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"re.formo" es "volver o la forma", resulta obvio que ·esta última debe revisarse en su aspecto substancial ge– nuino (o "auténtico", como diría un pensador de cuño

existenciall P9ro poder volver a ella Resulta patente que esta última interpretación de "reforma" tendría que consistir en el análisis conceptual de 105 elementos es– trictamente formativos que dieron origen a las tradiciones boloñesa y salomantina, en las cuales declaramos en– troncar nuestro pasado Y tales elementos formativos son de naturaleza estrictamente liberal, o Jiberali;zante Por tanto, podríamos consumir toda una vida pasando cursos de un plan a otro, trasladándolos, cambiándolos, traslapándolos, y abriendo lo cerrando) asignaturas o carreras nuevas, pero. si el aspecto metodológico de fondo (te., el aspecto formativo "real," pOI oposición a la metodología "de recetario") continúa sin volver a su forma auténtica, estaríamos soslayando un asunto emi· nentemente práctico, para dedicQl nuestra atención a le– guleyismos quizás parcialmente convenientes, pero a la larga inconsecuentes

3-Recapitulaci6n

En este trabajo he tratado muy sucin1'amente de examinar, en primera instancia, lo que significa una "for·

~ación educativa" como concepto de posibilidad meta· física, epistemológica, lógica, y axiol6gica Luego de adorado el concepto, dentro de la medida de lo posi· ble en un ensayo de esta longitud, he querido examinar su posibilidad frente a un contexto predominantemente constituído por carreras especializadas Habiendo en· contrado ciertas limitaciones en esta última tarea, he fra· todo de examina'r la posibilidad de un concepto "for– mativo" más amplio y acorde con las necesidades de América Latina Y, al darme cuenta del curso deonto· lógico a que nos llevaba la toreo de una posible forma· ci6n educativa frente a lo que la universidad latinoame· ricana debería ser, he tratado de apuntar fugazmente

algunas consideraciones iniciales acerca de' la posibili dad del concepto de "formación" en forma más empíri–

ca, te., al enfrentarnos con lo que la universidad podría hacer y costear, por ahora, dados sus enormes proble· mas y limitaciones

Visto está, como 'o indico en el párrafo introduc· torio, que este tema es imposible de abordar, con hon·

dura y meticulosidad, en un corto ensayo Sabía de antemano que el desarrollo argumentativo y analítico me llevaría a innl,lmerables vericuetos No ignoro, por tonto, la multiplicidad de lagunas y aspectos no desano– liados en los renglones anteriores, pero al menos haber indicado, con c1ariclad aceptable, aquellos aspectos fun– domentales que ameritan un detenido eXornen, tanto fi– losófico como técnico Quizás el siguiente lineamiento, ya aprobado por' el Séptimo Seminario de Educación Superior en las Américas, llevado a cabo en 1966, rea–

firme mi tesis acerca de la necesidad formativa en los

~studiantes universitarios latinoamericanos:

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f 1) El establecimiento de programas de estudios gene. roles, para todos los alumnos

(2) la reestructurclción ele las disciplinas académicas básicas en un tipo de organiZClción departamenta– lizada

{3) Apoyo CI eciente a las investigaciones científica y académica, tanto para los alumnos como para pro– fesoles

(4) El establecimiento de una entidad internacional de planificación, con el objeto de desarrollar sistemá· tica y ordenadamente la investigación, y de fa. mentar el intercambio de datos informativos

15) El incremento de la planificación a los niiveles na· cional y regional, con el objeto de relacionar me– ior los tipos de educación que cumplan más conve·

nientemente las necesidades nacionales y regio– nales

(6) El aumento de oportunidad para que la educación superior se haga disponible a un mayor número de estudiantes. Y

{7) El desarrollo de progromas de extensión univelsi· torio, para intensificar el vínculo de la univelsidad con la sociedad a la cual debe servir

Pero en esencia, cierro este ensayo con la ratifica– ción de su concepto básico contextuar: la finalidad "for· motiva" de los estudios superiores es la creación de

una actitud pensante, y ella no se llevará jamás a cabo sin un concepto eficiente de docencia real, ya que esta última es el único puente posibre entre lo formal y lo material La formación del estudiante univel sitario es el "contagio" de esa actitud fiberalizante ya apuntada en las Secciones 1 y 2 del presente habajo Sin esa actitud, mal podremos estructurar planes, redactar do· cumentos, y permutar asignaturas Tal tratamiento no pasará de ser sintomático, y difícilmente llegará a la . enfermedad" real El quid del problema no reside en la fraseología literaria de los documentos, ni en los foro malismos programáticos de los cambios de plan, sino más bien se ubica en la interacción dialéctica cotidiana del mundo de aula La formación del estudiante uni– versitario es un fenómeno qtencional y asociativo, de cátedra y diálogo Su finalidad primordial es llevar a

una especie de "destete" simbólico: el moverse de la

dependiente (y simbiótica) conducto informativa a una independiente acción humana, fundamentada en princi· pios olientadores Y el peso agobiante del problema,

i.e, su inmensa responsabilidad crucial, reside en la la– bor docente Mientras no dejemos de pensar en sim– ples nociones de "comportamiento" estudiantil, para Ile– gor a considerar los posibilidades de transformar tal "comportamiento" en "acción" creadora, ex principiis,

seguiremos alejados de la verdadera "formaci6n" uni· versitaria

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