Page 79 - RC_1968_07_N94

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haga en la manera aquí contenida, porque no se dilate más en poner en ejecución la última voluntad del di– cho Señor Obispo; y todo,.lo aquí dispuesto y ordena– do se ha de entender y entiende sin perjuicio alguno del Patronazgo General que Su Magestad tiene en se– mejantes obras pías, porque su intento es que quede intacto y se guarde en todo y por todo, y en la manera que Su Magestad por sus Reales Cédulas y ordenan– zas lo tiene dispuesto y ordenado, y así le queda siem– pre reservado; y para su cumplimiento de todo lo que dicho es, obligan los bienes y rentas del dicho Cole– gio ....

y así lo otorgaron y firmaron, siendo testigo Do– mingo de Sosa, y Jusepe Rodríguez y Antonio de Es– píndola, vecinos de esta dicha Ciudad.

F, F. *EI Deán, Don Felipe Ruiz del Corral,

Fray Agustín M-ontes, Prior. Ante mí, Alonso Rodríguez, Escribano Público. Del modo que mejor se pudo, comenzóse a poner en práctica el anterior acuerdo, habido entre el Deán Don Felipe Ruiz del Corral y el Prior de Santo Do– mingo Fray Agustín Montes; todo ello con el visto bue– no del Presidente de la Audiencia. Comenzóse a dar graduados en~l, los Religiosos Dominicos Fray Alon– so Guirao y Fra~-;¡Francisco Ceballos, quienes andando los tlempos y fundada ya la Universidad de San Car– los, desempeñaron en ella al principio Cátedras, lo mismo que los Padres Fr. Agustín Cano, Fr. Rafael Castillo, Fr. José S~noyo, &., como lo iremos viendo más adelante.

Desde ese año 1620, escribe el Sr. Batres Jaúregui, (1), "hubo, pues, cl:tses que pudieran llamarse superio- . res, aunque no se había fundado pro"piamente la Uni– versidad"; si bien como lo dice el mIsmo autor, citan– do la Recopilación,de Indias (2), "Felipe IV dió el tí– tulo de Universidad al Colegio de Santo Tomás de Aquino, cuando concedió que se ganaran cursos en él y se confirieran grados universitarios". Pero esto de poder conferir grados el Colegio de Santo Tomás de Aquino, produjo, continúa diciendo el mismo autor, "la lucha que se exhibe tristemente en un antiquísimo legajo, en el cual constan los afanes de los Dominicos, como Patrones de la Universidad, que trabajaban por lograr su fundación, siendo los Padres de la Compañía de Jesús terribles opositores de la Orden Dominicana". La anterior lucha continuó hasta el año 1652, en el que el Cabildo promovió la erección de la Universi– dad de Sant;ago rle Guatemala. "En una memorable exposición, que lleva fecha de 26 de Febrero de este año, se hizo presente a Su Magestad Don Carlos II, El Hechizado, que con los 20,000 pesos de oro cedidos por el Correor Mayor, Don Pedro Crespo Suárez, con las donaciones hechas por el Obispo Marroquín, San– cho Baraona y Doña María de Loaiza, esposa de este caballero, que dejara 200 ducados de renta, era facti– ble y propicio enriquecer el reino con un estableci– miento de artes mayores y estudios serios, a fin de que ks jóvenes no tuvieran que ir hasta Méjico, an– dando trescientas leguas".

"Tan justa como cultísima solicitud, continúa di– ciendo el Sr. B. Jaúregui, dió margen a que los secua· ces de San Ignacio promovieran ruidoso litigio ante el Consejo de Indias. Alegaron que, habiendo s610 trein– ta leguas de Guatemala a la Metrópoli de Nueva Espa– ña, sería perjudicial para la Universidad del Virreina. to, y que una ley de la Recopilación prohibía fundar otra Universidad en un perímetro de doscientas leguas castellanas. A su vez los Dominicos replicaron, que era falso hubiera tal distancia entre ambas Capitales, ya que la Ciudad de Santiago de los Caballeros dista– ba trescientas leguas de Méx;co, y que tan fragoso ca– mino casi imposibilit!lba a los estudiantes hacer, con graves gastos y no pocas penalidades, sus estudios".

En vista de este informe de los Religiosos Domini– cos, y. de repetidas gestiones que tuvo que formular el Cablldo de Guatemala, "el supremo Consejo de In– dias, dice el Sr. Juarros (3), por cédula del 31 de Ene– ro de 1676, mandó se instituyese Universidad en el Co– legio de Santo Tomás de Aquino de Guatemala. Re– cibióse esta cédula con el mayor júbilo y alegría' como que ~e conc~dia ~n ella lo. que se había deseado 'y pre– tendIdo haCIa mas de un SIglo. Inmediatamente se ce– lebraron varias juntas para tratar que se efectuase la referida fundación. Y primeramente se adoptó la Casa-colegio para el efecto: hiciéronse aulas gene– ral, Capilla y demás piezas necesarias, y se coiocaron las reales armas en la portada".

"Mas, durante dos años que tardó en organizarse la Universidad, continuaron dando clase los Domini– cos, quienes ya desde antiguo tenían en algunos con– ventos colegios a modo de universidades", dice el Sr. Milla (4).

Después dióse principio a las 'lecciones de oposi– ción a las cátedras; y, concluidas éstas procedieron a la votación el 6 de Diciembre de 1678, siendo electos para la cátedra de Prima de Teología el Maestro Fr. Rafael del Castillo, religioso dominico; para la de Teología Moral, o de Vísperas, el Maestro Fr. Diego Rivas, religioso mercedario; para la de Filosofía el Maestro Fr. Agustín Cano, dominico; para la de Cá– nones el bachiller D. Jacinto Jaimes Moreño; para la de Instituto el bachiller D. Antonio Dávila y Quiñones; para la de Medicina el bachiller D. José Salmerón; y

para la de lengua Cachikel Fr. José Senoyo, domini– co (5.

Mas no faltó quein acudiese al Rey quejándose de que no se había procedido con rectitud en la elección de Profesores. Por lo que, poco después de hecha la provisión d las Cátedras en la forma dicha, se rec'bió Cédula de Su Magestad en la que aprueba todo 10 dis– puesto por la Junta, que estaba constituida por el Pre– sidente de la Audiencia, dos Oidores y el Fiscal; pero en cuanto a las Cátedras de Cánones, Leyes y Medici– na, ordena que 'se hagan nuevas oposiciones en la Ciu– dad de México. Mas como aquí no se presentasen opo– sitores a dichas Cátedras, vinieron Profesores de Sa– lamanca, habiendo practicado antes los exámenes de oposición en la Sala del Consejo de Indias.

Las clases de la Universidad se iniciaron formal– mente el 6' de Enero de 1681, pronunciando el dis– curso de apertura el Religioso Dominico Fr. Agustín Cano. Figuró como primer Rector D. José Baños y Soto Mayor, doctorado en la Universidad de Osuna; y el cuadro de Profesores quedó constituido definiti– vamente del siguiente modo:

Cátedras: Profesores:

Prima de Teología: Mtro. Fr. Rafael del Castillo, do–

minico.

Teología Moral: Mtro. Fr. Diego Rivas, mercedario.

Filosofía: Mtro. Fr. Agustín Cano, dominico. Cánones: Dr. D. Bartolomé Amézquita. Leyes: Dr. D. Pedro Ozaeta.

Instituta: Dr. D. Antonio Dávila y Quiñones. Medicina: Dr. D, Miguel Fernández. Lenguas Cachi-

kel y Quiché: Mtro. Fr. José Senoyo, dominico. En 1687 se concedieron a la Universidad de San Carlos Borromeo de Guatemala los mismos priv'le– gios de que gozaban las de México y Lima, idénticos a los de la Universidad de Salamanca. Y en 1688 el Consejo de Indias aprobó sus Estatutos, redactados por el Dr. D. Francisco Saraza y Arce.

"Naturalmente el método de enseñanza era el que se empleaba en todas las universidades del mundo, dice el Sr. Batres Jáuregui (6). Por tanto, hacen mal los que por ello la censuran, ya que no podía ser una excepción en aquellos tiempos".

(1) La A. C. ante la Historia, Tomo U, Cap. XXVI. (2) Ley n, Tit. 22. Lib. l. (3) Tomo 1, Trat. n. (4) Tomo 11, Cap. V. (5) Juarros, Tomo J, Trat. U. (6) Tomo n, Cap. XXVI.

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