Page 60 - RC_1968_08_N95

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Dicha suma debía cubrirse con las rentas fede. rales de la alcabala marítima y de la pólvora, así:

y con el sobrante líquido .de la renta de tabacos (de– dicada en mayor parte a garantizar el empréstito na– cional, que ahora examinaremos), en la siguiente pro– porción:

Guatemala . 75.262-5

San Salvador 81.467-6

ridades durante nueve años en su seno, resultó para Guatemala una ventaja y una desventaja a la vez. Ventaja era la anotada de mantenerse siempre en ma– yoría de las Cámaras y de controlar, en consecuencia, el mecanismo federal, aunque ven~aja cal'a que le iba enajenando, cada vez más el apoyo de los demás Esta– dos, y además, bastante teórica, dada la organización constitucional del gobierno nacional. La desventaja, mucho más cara y nada teórica, era la que le repor. taban los gastos federales, que ella cubría casi en su vador siempre se negó a ser ese punto, y si en 1831

transigió al fin, no lo hizo COn toda buena voluntad.

Se ve, pues, cómo la cuestión de la residencia del Gobierno Nacional también contribuyó a agriar las rivalidades, Y aumentar los recelos de una de las sec– ciones con respecto a las otras. Y ahora, para ilustrar lo dicho sobre lo gravQso que resultó para Guatemala el alojamiento de las autoddades federales, examine–

mOS alguno~;;~tos bien significativos.

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EI-': .:?l¡a federal resultaba caro, y eso preci-Samente fue\'fho de los argumentos con q~e los servi– les combatier n su adopción, asegurando que tal for– ma de gobierno requeriría para sólo la instalación de las autoridades supremas de la Nación y de los Esta– dos, hasta 286 individuos Y más de 300.000 pesos; Y

que esta última suma vendría a agravar aún más la situación aflictiva del tesoro, exhausto por los .gastos hechos durante la época imperialista (1821-23), que habian agotado varios ramos y consumido totalmente los 400.000 pesos que constituían los fondos de la Ca– sa de Moneda. Yeso era cierto: el sistema federal resultaba caro, aunque tal hecho no era argumento legítimo para desprestigiarlo, y mucho menos para adoptar el centralismo, porque un pueblo no es una sociedad mercantil, donde 10 único que cuenta son los

cálculo~ sobre ganancias y pérdidas.

Según el decreto de gastos y contribuciones pa– ra 1825, expedido por la Asamblea Nacional Constitu– yente, aquéllos y éstos eran como sigue:

Total

77.127.2 27.643.7 1.858-0

263.359-4, Total .

Nicaragua Honduras Costa Rica

y con una contribución especial de 181.248 pesos, 4 reales, distribuída proporcionalmente entre los cinco Estados, de acuerdo con su población y su riqueza.

Pero las rentas federales no eran todas bueilas

y seguras. La Asamblea Nacional Constituyente ex– tinguió una serie de contribuciones, estancos y mono· polios, y de las entradas que dejó en pie conservó pa– ra gastos del gobierno federal sólo las producidas por' la p61vora y el servicio de correos, la alcabala ma– rítima y el tabaco. La primera nunca produjo más de 15.001J pesos al año, y la segunda nli siquiera alcan– zaba a esa suma. La correspondiente a la alcabala si era muy crecida y estaba llamada a serlo cada vez más conforme aumentara el comercio exterior de la nación; en 1824 ya era de cerca de 500.000 pesos anuales. La renta de tabacos alcanzaba un término medio de ....

300.000 pesos por año; pero como no estaba centrali– zada, sino que su administración se confió a los go– biernos locales, su percepción final era siempre dificil, cuando no nula, y tal des'organización fue poco a poco arruinando "la renta más pingüe que tenía la Nación". según el decir de don Alejandro Marure.

Además, los fuerte~ gastos ordinarios y los nu– merosos extraordinarios a que se veía obligado cons tantemente el gobierno centroamericano, determinó a 'la Asamblea Nacional a contratar un empréstito, que se celebró el 16 de diciembre de 1824 con la casa Bar. clay, Hel'l'ing, Richardson y Cía. de Londres, pOI' una cantidad nominal de 7.142.857 de pesos, y efectiva de

5.000.000, con hipoteca sobre las rentas de tabaco y

alcabala martUma. Las condiciones del empréstito fueron muy onerosas, y hubo mala fe en todos los detalles, constituyendo el negocio una verdadera rui. na para Centro América. Y a eso hay que agregar que los fondos procedentes de tal préstamo no tuvie. ron la aplicación productiva que se pensó darles en defensa nacional, fomento de la instrucción, industria, comel'cio, ciencia y arte nacionales, sino que, en su mayor parte, se les aprovechó en fines puramente de consumo.

La situación, pues, de la Asamblea Nacional, pl'imero, y del Gobierno Federal, después, no fue de ninguna manera brillante, sino más bien angustiosa. La deficiencia administrativa, la dificultad de comu– nicación, la falta de coherencia interna de cada Esta. do por las rivalidades de campanario y las pasiones partidaristas, eran otras tantas causas para que las autoridades nacionales no pudieran percibir regular

y prácticamente el importe de las rentas que les es– taban acordadas. Eso por un lado, y por otro, el te– ner dichas autoridades su sede en Guatemala y ser ésta la sección más rica del Istmo, hizo gravitar fa– talmente sobre ella todo el peso de la economía fede– ral. Con motivo de una contribución extraordinaria decretada por la Asamblea Federal en 1824, para la pacificación de Nicaragua, a cargo proporcional de los

200.000 pesos

8.000 pesos

208.000 pesos

54.950 pesos

652.608 pesos

14.450 pesos

113.684 pesos

469.254 pesos

•• •• • , ••• , o ••••• " o'

Total ..

Alcabala marítima . Pólvora , .

PI'esupuesto de Gastos;

'. Departamento de Estado . Departamento de Justicia y

Negocios eclesiásticos . Departamento de Hacienda . Departamento de Guerra y Marina

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