Page 23 - RC_1968_08_N95

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notable; qu'.e'¡mer'eee n(f, ,8610 Ja admiraclón sin:o tam;;,

bién el elogio de los estudiosos de las disciplinas jurí– dicas internacionales, Pero como el interamericanis– mo es una fuerza dinámica que no puede permanecer E'stética. ante los imperativos de los pueblos, con el tiempo se fué observando que la Carta necesitaba ac– tu.alizarse.

Hubo aún momentos, en que ciertos sectores de la opinión continental llegaron a poner en duda la ope– rancia del Sistema Interamericano. Parecía que los ('xploslvos problemas de la Segunda mitad del Siglo

XX' acabal'Ían por agobial.· la capacidad de adaptación de la OEA a la problemática del p¡'esente, y que esta corría el riesgo de convertirse en un ente absoluto, En 1965, los Cancilleres Amel'Ícanos se reunieron en Río de Janeil'O para estudiar esta situación, JEn dicho cónclave se acordó que "era imprescindible im–

primir al sistema ínteramericano nn nuevo dinamis– mo, e imperativo modificar la estrnctura funcional de la OEA, así como consignar en la Carta nuevos obje– tivos y normas para promover el desarrollo económi– co, social y cultural de los pueblos del Continente Y para acelerar el proceso de mtegración económica", En Río se acordó convocar a la ]][][ Confel'encia llnteramericima JExti'aordinaria con el objeto de ¡'e– formar la Cada de la OJEA. De las finalidades enun– ciadas en Río, en lo que atañe a los objetivos de di– chas Reformas, como de las Reformas mismas adopta– das, se despl'ende que una nueva filosofía inSIJil'a ac– tualmente los principios y objetivos de la OEA. Una nueva filosofía que pone más énfasis en los pueblos de América que en los Estados miembros del sistema; una nueva filosofía que se preocupa esen· cialmente por aspectos evidentemente más humanos, como son los problemas económicos, culturales y so– ciales; una filosofía que ha llevado a revolucionar el concepto de la diplomacia fundamentalmente políti· ca del pasado, hacia lo qne atinadamente se ha dado en llamar di¡Homacia del desarrollO',

Esta diplomacia del desarl'ollo ha florecido tamo bién dentro de un ámbito más familial.' pal'a nosotros los nicaragüenses: el de la Organización de los Esta– dos Centroamericanos.

También dentro de este marco regional más limi· tado, la vieja aspiración de los pueblos del Istmo de llegar a reconstruir la Patria Grande, nos llevó a constituir una Organización que, con la participación de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y

Costa Rica, se estructuró inicialmente can una Ol'ien– tación eminentemente política,

Así también, los imperativos de la realidad, lle– varon a nuestros pueblos a constituirse en un Mel'ca· do Común y a iniciar un proceso de Xntegración Eco. nómica, que l'epresenta, dentro del marco de la ODE· CA, el hecho más trascendental registrado dentro del marco de su funcionamiento,

. Ello repl'esenta: para Centroamédca una verda– dera revolución que ha producido cambios radieales, no solamente en· las estructuras económicas, sino tam– bién en' la diplomacia regional de nuestros paises. Como muy bien lo definiera el Señor Presidente

de la República de Nicaragua, General de ,División Don Anastasio SOlloza Debayle, en su discurso pro– nuncia(lo en la llU Confel'encia Ordinaria de Mini'S– tros de Relaciones Exteriores de Centro Amél'ica, ce– lebrada en Managua hace algunos meses, "la déca. da de los 1950, nO's llevó al trascendental proceso de la Integración Económica, que está revolucionando pacíficamente a Centroamérica. Desde que se inde– pendizó, este fenómeno constituye, en sí mismo, el hecho político, social y económico más importante de Centroamérica".

Es indudable que eran muchos los obstáculos y

dificultades para Ilegal' a esta etapa histórica centro· americana, en la que se enfatiza la política del des· arrono y no el desal'l'ollo de la perniciosa política que antaño distanció a nuestros pueblos,

"Jl.i'ué así que Centl'oamérica -expresó el Presi– dente Somo2:a Debayle en el mismo discurso al'l'iba aludido- en lugar de detenerse a pensar !'\:l'.• consi. deraciones de orden legalista; con clarid~:I~(~ visión y madurez, escogió el camino que señalaba "'Úl realidad de las cosas y se lanzó sin reservas a la gran aventu– l'a centroamericana de la integración económica .. , Hoy señOl'es, actuamos en centroamericano, planea– mos en centroamericano, hablamos en centroamerica– no y pensamos y sentimos en centroamericano". Palabras estas de un profundo sentido realista y de una cabal comprensión del significado histórico del momento que vive Centroamérica. Palabl'as que conllevan no sólo el fervor centroamericanista de un pueblo, manifestado por medio de su Mandatario, sino también una conciencia clara del proceso econó' mico-político más importante de los países centroa– mericanos.

][>01' ello, la reciente Reunión de JI>l'esidente de Centroamérica y de los Estados Unidos, celebrada re– cientemente en San Salvador, no podía sino que avo– carse esencialmente con los trascendentales proble– mas de la integración,

IEI Presidente de Nicaragua, concurrió a ella con el espíritu de profunda fé centroamericamsta, que ha animado siempre a los nicaragüenses, pero llevó también consigo el sentir de llUest1'o pueblo en rela– ción con pr'oblemas concretos que atañen a la inte· gración.

Desde este punto de vista, el Pl'esidente Somoza Debayle, practicó en la Reunión cumbre de San Sal– vador, una diplomacia model'na y de actualidad pal– pitante; una diplomacia del desarrollo que responde a los imperativos de los pueblos.

Por ello es interesante consignar que la contri· bución de Nicaragua, en la ]Reunión de San Salvador, está llamada a ejercer una proyección profunda en el Mercado Común y la JIntegración Económica Centro. americana. Y no podría ser de otra manera, por cuan· to el planteamiento del Presidente Somoza Debayle, tocó dos aspectos medulares desde el punto de vista económico y desde el punto de vista social en Centro– 'américa: la equiparación de lo agrícola a lo industrial dentro del marco de la integración y del Mercado Co– mún, y la concesión para todos los trabajadores cen-

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