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« Previous Page Table of Contents Next Page »vieron esa ocupaClOn como un paso para monopolizar la ruta del Canal de Nicmagua El paso significaba mas bien, sin embargo, que los Ingleses intentaban evitar un monopolio Americano
La posibilidad de un canal ístmico y la certeza de su inmenso valor estratégico y comercial para los Es– tados Unidos causaban esporádicos entusiasmos de in_ terés Americano en la regi6n Centro AmelÍcana. Mas los numerosos proyectos canaleros de principios del siglo XIX nunca llevaron a los Estados Unidos más allá del plano especulativo y de investigación Sin embtl.rgo, se fOlmuló una política canalera. Poco des_ pués del enunciado de la Doctrina Monroe, los Esta– dos Unidos declararon favorecer un canal ístmico neu– tral El Secletalio de Estado Henry Clay, en sus ins·
tl ucciones á los Delegados Americanos al Congreso de Panamá en 1826', declalaba: "Si la obra llegara a ser ejecutada Los beneficios del mismo no deberian ser exclusivamente apropiados por una sola nación, sino que deberían ser extendidos a todas partes del globo, tras el pago de una justa compensación o razonables del echos de portazgo". (13). La política de control exclusivo, sostenida por muy pocos al principio, no prevaleció sino después de la Guerra Civil Muchos Americanos se daban cuenta, sin embargo, que por mucho que los Estados Unidos desearan el control ex_ clusivo, no tenían la fuerza militar para enforzar esa política
Antes de 1848, los Estados Unidos no habían de_ mostl ado, prácticamente, ningún cuidado por las acti– vidades Blitánicas en Centro América No habían desafiado los avances Británicos en Belice y la Costa Mosquita, y no habían puesto atención a las desespe– radas e inútiles protestas de Honduras y Nicaragua. Ni siquiera habían funcionarios residentes de los Es– tados Unidos para observar las actividades Blitánicas. Ocasionalmente se nombraban representantes para el azalOSO y lemoto puesto Centroamericano, pero rara– mente llegaban y cumplían con sus obligaciones. De once nombramientos hechos antes de 1848, solamente uno pelmaneció en su puesto más que unos pocos me_ ses y seis nunca llegaron a Centro América. Entre
1848 y 1848 no se hizo nombramiento alguno (141).
Una abrupta complensión de la impOltancia de Centlo América para los Estados Unidos resultó de una serie de acontecimientos importantes sucedidos a finales de la década de 1840 Las migraciones a Ore_ gón, el all'eglo de las fronteras de Oreg6n, la Gue– rra con México, la adquisición de California y el des– cubrimiento de oro en California inexorablemente atrajeron al Istmo Centroamericano a la creciente ór– bita de los Estados Unidos Para llegar a los recién adquiridos territorios en la costa del Pacífico sin lar~
gas dilaciones y serios inconvenientes, los Norteame_ licanos tenían que viajar por la vía de la parte más angosta del Continente: Centro América. Agitados por la importancia del Istmo para el mantenimiento de una conexión cercana con los territorios del Pací_ fico, el Presidente James K Polk aceptó el Tratado Bidlack con Nueva Glanada, -tratado que estaba aun sin 1 atificación- por el que se proveía un derecho de vía a través de Panamá, y despachó a Elijah P Rise como Encargado de Negocios a Guatemala El P,resi_ dente Polk estaba preocupado por la preponderante in-
fluencia de Gran Bretaña en Centro América pero no sabía aún qué hacer acerca de ello "El Gobierno de los Estados Unidos" decía el Secretario de Estado Ja– mes B~chanan, en sus instrucciones a Rise, "no ha determmado aun qué curso seguirá con respecto a la inh usión del Gobierno Británico como protector del
Rey v ('E:,] RI~inu l\fosqu to". (J5) La Admil)i~"ración
Polk, I}ue fue conocida como una celosa defensl:ra de la D"cirina de 1\Ionroe, aparentemente no se Lacía ilusiones acelca de su aplicación a Centro América Ninguna proiesta se hizo de la captura Británica de San Juan del Norte ni de la extensión del protectora– do Mosco, y las desesperadas solicitudes nicaragüenses de ayuda quedaron sin contestarse Hise fue envia_ do simplemente para observar y negociar tratados co– merciales con Guatemala y El Salvador (16). Al tiem. po en que las insb ucciones a Rise fueron escritas, la noticia de la ratificación del Tratado de Guadalupe Hidalgo no se había aún recibido (17) Con la nación todavía en guerra, el Presidente Polk no deseaba an– iagonizar indebidamente a Inglaterra Además, pro~
bablemente no tenía suficiente información para for– mulal una política más positiva, ya que los Estados U– nidos no tenían representante diplomático en Cenho América desde 1842 (18)
James K Polk dejó la Presidencia en 1849 con la reputación de haber sido un vigoroso defensor del sue_ lo AmelÍcano contra la intervención extranjera. Za– chalY Taylor le sucedió con credenciales que habrían impulsado a pocos a creer que sobrepasaría a su pre~
decesor como opositor de la intervención extranjera en el Continente Americano. Aunque ese punto no fué presionado, en la campaña de 1848 fue presentado como amigo de la paz y como opuesto a la subyuga– ción de otras naciones (19). El grave y juicioso Pre. sidente conservador consider aba que el Destino Ma_ nifiesto y la Doctrina de Monroe eran irritantes inne~
cesarios en las relaciones internacionales. John M. Clayton, su Secretario de Estado, estaba de acuerdo. (20) La nueva administración Whig (libelal) no tenía a ninguno de los grandes líderes del partido y sufría la oposición de una maYOlía Demócrata en el Congre– so Sin un filme apoyo político y popular, la Admi– nistr ación "Cal ecía del mandato, experiencia y cohe– sión, esencial para una dir,igencia ejecutiva de prime_ ra clase" (21), Las posibilidades de una política e_ nérgica 'hacia la Gran Bretaña eran muy pequeñas
A pesar de la natUl aleza pacifista de la nueva ad– rninistrción, Taylor y Clayton demostraron su inte– rés en Centro América de una manera clara y sin am– bages Aunque se adherían a la doctrina Clay de ru_ tas de tránsito neutrales, definitivamente favorecían un Canal por Nicaragua construido por los Estados U– nidos (22). Y aunque profesaban la mayor amistad hacia los Estados de Cenho América que sufrían las intrusiones Mosquitas respaldadas por Inglaterra Por razón de la seriedad de la situación Centro Amelicana y pOI que una Compañía canalera Americana deseaba ansiosamente la ayuda diplomática, la Administración Ta!rlor, que había anunciado que ningún nombramien– ,to diplomático se \haría sino hasta después del co– rriente año fiscal (Julio 1, 1849), decidió remover a Rise y enviar, tan pronto como fuese posible, a un
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