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« Previous Page Table of Contents Next Page »Pl'esentados ni de Maestros, como los hay y se usan en toda nuestra Sagrada Religión" Mas a los po-cos años ya se comenzaron a conceder en la Provni– cia dichos grados, como consta de las Actas del Ca– pítulo General celebrado en Tolosa el 11 de Junio de 1618, pues en él se promovió "para el grado de Presentados a los Padres Fr. Alfonso Guirao, Fr. Luis Sáenz y Fr. Domingo de Aldana; y a Predicador General al P. Fr. Pedro de Montenegro".
En el Capítulo General, celebrado en Roma el 2 de Junio de 1629, se concedió a esta Provincia de San Vicente "que en adelante tenga cuatro Predic,adorE's Generales a título de las lenguas de los indios, Título linguaTum. con tal que con gran pericia y perseve– rancia desempeñen la predicación entre los indios, et non aliter. de otro modo no. Y a título de la len– gua de los indios, el mismo Capítulo nombró Predi– cador General al· Padre Fr. Jacinto Cuartero, junto con otros tres que, tan sólo por aquella vez, habían de ser escogidos y nombrados por el M. E. P. Pl'O– vincial y los Definidores de la Provincia, previo, sin embargo, un riguroso examen y asignándoles con– vento determinado.
y tanto. en este Capítulo General, como en el cele· brado también en Roma el 3 de Octubre de 1642,
se concedieron los grados de Maestro y Presenta– dos en Teología y de Predioadores Generales a dis– tintos Padres de esta Provincia de San Vicente, pres– cindiendo de que fueran Chapetones o Criollos, y
atendiendo solamente a los méritos personales de cada uno de los honrados con los respectivos grados. De suerte que, tanto en las Prelacías como en la concesión de títulos honorüicos, guardóse en la Pro vincia de San Vicente, desde muy a los principios, cierta alternativa; lo cual fue no pequeña parte para que nuestros Religiosos prosperasen, viviendo unos y ~tros en una santa paz y armonía. Esto no quiere declr que no hubiese nunca algunas disensiones so– bre esta materia; pero estas que hubo fueron del todo pasajeras, ya que los Capítulos, para evitarlas, die– ron las oportunas ordenaciones, como Se observa en la del celebrado en Bolonía el primero de Junío de 1748, en el cual Capítulo, "a petición de la misma Provincia, Se dispone que no se provean los grados hasta que haya dos vacantes: una para españoles y otra para indios".
La sabia legislaoión de la Orden Dominicana, a base de los principios más democráticos, que ha sido objeto de admiración de muchos legisladores de los últimos tiempos, produjo siempre y en todas partes los mejores resultados, Gracias a ella, esta Orden sie– te veces secular, ha sabido mantenerse una e
indivi– sible hasta nuestros días. Y de esta gloria general de toda la Orden de Predicadores, partiCl'í\Ó providen– cialmente la Provincia de San Vice~<;>;de Chiapa y Guatemala; de ahí que prosperase ta¡:~¡;o, y de ahí que haya pasado a la historia llena de la gloria con que aquí nosotros tratamos de presentarla al lector.
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LA EVANGELIZACION y CIVILIZACION DE CENTRO AMERICA lLENO ,DE GLORIA A LA ORDEN DOMINICANA. LA QUE PUEDE GLORIARSE DE TENER HIJOS QUE DIERON SU VIDA, EN ARAS DE SU APOSTOLICA MISION. - FR. DOMINGO VICO Y "FR. ANDRES LOPEZ. FRAY CRISTOBAL PANDO.
FR. TRANSITO VARGAS Y OTROS.
Entre las muchas glorias, tan justamente adqu!r~
das por la Orden de Predicadores en Centro Amen– ca, no es la menor la de que algunos qe. sus ~~~os
perdieron la vida en aras de su apostohca mlSlOn. Pongamos aquí algunos casos, con el doble fin ~e
confirmar nuestro aserto y de perpetuar la memona de tan ilustres Hijos de Santo Domingo de Guzmán. F'R. DOMINGO VICO y FE. ANDRES LOPEZ. – Fr Domingo Vico tomó el hábito dominicano en el Con–
ve~to de San Andrés de Ubeda (España), e hizo sus estudios en el Convento de San Esteban de Salaman– ca de donde salió el 12 de Enero de 1544 formanrJo párte de aquella gran misión que, trayendo por Vi– cario al P. Fr. Tomás Casillas, llegó a Centro Améri– ca el 12 de Marzo de 1545.
Estando en Ciudad Real de Chiapa, pidió al Supe– rior le asignara a la Verapaz, que aun no estaba del todo convertida. Concedido el permiso, se dio con ahinco tal a estudiar las lenguas de aquella región, que en poco tiempo consiguió aprender siete de los dialeCotos que más Se usaban entre aquellos indios. Cuéntase de Fr. Domingo que. estando un día em– barcado, sobrevino una gran tempestad. Los que le acompañaban se pusieron a rezar las Letanías de los Santos y otras oraciones; en tanto que Fr. Domingo estaba muy tranquilo estudiando aquellas lenguas. Viendo los otros Religiosos que la tempestad no se calmaba, le amonestaron para que con ellos conti– nuase rezando, y él contestó: que 10 que estaba ha– ciendo lo juzgaba muy del divino servicio, y por con– siguiente muy grato a Dios, y por tanto que en El confiaba. ~
Aunque de estatura pequena, era grande por su celo apostólico; dirigía a un mismo tiempo la cons– trucción de tres o cuatro iglesias, así que hizo tantas, especialmente cuando fue Superior en Cobán, que no había pueblo que no tuviese la suya, y ;unto a ella un pequeño convento en donde se hospedaba el Padre cuando llegaba a misionar, o a administrar los Sacramentos.
Estando Fray Domingo ejerciendo el ministerio apostólico en Xócodo, por, el año 1550, llegó a visitar la Verapa:zJ el P. Fr. Tomas de la Torre que acababa
d~ ser nombrado Vicario del Convento 'de Santo Do– mlIl;g<,> de Guatemala, siéndolo a la vez de todos los ReliglOSOS 9ue en aquellas l?ovi!1cias estaban. Súpo–
10 !T. Dommgo, y como a Vlcano suyo qUe era quiso salirle al encuentro; y al efecto se embarcó en una canao acompañado de algunos indios. Era la Vigilia de San Andrés de quien era grandemente devoto como hijo que era del Convento de San Andrés d~
Ubeda; sobrevino gran tempestad, encomendóse al Santo de su devoción y ofrecióle que, si le sacaba
c~m bien, el primer pueblo qUe fundase se 10 dedica– na. Apenas hizo esta promesa, parecióle oír una vo'lJ que decía: "No temas, que no morirás hoy' bien que pasado algún tiempo, en tal día vendrás eiJ. mi com~
pañía". Luego que se vio con su Vicario, estando en Cobán, le contó esto que le había ocurrido en el ca– mino; como lo refirió el mismo Fr. Tomás de la To– rre después de muerto Fr. Domingo.
Tenia él P. Fr. Tomás de la Torre el propósito de evangelizar a la provincia de Acalá, "donde hasta entonces ningún Religioso, ni Español, había entra– do, y el P. Fr. Domingo sabía muy bien la lengua de aquella tierra". Fueron juntos a esta misión y acon– tecióles lo que ya en otro lugar dejamos' referido fundando también entonces el pueblo de San Andrés: según que Fr. Domingo lo había prometido.
Estando en Guatemala, eligiéronle el año 1555 Prior del Convento de Santo Domingo de Cobán, para donde salió prontamente. Con el cargo aumentósele el trabajo y cuidados; mas no por esto dejó de ir a visitar de ouando en cuando a los indios de Acalá, para atender a los ya convertidos y procurar la con– versión de los demás.
Con tanto trabajo cayó enfermo de gravedad, por lo que en bastante tiempo no pudo salir a misionar. Extrañados los indios de Acalá por tan prolongada ausencia, propusiéronse algunos de ellos ir a visitar
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