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« Previous Page Table of Contents Next Page »su juicio recto y desapasionado, por su espiritu tranqui– lo y sereno, y más que todo por su cosmopolitismo li– terario. es en 181 brillante constelación de nuestros hom– bres ilustres. el primero quiz~ que por completo ha ren– dido SU jornada en este continuo torneo de la luz con– tra las tinieblas, de la verdad coptra todo género de preocupaciones".
Don Buenaventura Selva deÜneó, asi, la vida del doctor Ayón:
"Fue una larga y honrosa carera :por el camino de las letras. de la política. de lª administración púplica y
c;le la enseñanza. y contintiÍlQo éjempio de l~s virtudes cívicas que ievantan 11 los puebliÍs '( ponran a la hUIDa. nidad".
El doctor don Modesto Bard6s dijo en su oración f(mebre:
"La diplomacia centroamericana ha perdido un ilus–
trado. prudente y leal servidor de los intebies di! la paz
y lá ilrmonía de 'estos pu.eblos"; la política. un consejel'o hoprado. hábil y discreto; el foro. una de sus lumbreras; de ciencia de la historia. uno de sus más dignos sacer– dotes: la literaturil. uno de sus más ardientes y afortu– nados cultiv~dores: la juventud, un maestro inolvidll.– ble: la sociedad. un modelo de vil.'tudes públicas y do– mésticas: Nicaragua. Un hijo que la amó siempre con profundo amor: Centro América. en fin. uno de sus más esclarecidos ciudadanos". •
Don Ricardo CCl!ltreras se expJ:ésó I\sí. en Él C9~.~
titucional:
"En los tiempos corrientes en que nadie piensa más que en sí mismo. él pensaba en los demás y amaba a los demás: amaba su hogar que siempre embeIcció con su dulzura y que iluminaba con su gloria: amaba a su patria por cuyos destinos veló en los consejos del Go– bierno y en las discusiones de la diplomacia: amaba la justicia' cuyos fueros defendió siempre como juriscon– sulto sabio y prudente: amaba a la juventud a quien ilustró con sus luces, en esa noble tarea de lil enseñanza en que a medida. que más se da, más se tiene; amaba. en fin. a la humanidad en ouyo mejoramiento pensaba. cuando como historiador protundo y erudito, nal'raba a la generación presente en estilo grave y magistral. las pasiones y los errores, los triunfos y las caidas de las generaciones pasadas en el camino del progreso".
Pon Anselmo H, IUvas lo descripió del modo si-guiente: .' . . . . .
"El doctor Ayón fue uno de los escritores más pul– cros y concienzudos de Nicaragua: uno de los más sa– bios jurisconsulto, Y' de ,los consejeros de Estado más prudentes. Por eso, su opinión expresada por la pren– sa en las grandes cuestiones de interés sOOi;l1 y nado– nal era mirada con el mayor respeto: su!! servicios como Magistrado en el Supremo Tribunal de Justicia de que fue miembro durante muchos años. fl,leron debidamen– te apreciados. y sus consejos en el Gobierno, ya cOmO miembro del Gabinete o como ciudadano particular cuando era llamado en consulto. fueron de mucho va–
líall.
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y finalmente, Y para hacer graci3' de una abundan– te y quizá cansada prolijidad. aún tratándose de tan autorizadas opiniones. el doctor don Tomás Ayón. pro– minente miembro de aquel brillante y simpático partido que se llamó La Montaña. mereció que nuestro pulcro y
donairoso crít~co don EnriquCl Guzmán tan parqO de in–
~?tivada alabaJ\za qomo p¡;ódigo de cl1ispel\nte correr::– Clon, le calificara calurosamente desde las columnas d.e El Diario Nivacagüense. d.e "v~stre !-,epúblico. glo– rIa de las letras centroamericl\nas. modelo 4e prob~dad
y discreción, y como pqC;Os, esfadist;l ~ntel~gente. ius–
tl1~ido Y sagaz". .
Su hijo el docior don Alfonso Airón. digno herede– ro de su nombre Y de su fama. siguió victeriosamente las huellas de su esclarecido antecesor. Corren los pimeros a~os de su vida en el ambiente de sobriedad y de modesha de la casa solariega que imprimen carácter imborrables su naturaleza. Emprende en la Univer– sidad de León. poco Ulás o menos los mismos cur~os
académiCos que su padre. Y cOmo él, termina felizmen– te los estudios de abogado. Desde entollce~
1)0 p'areee sino que un hondo $entilni01'!to l;1e amor ~ilial. fortaleoi– do por una firme voluntac;l, le impele. camino de la eml,l– I?Cióll. a ~arcal; el: ~\Il;~O de s\l v~dil 1111 Per(ecto parale– Itsmo con el 4e SU prOgenitOr. sin discrepar un instante en la n09ilísima ~ór~ia, a.ntespion sQrprel'1c:iie~do. de troch.Q e~ treoho, d~cho sea COl1 perdón de s.u habitual modestia Y a 1\1 pro{undll1 "eneración que -I~ inspira' la sa!lrada memoria de su padre. con iuminosidades de m,a–
y.~r intensidad y d~ más vivos coloridos. En la produc– Clan de ambos, que ahora me cabe la honra de publi– car, aparece más literato el llljo. más juriliconsulto el padre. y tan historiador el hijo que escribe el tercer volumen de la Historia de Nicaragua hasta los grl\n. des acontecimiéntos de 18:'.1. como el padre que redac– ta los dos primeros, habiendo merecido aquel V01Ull1en
diploma de honor: en el certamen bistó.ico veriticado en la Exposición de Guatemal~ bajo el l;égimen del General J. María Reina Barrios. . Ha ocupado el doctor don Alfonso Ayón con ver dadero lucimiento los puestos de Secretado de la Lega– ción de Nicaragua a Guatemala y a Honduras, de Pro– fesor 'i Decano de la Universidad de León. de Magis– trado de la Corte de Occidente. y hoy. el muy distin– guido de Ministro de Gobernac;ión. Policía y J~sti!:ia.
honrando con su presenqia y (:'<m 114 noJllbre el Gabinete del Excelentísimo Señor Presic;lElnte Día;ll. Ha contri· buido a la legislación del país, Ilsta~do en la actuali– dad encarg~do de imporlante~ tr¡;¡bajos 'de codificaci6n:
y es de lamentar Cf\1e en la modestia de su vid~. reqlle– rido de continuo por las diarias exigenci¡¡s materiales, se haya visto obligado a consagrarse ~e ile~o a 'la .prác· tica de, la ab0911cí". plegando así las vigo~c!sas alas 4e su talento y buen gusto literarios, que ~olo desplegara de ta¡:de en tl\;de, cuan!lo en los ratos de intimos reco– gimientos. su espíritu libertado' de las trabas ordinarias del deber, se espaciaba por las azules y sagradas cimas de la concepción y del arle.
No corto trecho le separa todavía del término natu– ral a lo perecedeJ:o y modal e~ 10 humano. y quiera la
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