This is a SEO version of RC_1968_07_N94. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »Lo dicho pasó en los dos años después de fundado el Convento, y "cierto fue mucho no despoblarse el Convento". ero todo se remedió con el favor de Dios, y la venida del P. Fr. Tomás de la Torre, sien– do ya Provincial, que' llegó a visitar y consolar a los Religiosos, poco después de celebrado el Captíulo Pro– vincial de Guatemala que tuvo lugar el 22 de Enero del año 1553.
.E?e este ~ap~tulo el primero que hubo en aquella glonosa ProvIncia, y en él se admitió como Casa de la Orden la de Santo Domingo de San Salvador, con·– siderándola como la cuarta de la Provincia. El pri– mer lugar se dio a la de Santo Domingo de Guate– mala, que fue la primera que se fundó en esta tie– tierras; el segundo a la de la misma advocación de Ciu_ dad Real de Chiapa; el tercero a la de San Pablo de León (Nicaragua); y el cuarto a la de Santo Domin– go de Coban, en la Verapaz.
En el mismo Capítulo se asignó al Convento de San Salvador al P. Fr. Juan Guerrero, a quien se le nombró Vicario de la Casa con autoridad de Prior, la cual podía subdelegar en su ausencia. De suerte que a los dos años de fundado el Convento de Santo Do– mingo de San Salvador, se le consideró de tanta im– portancia, que ya se le nombró Vicario con autori– dad de Prior, y se le honró dándole el cuarto lu~ar
en la Provincia. (1).
Con esto y con haber dejado de ser molestados los Religiosos, no hay por qué ponderar el gran fruto que con sus predicaciones harían en San Salvador y en sus contornos. Para juzgar de esto, basta que ten– gamos en cuenta el celo apostólico y, por así decirlo, la santidad de los primeros moradores del Conven– to, Fr. Vicente Ferrer y Fr. Matías de Paz. Poco des– pués, escribe el P. Miguel Ftmes (~), "había ya seis Religiosos que cuidaban del culto de su templo y del mejoramiento de la raza indígena, enseñando e ins– truyendo cual no pudieron hacerlo otras agrupacio– nes; enseñándoles no sólo los deberes de cristianos, sino trabajos agrícolas, artes, industrias, ciencias, &.
Con mucha frecuencia salían a las aldeas, caseríos y poblaciones cercanas a misiones. ¡Cuántas conversio– nes y cuán distintas tornábanse las costumbres des– pués de escuchar su arrebatadora vozl Cuando de la Madre Patria llegaban otros d08 o tres Religiosos, se les encargaba el servicio de las parroquias, y esto fue por mucho tiempo, con una concesión especial del Pontífice".
A medida, pues, que aumentaba el número de Re– ligiosos Dominicos, aumentaba también para ellos el campo de su acción apostólica; y así poco a poco se fueron estableciendo en El Salvador otros centros mi– sionales, como el Convento de Sonsonante y las Doc– trinas de Ahuachapán y Cojutepeque y otras. Y to– das estas fundaciones eran como nU.evos centros de cultura y civilización; pues, los Religiosos "no sólo cuidaban del culto de su templo y del mejoramiento de la raza indígena. . . enseñándoles, no sólo los debe– res de cristianos, sino trabajos agrícolas, artes, in– dustrias, ciencias, &".
Desde el principio la Orden de Predicadores miró con predilección el Convento de Santo Domingo de San Salvador, como lo demuestran los hechos de ql1e dos años después de fundado ya se le dio el cuarto lugar en la Provincia, y en el Capítulo celebrado en Guatemala el 8 de Mayo de 1556, se le declaró Con– vento mayo]: con Priorato. Por otra parte, este Con– vento, el primero y principal que la Orden ha tenido en El Salvador, se conservó siempre con gran espíritu de observancia religiosa, que supieron imprimirle sus santos fundadores, como claramente lo demuestra el hecho, y lo trae Juarros (3), de que en el Capitulo
intermedio, celebrado en Guatemala el 16 de Enero de 1790, se señaló este Convento de Santo Domingo de San Salvador para que se cumpla en él la orde– nación que manda, "que en cada Provincia de la Orden haya por lo menos una casa donde se guarden las Constituciones en todo su rigor sin admitir dis– pensa alguna". Y siendo, pues, ta¡{tas las casas que en este tiempo tenía la Orden de Predicadores en Centro América, mereció la de San Salvador ser es– cogida por los Padres Capitulares para que en ella se diese cumplimiento exacto a las observancias de la Orden, "sin admitir dispensación alguna".
Todo lo cual viene a manifestarnos el gran espíri– tu de observancia religiosa que siempre reinó en el Convento de Santo Domingo de San Salvador; y, por consiguiente, el grandisimo fruto que los Religiosos Dominicos con su enseñanza y predicaciones hicieron siempre en aquella capital y en su comarca, sobre todo a los prindpios, cuando eran tan pocos los clé– rigos seculares, y no había Religiosos de otras ór– denes; ya que el primer Convento de Padres Fran– ciscanos que hubo en San Salvador, no se comenzó a edificar sino veinte y tres años después, o sea, el
20 de Septiembre de 1574; y los Padres Mercedarios. aunque lo intentaron hacer en 1593, no lo pudieron efectuar hasta el 1623, como lo at~f;tigua el historia– dor Juarros.
El Sr Salazar (4) dice que "fueron los frailes en América elementos de civilización en los primeros tiempos. Ellos penetraron en la conciencia de los in– dios, aprendieron sus lenguas para poderles infiltrar su doctrina cristiana: les ensefiaron nuevos cultivos y lo que más les enseñaron la resignación que nece– sitaban para sus dolores". Pero esto, que acaeció en todo América en los tiempos de la conquista, en los primeros tiempos de la colonización española, no tuvo lugar ¡caso extrañol en el territorio del Salvador, se– gún el muy ilustre autor de "Apuntamientos de His– toria Patria Eclesiástica", que dice (5): "La conver– sión al catolicismo de las tribus del territorio del Salvador, se verificó por un orden inverso al que hemos manifestado; fue obra exclusiva del clero se– cular; los religiosos no intervinieron en ella, sino d~
una manera secundaria"
Esta aseveración, opuesta a lo que el P. Remesal nos dice, no tiene otro fundamento que la gratuita aserción de Juarros, cuyas palabras cita a continua– ción, y son éstas: "Es preciso confesar que los refe– ridos clérigos entendieron en la reducción y con– quista de los indios de la provincia de San Salvador, Sonsonate y Comayágua y otras; no habiendo memo– ria que los regulares predicasen en el~lls, ní hacién– dose mención en las Crónicas de las Religiones de Santo Domingo y San Francisco que sus hijos cate– quizasen a los naturales de dichos partidos: antes 'por el contrario, de ellas consta, que cuando las Re– ligiones fundaron Convento, ya estaban sus natura– les conquistados, formados en pueblos civilizados. Por consiguiente, no habiéndoles reducido a la fe los Mi– sionero regulares, es preciso decir Que lo hicieron los seculares".
Con el muy ilustre autor de "Apuntamientos", ad– mitimos que fueron transitorias las excursiones que, Fr. Domingo de Betanzos, Fr. Toribio Motolinea y otros hicieron por tierras de El Salvador; como tam– bién 'lo fue la que hizo el P. Fr. Bartolomé de las Casas, acompañado de otros Religiosos Dominicos. Que recorrieron misionando los territorios de Sonsonate, San Salvador y San Miguel a su paso para Nica– ragua el año 1531; y que hasta el 1551 no hubo Con– ventos de Religiosos en estas tierras. Desde este año en que se fundó el de Santo Domingo de San
Sal~ador, no hay duda, y el mismo autor lo confír-·
(1) Remesal, lAbro IX, Cap. XIV. (2) Remesal del RosarIo, No. 61. (3) Tomo 11, pág. 94.(4) Historia del de– senvolvimiento intelectual de Guatemala C'ap. XIX. (5) M. l. C'ango. 'Dr. Don S. R. Vilanova, pág. 2'7.
38
This is a SEO version of RC_1968_07_N94. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »