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¡os detolles de este viaje Puede suce.der que o la sazón haya conocido el nombre Am~mque, que .por segunda vez oía, corrio el de un país riCO en oro, SI en efecto supo en su primer viaje de J497, de donde ve– nía el oro que los indios le habían mostlado

'Pues cómo puede explicarse que habiendo Ile– yado CYesPucci hasta J 504, el hombre Albe:ric?, bien (oni:lcidó como nombre cristiano, le haya sustitUido con el de Amerigo, que era desconocido ~n Europa? ¿Lo torrió como sobrenombre?, o no es mas que apodo que los marinos de los puertos de la Península ibérica le dieron pOI su persistencia en hablar de Amerrique:? Estas son con fl ecuencia las causas vulgares y fami– liares de los apodos (H) entre las gentes de mar, y cuyo origen se oculta rápidamente corí la dispel sión de los que los .inventan o usan, subsistiendo, .s.in embargo, y trasmitiéndose de boca en boca, y haclendose perma– nentes, sin que pueda saberse el punto de partida Mi impresión, después de uli dilatado estudio de este asunto, es que, ya dado por otros, o tomado por él mismo, el nombre Amerigo pareció a Vespucci me– ;or que el común y conocido Alberico En efecto, el nombre Amerigo parecía recordar, mediante una de– signación extranjera, y por el país del Nuevo Mundo que lleva la de Amer,rique, que entre los Vespucci de Florencia, era aquel el gran viajero y explorador de países nuevamente descubiertos En una palabra, el nombre Amerigo es más bien un calificativo que un nombre propio, pudiendo decirse que Vespucci fue el primero a quien se dio un nombre tomado del Nuevo Mundo, y que fácilmente se trasformó en Americo co– mo más apropiado al del origen, que es Amerrique y en este sentido puede también asegurarse que Ves– pucci fue el prilner Americano Es decir, que en lu– gar de tener el honor de dar su nombre a la cuarta parte del mundo, de ésta salió el sobre nombre que lleva, trocado en nombre por el uso, y que lo ha hecho célebre, siendo además el primer europeo que ha te– nido tal honor

¿No se dice el día de hoy el "Chino Gordon", pa– ra designar al héioe de Khartoum? ¿No es llamado COl1go Stanley, el gran viajelo y descubridor del curso del Congo? ¿Por qué no habría podido decirse Ame– rigo Vespucci en 1504? ¿No tuvo Roma a Escipion el africano y otros por el estilo?

El cambio del nombre propio de Vespucci efec– tuado entre la fecha de su primera COi ta, que debe ser Marzo o Abril de 1503, y la de la segunda, que es de Septiembre de 1504, es un hecho incontestable, sobre el cual hasta ahora no se ha llamado la atención, pues todo el mundo se ha contentado con admitir que el nombre propio de Vespucci ha sufrido numerosas va– riaciones ¿Cómo no ha sucedido igual cosa con los nombres de los otros navegantes? ¿No han sido siem– pre los mismos los nombres de Colón, Vasco de Gama, los Cabotas, Cortés, Pizarra, Mogollones, Cartier, etc, etc? Solo el de Vespucci cambia y es sustituido por otro que no se conoce en Europa, y que no tiene más analogía que con el de un lugar del centro del Nuevo Mundo

Todo lo dicho se funda en documentos impresos en aquella época, y cuya autenticidad es indiscutible

Más adelante hciblaremos de los manuscritos apareci– dos después, impresos o autografiados, en que no solo se halla el nombre Amerigo, sino también Americus

muchos de estos documentos han sido falsificados (o

llevan al menos graves sospechas de haberlo sido) para satisfacer a los amantes de autógrafos, o a ros pane– giristas a todo trance" que han creado genealogía y antecedentes a un hombre oscuro, que fue célebre hasta largo tiempo después de su muerte

VI

"Cosmographioe lntroductio" elel GimnClsio vosgen– se -Citas de los nombres "Americo, Ame-rige". Expli– cación de Alejandro de Humboldt, que atribuye al nom– bre "Americus" procedencia germánica.-EtirrtologíClS fantásticas.-Traducción latina, con el nombre de "Qua– tuor Navigations", por el Canónigo Basin, de la segun– da carta de Vespucci -Rorera del librito de Saint Dié.– D'AvezClc y su libro "Martin Hylacomylus Wallxemüller"

Hemos llegado al punto más impol tante, confor– me al parecer de los crírticos que se han ocupado de la denominación del Nuevo Mundo, desde 1507, época en que vio la luz en Saint Dié la Cosmographioe lntro– ductio del Gimnasio vosgense, que contenía "un nom– bre geográfico inventado accidentalmente lejos de España, e inscrito en las cartas a falta de publicacio– nes sobre los viajes de Colón a las costas del Paria y de Veragua" (15)

Me reservo para más tarde citar el pasaje famo– so, tantas veces citado y reproducido, que forma la única partida auténtica de bautismo del Nuevo Mun– do -Digamos solamente, que al margen de este pa– saje se halla escrito el nombre Americo Dos fojas antes, a la décima tercia, marcada e, en la tirada o edición de 1507, que tengo a la vista, (16) al frente del pasaje et quarta orbis pc1rs (quam quia Americus invenit Am~rigen, etc) el nombre Ame-rige se halla en dos líneas al margen

Humboldt dice;-"Los contemporáneos de Ves– puce han traducido Amerigo en latín, no por Americus,

como debieron· hacerlo, sino por Albericus" "Go– mara, en su Historia de las Indias (Zaragoza, 1551) reune al nombre italiano el nombre latino, llamándole Americo o Alberico Vespucio (17) Mathurin de Re– douer ha confundido Eméric, Aimeric, Almeric y Al– beric Y el gran panegirista de Vespucci, el Abate Bandini, pretende que el tío mismo de Vespucci le de– signó con el nombre Eme'ricus (Véase Bandini, pág

XXVIII)

Y una vez lanzados en el campo de las explica– ciones más o menos fantásticas, que no han podido ajustarse ni al italiano ni al español, e ignorando Humboldt, por otra parte, la existencia de una región geográfica del Nuevo Mundo, que llevaba el nombre indígena Amerrique, se acogió a la lengua alemana, fuente inagotable de erudición" en tratándose de nom– bres propios Humboldt no vaciló en decfarar, con su

(15) Examen el itieo, vol IV, pág 154

1 J 6) ¡'~l bello ~jemprnr elel señor Oharles Denne... de Canlbrich:e

(17) Examen Crítico, I)ÍlC' 62, tom. IV

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