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todos Unídos, la potencia ¡oven y briosa que en poco

más de un siglo había desbordado sus estrechos límites costeros del Atlántico hasta llegar por el sur a la luisia– na y la Florida y por el oeste hasta el Pacífíco y el cora– Zón de Méjico Dios confió a aquel gigante joven la

misión de anebatar las últimos restos del Imperio es–

pañol Puerto Rico, sin haberlo pedido ni deseado, se vi6 un día separado de los brazos de su madre y entre–

gado a las manos de un tutor, de un vecino pudiente

Cl' que llamaban el tío Samuel.

Los primeros años de la tutela no fueron fáciles

Puerto Rico no era una factoría cononial sino una pro– vincia españa/a, pero el Gobierno autónomo puertorri– queño desapareció y se frenó violentamente el progreso espiritual y material del país Se intentó desarraigar la lengua materna y se trató a Puerto Rico solamente como una base militar El pesimismo invadió los espí– ritus clarividentes, dudosos entre la desesperación y la

rebelíón En Puerto Rico, lo mismo que en España, ha

habido una "generación del 98" al mismo tiempo trá– gica y fecunda

JAUJA EN LAS ANTILLAS

Pero el tía Samuel es rico y geneloso y tiene entre sus viltudes la de saber corregir sus errores Cuando Puelto Rico parecía al borde de la muerte, él esfuerzo de los puertorriqueñas consiguió del Congreso norteame– ricano una autonomía que ha permitido a la Isla desde

1952 organizarse como un Estado Libre Asociado, unido en forma "sui géneris" a la Federación norteamericana, aunque sin sel propiamente un Estado Federol ni colocar

su estrella en la bandera de la Unión Hoy Puerto Rico

se gobiernan por sí mismo, salvo en materia militar, diplomática, aduanera y postal, si bien los ingresos aduaneros revierten en defínitiva a su tesoro propio los puertorriqueños son ciudadanos norteamericanos de ple– no derecho. Hacen el servicio militar baio la bandera

de las estrellas y las barras, entran libremente en los

Estados Unidos, eligen libremente su propio Goberna–

dor y sus dos Cámaras autónomas. No participan, en cambio, en las elecciones para el Congreso de Washing,

ton ni en la eleccián del Presidente de los Estados Uni– dos

Organizados así, los puertorriqueños han sabido

gobernarse francamente bien En honor de la verdad,

su buen gobierno se ha completado con una copiosa ayuda económica y técnica de Washington Por diver– sos conceptos reciben de los Estadas Unidos cada año unos doscientos millones de dólares Libres de cargas militares en (o financiero, (os puertorriqueños consagran todo su presupuesto nacional a escuelas y sanidad, agri– cultura y obras públicas, comercio e industrialización Su

cosecha de azúcar, base de su riqueza, es adquirida

íntegramente por los Estados Unidos Ningún país his–

panoamericano, desde luego, disfruta de una posición económica más brillante que la de Puerto Rico, cuyo ex–

ceso de población encuentra además fácil y bien paga– do traboio en la metrópoli del Norte, sin ninguna traba

inmigratoria. aunque no siempre sin problemas de tipo racial

En fin, cubíerto de escuelas y de hospitales, de ca–

rreteras y de acueductos, de centrales eléctricas y de re–

gddíos, Puerto Rico se parece hoy mucho a 10 que atto

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tiempo se decía que ela Jauja Dios se lo guarde y se lo aumente, para tranquilidad de conciencia del tío Sa–

muel y beneficio del buen pueblo de la isla

UN PUEBLO CRIOLLO

A todo esto, ¿cómo es el pueblo de Puerta Rico en la actualidad? Más blanco que e' de ninguna otra isla de las Antillas Beneficiados con una abundante infu–

sión de sangre española, antigua y moderna, a la que

se han sumado no pocos cursos en el siglo XVIII y' al–

gunos norteamericanos en este sigJo, Jos puertorrique~

ños san en su mayoría blancos o casi blancos La guía

de teléfonos de San Juan arroja tantos González, Martr– nez y Rodríguez como la de Oviedo, allá en Asturias

De origen asturiano o gallego son en efecto buena parte

de las familias puertorriqueñas mós modernas, míenha's

las antiguas conservan apellidos castellanos, catalanes

o vascos Claro está que esas mismas familias han

adoptado no pocas costumbres norteamericanas y que los matrimonios mixtos yon produciendo su lenta transfor– mación, pero el tipo borinqueño es sustancialmente crio–

llo, más parecido al del Plata que al de las islas veci–

nas La belleza de sus muje1es tiene un aire andaluz

y en los hombres se encuentra con frecuencia una mez– cla de energía y de ponderación que no es corriente en

otlOS lugares del tr6pico

Ello no es óbíce para que en la capital y en toda la costa abunden los morenos, de muy distintas proce–

dencias africanas, plenamente incorporados a la ciuda–

danía En Puerto Rico no existe problema racial Los

hombres y las muieres de color ocupan en todos los gra– dos de la sociedad los puestos que su desarrollo cultu–

ral y económico les va ganando, incluso yo los más al–

tos

En las montañas del interior dominan los jíbaras, tataranietos de indio y de español Lo puertordqueño

por excelencia es Jo jíbaro, una sabroso variante del mestizaje hispánico que nada tiene que ver con los ¡íba– ros del Ecuador, -indios oborígenes-, pero se parece

mucho a 10 canario y 10 andaluz en España y en Amé– rica el lo gaucho y lo venezolano El ¡íbaro es un gau– cho dulce, de caballo y guitarra, siempre cortés y rara

vez violento, cuyas características son la suavidad y la inteligencia, la socarronería y el saber esperar Sus bai– les son la romántica "danza" nocida de la buena socie–

dad del siglo XIX, y el campesino "seis charreao", que

es hermano del pericón, la cueco y otros ritmos criollos,

procedente. de lo. bailes andaluces No hay en Puerto

Rico corridas de toros, paro el pueblo se complace en las peleas de golfos tanto a mós que en los carreras

de caballos y en el "beísbo/"

Existe en el carácter puertorriqueño una veta de

religiosidad popular muy visible, manifestada en c<>S–

tumbres como la de ponerse rosario al cuello, hombms

y mujeres, durante el mes de octubre, y en expresiones

muy generalizadas como "Ay, bendito" y "j>.ve Maria",

que son dichas continuamente, sin aSomo de ñoñez Abundan incluso las supersticiones y es muy de notar el arte popular de los santeros, artesanos de imágenes de palo Las mós frecuentes de esas imágenes son los Reyes Magos, en torno a los cuales se cantan villanci· cos y aguinaldos, con sabrosos versos improvisados por

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