamente arraigaron estas vinculaciones en las personas mencionadas de aquellos tiempos. que siempre recordaron esta grata época de su vida con el dulce sabor de la juventud dorada. al punto de que Adán Boza consigna en lenguas crónicas de su periódico "El Correo Nacional". de San Salvador. estas amenas añoranzas: y de que, al volver I\ubón a Managua ya
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postrado y heddo de mu.erte. noticioso de que mi padre se encontraba en la capital. le invitó con encatecimiento que tenía tanto de ingenuidad infantil para que fuese a verlo. y para aquel largo y entretenido deshilar del ovi– llo de argentada sada de l'ecuerdos de los que. decía el poeta. no había podido ni querido apartarse nun<:a ni aún al través de su vida incidentada en ambos conti– nentes.
Coronada ya su carrera de abogado vino la admi– nistración de Carazo, y luego la de Sacasa. en las cuales don Pedro ejerció los cargos de Subsecretario de Gober-, nación y de Relaciones Exteriores. llevando muchas veces estos Ministerios bajo su sola dirección. al grado de que una de las Memorias de este último. fue suscrita por él. por insistencia caballeresca y justiciera del p.o– pio jefe del Minisl:erio, a la sazón.
Ajustóse en el período de Carazo el arreglo de la cuestión Mosquita que entonces presentaba cal'aeteres de amenazante gravedad. Mi padre fue enviado allá como Comisionado del Gobierno pa,ra hacer todo lo ron– cerniente al tespecto, y don Pedro le acompañó como asesor para todos los asuntos judiciales. Se fijó el meri– diano divisorio cOn la Mosquitia. bajo la direc~ión téc nica del señor ingeniero Climie: se fundó la ciudad del
Rama; me impidió la circulación del papel moneda-5crip -de los moscos; se dietal'on muchas leyes necesalias para la buena administración de aquella región del país, como ))arte integrante de Nicaragua. y se estableció 1<1
mejor armonía entre los criollos y moscos y los nicara– güenses propiamente dichos. a base de un régimen ci
vil. quedando desde entonces verdaderamente implanta– da en la Costlt. la soberanía inobjetada de la República
Se hizo deseable luego corresponder a la visita he_ cha antes a Nicaragua por el señor Pxesidente don Ber. nardo Soto. de Costa Rica. y al mismo tiempo ver comO se llegaba a un arreglo satisfactorio en la cuestión de limites con aquel país, Habiendo merecido mi padre el honor de la designación de Ministro de esa Legación. l'
don Pedro. el de Secretario. partieron para aquella her– mana República. que se alza a la pal' de los paises más culios y mejor organizados de la América Española. Se les recibió espléndidamente y se les acogió con un cariño familiar tan lisonjera y gentilmente demost<\.'ado por el Gobierno y por la exquisita sociedad costauicen se. que ambos l'ecordaban siempre a Costa Rica cOn sen– timientos aventajados de la más alta estimación y cari· ño para aquélla simpática sociedad y aquel dignísimo Gobierno.
'Fuá al regresax de este VIaje por nuestra vecina del sur. cuando contrajo matrimonio con doña Chepita Dubón. ~na de las bellezas más perfectf<ls de que ha podido enorgullecerse León, belleza física y moral for– mando una unidad admirable ya definida acabadamente por Fóscolo. como "una specie di armonía che si vede e que penetra suavisima necuo ri umami". De este matri– monio provino una familia por todo concepto estimable y distinguida. ornato de la sociedad y orgullo, de sus padres. educada toda ella en los centros de maYor cul– tura de Inglaterra y de los Estados Unidos de América, Los acontecimientos del llS. hicieron que don Pedro
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