Page 9 - RC_1968_10_N97

This is a SEO version of RC_1968_10_N97. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

PUERTO RICO, HERMANO HISPANICO

El Embajador de España en Managua, Dr. Ernesto La Orden ~liracle nos ha ofreci· do como colaboración especial en torno al 12 de Octubre, Día de la Raza o de la Hispani– dad, este trabajo relativo a Puerto Rico, el hermano país hispánico, menos conocido de lo que sería de desear y en el que el Sr. La

Orden vivió cinco años como Cónsul General

de España, desde 1955 hasta 1961.

Cuando vemos tremolar juntas las banderas de los pueblos de origen español, singularmente en los fiestos de la Hispanidad, no debemos olvidarnos de que falta entre ellos uno bandera, la de un país hispánico que no tiene soldados ni embajadores propios" pero posee una espléndida personalidad nacional Ese país her–

mano es Puerto Rico

Puerto Rico es uno más de los pueblos hispánicos, algo más chico pero más poblado que los países de

América Cent~al, nacido de España al mismo tiempo

que Cuba y Santo Domingo, en los primeros años de la colonización americana Aunque parece y es un país muy joven, tiene más historia que algunos de sus her– manos de la América española Su destino ha sido muy semeiante al de Cuba Se separó de España hace na· da más 70 años, en 1898, y el último capítula de su historia ha sido distinto del de sus hermanos de raza y de lengua, pero resultado de todas maneras satisfac– torio ¿Cuánta más triste el destino de Cuba, perdida hoy por hoy para nuestra hermandad"

Quien esto escribe ha vivido en Puerto Rico cinco años, siente por aquella isla un amor profundo y ha publicado un librillo que da testimonio de este amor. Con los póginos de ese libro y con otros recuerdos per~

sonoles, intentaré dar una idea de Puerto Rico, lo Isla bellísima, nuestro hermano hispánico tal vez menos co– nocido.

ISLA BELLlSIMA

He dicha "Isla bellísima", y así es Si los mapas de hoy día, además de ser exactos, fueran tan bellos como los antiguos y se adornaran con leyendas latinas, estoy seguro de que junto a Puerto Rico, sobre un mor de galeones y sirenas, rezaría un letrero, INSUlA PUl– CHERRIMA

Puerto Rico es bellísima, en verdad Se levanta del mar como una Venus verde, esbeJta de montañas,

redondeada de cumbres, cubierta de cabellera vegetal Su cinturón costero es verde claro, moteado de playas y palmeras, abierto en bahías azules y ríos mansos Su interior es un Caos verde oscuro, plegado hasta el infi– nito en colinas y montañas, salpicado de bosques y acu– chillado de arroyos. Aunque su tierra es roja, rara vez se la ve, vestida como está de verdes galas Se empi– nan junto al mar los cocoteros, abanicos perfectos de

5

ERNESTO LA ORDIlN MlRACLE

Embajador de España

las playas, o se tienden dormidos los manglares Allí vienen los campos de caña dulce, apretados en escua– drones de innumerables lanzas, que en su tiempo se adornan con el penacho de sus "guajanas" Estos son las praderas de alta hierba, donde pastan las vacas me– lancólicas, de "perigree" anglosajón, los cebúes corco– vadas que vinieron de filipinas y los caballos ágiles de extrañas plOmontorios de rocas, brote como de un erizo la reina de las frutas, la piña tropical Sobre los arro– yos sonoros se elevan las colinas de plátanos, de tabaco o, de café ¿Qué lagos azulean entre los picos verdes? ¿Qué cintas rojas culebrean por las montañas o se con

w

densan como manchas de sangre en las honduras? Aque~

110s embalses los han hecho los americanos, atesoran– do agua para la electricidad o para el riego Estos flamboyanes los plantaron a lo largo de las carreteras los españoles, los mismos que llevaron a Puerto Rico y

a todas las Antillas lo que hoy nos aparece más autén– tico de ellas, las plátanos, la caña y el café

LA SELVA DEL YUNQUE

Puerto Rico es hermosa de verdad, tanto por la ma– no de Dios como por la obra de los hombres, lo mismo en el esplendor de sus cultivos que en la virginidad salvaje de sus bosques. El más famoso de estos, la selva tropical del Yunque, fué salvado de la tala por la corono de España, en cuyo patrimonio figuró

1

y es ahora el orgullo de las servicias forestales de los Esta– dos Unidas

He aquí un espléndido macizo montañoso de dos puntos principales, pOlecidas a los cuernos de un yun– que, que se levanta a mil doscientos metros sobre el extremo oriental de la isla y proyecta en el mar, miran– do a España, el cabo de la Cabeza de San Juan. las nubes cubren con tanta frecuencia sus costumbres que es uno de los lugares de mayor pluviosidad del mundo Los indios aborígenes creían que aJJí habitaba Yuquiyú, el dios del mal, armado de sus rayos y sus truenos¡ pero los españoles bautizaron al ídolo con el nombre de luquillo y la que baja del monte ya no son malefi– cios sino una trinidad de ríos divinos: el Río Blanco" el Río Verde y el Río del Espíritu Santo lo que reína allá arriba no es un terror oscuro sino un maravilloso bosque tropical, lleno de cascados y de flores carnosas, donde los helechos crecen como árboles y los árboles son altos

Page 9 - RC_1968_10_N97

This is a SEO version of RC_1968_10_N97. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »