Page 70 - RC_1968_07_N94

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Fr. Tomás de la Torre el Rvdmo. P. Romeo, y otra que escribía a todos los Religiosos que moraban en la nue– va Provincia, a,nimándoles a perseverar en el trabajo que con satito' celo en el' servicio de Dios allí habían tomado, recibiólos el P. Fr. Tomás cuando estaba en– tendiendo en la fundación del Convento de Santo Do– mingo de San Salvador.

Tan pronto como los recibió aceptó el cargo el p.

Fr. Tomás de la Torre, y aun aquel mismo día, como atrás dijimos, colllenzó a ejercer el oficio de Provi~­

cial, asignando a aquel Convento a los Padres Fr. VI– cente ]"'errer y Fr. Matías de Paz. Y luego "como si entonces comenzara a trabajar en la Provincia, así alentó su fervor y santo celo", con el que empezó. en– seguida a visitarla toda, aunque con lIl;u<;ho trabaJo e incomodidades; porque, aunque los RelIgIosos no er~n

muchos los más de' ellos estaban ocupados en el minIS– terio d~ los indios. Por ser pocos los Religiosos..y todos ellos muy ocupados, no pudo tomar uno fIJO por compañero en esta visita; y así de .ca~a .casa salia uno de ellosacompaiíándole. hasta la SIgu~ente, y des– de aquí tomaba otro y el prlnlero se volvla a su Con~

vento o Doctrina~ Y así de este modo, co~ gran edI' ficación de todos visitó por 'primera vez, sIendo Pro– vincial, toda la Provincia, que. ya ante~ dE; serlo ha– bía recorrido misionando y sIendo VIcarIo General gobernado dándole santí¿imas leyes y ordenaciones. El pri{¡.¡er Convento que visitó fué el de Santo Do– mingo de Guatemala, el ,7 de Septiembre de 1552; ~e

donde pasó luego a San Salvador, Y consolados y anI– mados aquellos Religiosos, porque e~t.onces estaban en la fuerza de los disgustos con los cleJ;I~os, como queda dicho; se dirigió a la Villa de la TrlllI!'lad, o de Son– sonate, en cuyo próximo puerto deAcaJu~l!l se embar– có para la Provincia de Nicaragua, a VISItar en ella los dos Conventos que allí, tenía la Orden en sus dos ciudades de León y Granada; los cuales, en virtud de lo determinado por el Capítulo General de Salaman– ca habían comenzado a pertenecer a la nueva Pro–

vi~cia de San Vicente de Chiapa y Guate~ala (1).

Cuando el Emperador nombró por O!:nspo de la Ciudad de León a Don Diego Alvarez OsorlO, .entre los capítulos que le envio en una larga instrUCCIón, para el buen gobierno y administración en lo espiritual de aquella provincia, fué uno: "Que procurase con todas veras fundar en, ella un Convento de la .orden de Sa~­

to Domíngo, para que los frailes predIcasen y admI-nistrasen toda, la tierra". (2). • .

Con el cuidado de poner esto en practica ~staba

el dicho Sr. Obispo, cuando tuvo a muy buena ventu– ra la vuelta del Perú del P.Fr, Bartolomé de las Ca– sas y demás Religiosos que le acompañab.an; quienes, como ya dijimos, habían ido a aquella tierra con el propósito de fundar en ella Convento de la Orden, lo que por entonces no pudieron realizar, volviéndosE; a Nicaragua. Aprovechó, pues, esta tan buena ocaSIón que se le ofrecía el Iltrmo. Sr. Osorio; y "después que los hubo hospedado y regalado, trató con ellos su in– tento, la voluntad del Emperador, y el servicio tan grande que a Dios se haría si quedasen allí a adoctri– nar y enseñar a aquellos índios.

"Parecióles, al P. Fr. Bartolomé de las Casas y a los demás Religiosos, justa la petición del Obispo, y concedieron de muy buena gana lo que con tantas ve– ras se les pedía, y fundaron casa y Convento de su Orden en la tierra de León, adonde residía el Obispo y se empezaba a formar la iglesia catedral, dándole nombre y apellido de San Pablo, y al glorioso Apóstol por Protector, con todas las demás ceremonias acos– nía en Nicaragua, "en León halló seis Religiosos, que la tierra, y en breve t~empo salieron con ella; aunque cana, que se usaba en aquella Provincia desde que el como el P. Fr. Pedro de Angulo sabía bien la Mexi– Emperador Montezuma la conquistó, luego comenzó a

catequizar a los indios en ella, y a enseñarles la doc~

trina cJ;istiana" (1).· , Todo era de mucho contento y gusto para él Pa~

dre Fr. Bartolomé de las Casas y sus compañeros, con~

tinúa diciendo el p. Remesal, "por lo bien que los na~

turales recibían la fe, y deseo que demostraban de_ser instruidos en ella cuya muestra habían dado ocho años antes, cuando el Capitán Francisco Hernández de Cór– doba el año 1524, fué a descubrir aquella tierra y po– blarla de españoles, que predicándosela por medio tan imperfecto y trabajoso, como es el de los intérpretes, la recibían de buena gana. Yen tiempo de este Capi– tán les movió mucho para aficionarse a la Fe un caso que sucedió en aquellos días:

"Como los Religiosos que iban con la gente espa– ñola fuesen poniendo cruces en los lugares que les parecía, los indios gentiles quisieron derribar una, y

por mucha fuerza que hicieron no les fué posible. Tra– Lal"On de quemarla, y arrimandole la lena mas seca y

dispuesta que hallaron, no quiso el fuego prender en ella. Este milagro, con otros que cada día veían, y los indios reparaban en, ellos, admiró de tal suerte a los comarcanos, que infinito número de ellos acudie– ron a bautizarse, y a pedir cruces para ponerlas en sus lugares; y en ciertos templos, adonde aún no ha– bía entrado la señal de la cruz, cayeron rayos y se que. maron

(f,1

"Todos los pueblos que veían esto, pedían el bau– tismo y algunas imágenes, principalmente de Nuestra Señora, que sin saber lo mucho que tenía de 1:lueno, le cobraron extraña afición' y como no había minis– tros para todos, los mismos' indios, a imitación suya, se echaban agua UllOS a otros haciendo la señal de la cruz. Con esta ocasión de los Padres, y abrírseles de nuevo la puerta de la predicación de la fe, y ejeréicio del santo bautismo, volvieron los indios a despertar sus buenos deseos antiguos; y como no los querían bautizar sin saber la doctrina cristiana, dábanse gran prisa a desprenderla, importunando a los Religiosos que les enseñasen las cosas de la fe". Este es, pues, el origen que tuvo el Convento dominicano de San Pa– blo de León, cuya fundación data de por el año 1533.

El Convento que la Orden tuvo en Granada, fué fundado por el P. Fr. Toribio de Motolinea, religioso de nuestro Padre San Francisco, años antes que los Religiosos Dominicos llegaran por tierras de Nicara– gua. Los Religiosos que le habitaban eran flamen– cos, y en él los dejó el P. Motolinea cuando se fué a Guatemala a fines del año 1529; mas aquellos Religio– sos abandonaron el Convento y se pasaron a otras con– versiones a Costa Rica y tierra firme; por lo que "lo habitaron después por algunos tiempos Religiosos de nuestro Padre Santo Domingo, por hallarle yermo y despoblado", como lo dice el P. Fr. Francisco Vásquez, en su Crónica de la Santa Provincia del Dulcísimo Nombre de Jesús de Guatemala (4).

Cuando en 1552 llegó, pues, el P. Fr. Tomás de la Torre a visitar estos dos Conventos, que la Orden te-nía en Nicaragua, "en León halló seis Religiosos. Que todos sabían muy bien la lengua de la Provincia, y aprovechaban a los naturales; en Granada había otros tantos con la misma calidad; y todos en lo sustancial de la Religión muy buenos frailes. Dejóles algunas ordenaciones, y fuese para el Capítulo Provincial que se había de celebrar en Guatemala el 22 de Enero de

1553, que fué el primero que hubo en la Provin– cia" (5).

En este Capitulo se determinó el modo que se ha– bía de tener en recibir los novicios y educarlos, imi– tando en todo el modo que se guardaba en el glorio– so Convento de San Esteban de Salamanca, del que procedían los más de los Padres alH presentes; con– viene a saber, en la pobreza y humildad de hábitos,

(1) P. RemesaI. Libro IX, Cap. XIV. (2) P. RemesaI. Libro IIu Cap. III. (3) P. RemesaI. Libro IIJ. Cap. JV. (4) Tomo J, Cap. V. (5) P. RemesaI, Libro IX, Cap. XIV.

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