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pucci delle Isole nuovamente travate in quattlo suoi

riaggi Dato in Lisbona a di 4 di septembre 1504, el canónigo impresor Gualterio Lud rogó enca~cidamell­

te a su colega "el canónigo Jean Basin, insigne poeta, y no menos diserto prosador", hiciese una traducción latina, a causa, le dijo, de, "la elegancia COi acterística de su estilo".

Esta carta, llamada la segunda de Vespucci, fUe la pieza importante que la Asociación determinó pu– blicar, fundando en su publicación una justa esperan– za de celebridad Pensó Lud que el Gimnasio debía hacer una especie de introducción, en forma de no– ciones elementales y generalidades geográficas, o Cosmografía como se decía entonces, introducción que se colocaría, a guiso de primera parte de los

Quatuor Navigotiones

En su doble calidad de director de imprenta y cartógrafo para la preparación de una grande edición que se proyectaba de la Geografía de Pt%meo, Walt– zemüller reunió las contribuciones de tos miembros del Gimnasio, y fue él quien desde luego tuvo a su cargo el arreglo material, después de haber terminado el de la Introducción D'Avezac piensa que él la escribió, sin embargo, no dice que los otros no hayan colabo– rado

El estudio d.e ese. tratadito de geogr~fíal muestr a con Jo mayor eVidencia, que es obra debida a los es– fuerzos de muchas personas Le falta unidad, y su redacción aCUSa divel sidad de estilos y de forma Es verdaderamente cortdda a hachazos, sin hilación, y sus portes están mol hilvanadas entre sí

Los ocho primeros capítulos, que pudieran mejor

llamarse simples párrafos, son puramente matemática El noveno es una descripción de la tierra Su impor– tancia varía mucho Los cinco primeros son mllY cor– tos, y se componen solo de dos a cuatro páginas del texto Parecen hober sido escritos por Lud, con la ayuda tal vez de Waltzemüller como secretario El

sexto es más importante, lleno seis páginas, y contiene al fin de la página e, un pasaje sobre el Nuevo Mundo,

Amerige al margen, y citas que descubren la mano elegante de Jean Basin

El capítulo Vlll, sobre los vientos, que no tiene más que tres páginas, llenas de poesía y citas, deja

ver el estilo y el carácter alegre de Ringmann En fin, el capítulo IX, con mucho el más largo e imprtante, de ocho páginas, más lo esfera, indica por su redac– ción, desde luego, que la famosa frase tan a menudo citada, debe de haber sido escrita por la misma mano que tradujo al latín las Quatuor Navigationes, pues tiene elegancia y estilo fácil y poético Por otra par– te, esta descripción del antiguo mundo, en cinco pá– ginas en verso, de una poesía un tanto endiablada, recuerda por completo el estilo de Rigmann en su composición de verso elegiaco y muy chistoso al rever– so del título de las Quatuor Navigotiones Hechura, forma y aspecto, todo muestra que estas cinco páginas son de Philesius

El proloquium y el apéndice, que forman en junto tres páginas, parecen ser de los dos Lud Las cinco figuras matemáticas, muy elementales, proba– blemente fueron ejecutadas por el diseñador Waltze– müller.

En fin, la Introductio está compuesta de veinte fojas, de las que diezinueve son impresas a los dos la– dos La última foja es la únicd qLle no está impresa al reverso Además, tiene la lámina plegada, o Pla–

nisferio, impresa al rev~rso, formando con esto vein– tidós fojas

En este opusculito, °

tratado elemental de geo– grafía, el canónigo Jean 13asin compiló todos los pasa– jes, en númelo de cuatro, referentes a los nuevos des– cubrimientos, y que mencionan al navegante florentino

Vespucci,~lo que no es sino muy natural desde que ha– biendo traducido las Quatuor Navigationes, estaba más al corriente que ningún otro miembro del Gimna– sio, de todo lo concerniente al Nuevo Mundo Jean Basin es el autor del famoso pasaje que ha dado a Waltzemüller toda su celebridad No solo la elegan– cia del estilo lo denota, ~ino otras pruebas que presen– taremos más tarde

En esia introducción, Philesius Ringmann escribió todo lo que está en verso Los dos Lud sr,~ los auto– res del resto, según está en la edición de 'S'eptiembre de 1507, salvo las cinco figuras, que son trabajo mQ– nual de Wal1zemüller Este último no contribuyó más que con algunas frases ordenadas por Lud en la primela edición, y que montan a muy poca cosa De ellas hablaremos adelante

Parece que antes de la impresión surgieron difi–

cultades entre Waltzemüller y los dos Lud, según lo demuestro la dedicatoria de Hylacomylus, en la segun– da fojd Aij, dende habla de "las intrigas de que sus riYales" Al admitir que tUYO colaboradores, que sin embargo no nombra, Waltzemüller no concedió a su amigo Ringmann más paternidad que la de dos piece– citas en verso, firmadas Philesius La primera dirigi-, da al emperador, al reverso de la carátula de la Intro– ducción, y la segunda, a los lectores, al reverso de la foja bij, que lleva la cdrátula de la traducción 19tina de las Quatuor Navígationes La primera es un

decastichon, ampuloso y ridículo, que termina con un elogio a quemaropa del "autor que con admirable ta–

lento ha preparado este tratado general" Evidente–

mente Waltzemüller era vano, desprovisto de toda modestia Lo que es Ringmann, siempr~ chistoso, versificaba a propósito de todo, y sobre todo asunto Ero poeta fácil, demasiado fácil Observemos como

tuvo cuidado,. en el vago de la poesía, de decir prepa– rado, en lugar de ejecutado o escrito este tratado ge– neral Esa gradación misma deja ver, que fue más dirección y preparación, que trabajo original

Lo segunda pieza se compone de once dísticos de versos elegiacos, dÍ! igidos a los geógrafos del siglo XVI Ringmann la había publicado ya, dos años antes, en Strasburgo, a la cabeza de la primera carta de Ves– pucci a Laurent Pierre Francois de Médicis, que lleva el título de "De ora antártica, etc, etc, imprím de

Mathias Hupfuff, 1505 Solo con la diferencia que entonces dio a Vespucci el nombre propio de Afbericus,

reemplazado por el de Arnericus en el libro de Saint Dié El no se paró en esto su númen satí'rico y chis– toso estaba muy por encima de las cuestiones ortográ–

ficas de los nombres propios, y desde el momento que el canónigo Jean 8asin tuvo por conveniente usar Ame~

Iricus, en lugar de A/bericus, Ringmonn le siguió sin

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