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« Previous Page Table of Contents Next Page »pudiéramos nombrar, y aún llamar héroes martires de la civilización de los indios; sino la Orden DOD:lini– cana entera estuvo dominada siempre por este espí– ritu de celo y de caridad, de paz y de mansedumbre, que no podrá nunca la Historia ocultar, ni dejar de admirar los hombres de todos los tiempos. Por eso un historiador guatemalteco de nuestros días (1) ha podido decir con toda verdad que, "la historia domi– nicana' más que proceso de hechos, es historia de al– mas"; pero de almas, añadiremos, que latían al uní– sono, inspiradas en el espíritu del Evangelio y en el celo apostólico que a la Orden de Predicadores supo infundir su Padre y Fundador Santo Domingo de Guz– mán,
Anteriormente, como eran pocos los Religiosos que residian en la Provincia de San Vicente, tenían voto en el Capítulo Provincial los que residían en el Con– vento en donde se celebraba dicho Capítulo. Mas co– mo está razón ya no existía por haber venido en 15M otros diez y siete Padres de España pensaron los Ga– pitulares reunidos en Guatemala en 1556 cambiar esta ley y así dispusieron que en adelante solamente tu– vieran voto en los Capítulos los Priores y Vicarios, que gobernaban los Conventos, junto con los Definido– res y sus Socios, al modo que se hacía en lo restante de la Orden.
No sólo se trataron en este Capítulo cosas tocan– tes al gobierno de la Provincia: sino que también se disputaron y resolvieron cuestiones de Teología y de Moral, acerca de los Sacramentos del Bautismo y Ma– trimonio, y otras muchas materias, especialmente en lo que se refería a la administración espiritual de los indios; y todo con tal acierto, que fueron recibidas las
soluciones que allí se dieron con aplauso entre los doc– tos, y de ellas hizo estimación especial en España el P. Maestro Fr. Luis López, hijo del Convento de Nues– tra Señora de Atocha de Madrid, en el Capítulo 81 de la Primera Parte de BU "Instruetorio de Conciencia",
citándolas y reconociendo la autoridad y acierto de los Padres de la Provincia de San Vicente.
También se mandó en este Capitulo que en el Con– vento de Santo Domingo de Guatemala se leyesen Teología y gramática, especiales para los Religiosos que allí habían tomado el hábito de la Orden en los últimos años. Aceptóse también para la Provincia el nuevo rezo del Oficjo divino, ordenado por el Capí– tuló General de Salamanca de 1551. Por todo lo cual se ve que este Capítulo Provincial de Guatemala de 1556 fué principalisimo en orden al gobierno de la llueva Provincia de San Vicente de Chiapa y Guate– mala.
Terminado su provincíalato, con tanta gloria, el P. Fr. Domingo de .Ara, fué nombrado para suceder– le en el cargo el P. Fra, Alfonso de Villalba, en el Capitulo que se celebró en Ciudad Real el añQ 1560. Adornado este Padre de eximia virtud y dotado de singular prudencia, bajo su gobierno hizo la Provin– cia admirables progresos siguiendo en todo la orien– tación dada por sus predecesores.
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El Capítulo Provincial, celebrado en Guatemala, en 1564, eligió por segunda vez Provincial al Padre Fr. Tomás de la Torre; y cuando ya le faltaba poco para terminar el provincialato murió en el Señor santamen– te, como había vivido, en el año 1567 en el Convento de Ciudad Real.
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FUNDASE CONVENTO DE LA ORDEN EN LA CIUDAD DE SONSONATE. - DISTINTOS LUGARES QUE OCUPO. - TRABA.fOS APOSTOLICOS DE LOS RELIGIOSOS DOMINICOS EN LA REGlON
DEL BALSAMO. - EL SONSONATECO P. FRAY JUAN DIAZ
Entre las varias Casas de. la Orden, 9u~ se fun.d~
ron poco después de estableclda la ProvlDcla Donunl– cana de San Vicente de Chiapa y Guatemala. merece especial mención la fundada en la Villa de la Trinidad o de Sonsonate en la hoy República de El Salvador. En el Capitulo intermedio, que se celebró en Co–
bán el 20 de Enero de 1570, se .señalaron los térf!1inos de cada Convento. Y entre otras cosas, dispusIeron los Padres Capitulares, que se fundase una Casa en la provincia de los Izalcos, dejando al arbitrio del Padre Provincial la elección del lugar. Y el P. Pro– vincial, que entonces lo era Fr. Tomás de Cárdenas, escogió para el efecto la Villa de Sonsonate. Inmediatamente se dió comienzo a la obra, que de– bió realizarse en medio de los mejores auspicios, con– tribuyendo a ella eficazmente los habitantes de la Vi. lla. Así nos lo da a entender el hecho de que en el Capítulo siguiente celebrado en Guatemala en 1572, en el que fué electo Provincial el P. Fr. Juan de Cas– tro, "se aceptaron dos Casas nuevas: la una en T~cp~
tlán, provincia de los Zoques; y la otra en la provmcla de los lzalcos", o sea la de Sonsonate.
En el Capitulo intermedio, que se celebró en 1576,
siendo Provincial el P. Fr. Jerónimo de San Vicente, se señaló nuevamente el orden de las Casas de la Pro– vincia, que fué el siguiente: "Guatemala, Ciudad Real; San Salvador, Cobán, Capanabastla, Zacapula, Sonso– nate Tecpatlán, Chiapa y Comitlán". El Convento de Sonsonate quedó, pues, ocupando el séptimo lugar, en– tre las diez principales Casas que entonces tenía la Provincia de San Vicente" (2),
Habiendo sido Sonsonate la primera Ciudad en
que habitamos y su Convento de Santo Domingo la casa donde, por decirlo así, pasamos nuestro novicia– do a los años que en la República de El Salvador ejer– cimos el ministerio apostólico, dicho se está que con especial interés y cariño hemos buscado datos que nos permitieran hacer la historia de este tan antiguo Con– vento. Con todo, y en satisfacción a los sonsonatecos
y a nosotros mismos, debemos hacer constar aquí que estos datos nos han escaseado tanto que nos vemos en dificultades para realizar nuestro propósito. Veamos, sin embargo, de hacer lo que estuviere a nuestro al– cance con los datos de que disponemos.
"La primera iglesia que tuvo Sonsonate, dice Ipi– ña citado por el M. l. Sr. Vilanova (3), fué la de Ve– racruz; y el primero de los Conventos que se fundó en ella fué el de los Dominicos, bajo el Patronato del "Santo Angel de la guarda", en el lugar que ocupa ac– tualmente la iglesia del mismo nombre". La Reli– gión de San Francisco, según lo atestigua Juarros no tuvo Convento en la Villa de la Trinidad (4), sino has– ta el año 1574, esto es, cuatro años después que los Re– ligiosos Dominicos habían fundado el suyo; por consi– guiente, cabe a éstos la gloria de haber sido los pri– meros que tuvieron Casa en Sonsonate.
De los primeros ciento cincuenta años de funda– da, apenas si sabemos más que lo indicado. Consér– vase, no obstante un Manuscrito (Libro de Misas), que comienza en el año 1729 y termina el 20 de Abril de 1817. y en él, ya que no encontremos datos especia– les para nuestro intento, dásenos la "razón de no ha– berse conservado estos datos; ya que el P. Fr. Tomás Diaz, que fué el Superior de la Casa por el año 1736,
(1) Batres Jaúregui, Obra cit. Cap. XXI. (2) P. Remesal, Libro XI, Caps. In y IV. (3) Apuntamientos pág. 35. (4) Tomo n, Trat. IV, Cap. XXI.
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