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« Previous Page Table of Contents Next Page »nuevo representante a Centro América (23) Squier fue el hombre escogido para el cargo.
Aunque la administración aparentemente no ob– jetaba a las inclinaciones anticualias de Squler y pro– bablemente aun se enorgullecía del patrocinio a la ciencia, las instrucciones oficiales de Clayton al nue–
vo Encalgado de Negocios daban plimoldial importan– cia al propuesto Canal por Nicaragua. La American Atlantic and PacUlc Shl¡>-Canal Company, que fue or– ganizada en 1849 en New York por CorneHo Vander– bllt, Joseph L White, Nathaniel H Wolfe y sus aso– ciados, había convencido al Secretario de Estado de la necesidad de apoyo diplomático en Nicaragua, y Squier fué autorizado para dar tal ayuda (24) El ha– bía de supervisar y animar las negociaciones de la Compañía con Nicaragua, pero el Gobierno de los Es~
tados Unidos de ninguna manera habría de ser par– te en el contrato El también habl'ia de servir de fre– no a la Compañía Clayton, temiendo el posible efec– to de una especulación sobre el proyecto de canal, dio instrucciones a Squier de ver que el contrato no se hiciese cesible a otros. La influencia del gobierno, por medio de Squier. habría también de usarse para impedir el establecimiento de 1l.razonables impuestos
de peaje y el salvaguardar el tránsito del excesivo con– trol por parte de la Compañía (25)
Clayton creía que la consumación del proyecto de canal dependía de la existencia de un Tratado entre Nicaragua y los Estados Unidos Al Instruir a Squier para concluir tal Tratado, Clayton hizo hincapié en que los Estados Unidos no deseaban ventajas exclusi– vas: "Nosotros no deseamos el monopolio del dere_ cho de vía para nuestro comercio Nosotros sólo de– Seamos un derecho igual de tránsito para todas las na–
ciones en los mismos términos" Con el objeto de animar la construcción del deseado canal, los Estados Unidos, decía Clayton, estaba deseoso de concluir un batado con Nicaragua plometiendo
II
que ambos Go– bielnos protegerían y defenderían pala siempre a los empresarios que lograran abrir el CanaP' El Secre· tario de Estado no anticipaba dificultades de pal te de Nicaragua: UNo necesitará de argumentos para indu_ eh' a Nic81agua a concluir tal batado con nosotros El canal será más productivo para ella que para cualquier otro país de su tamafio" (26) POlo esta 1azón Clay instL'uyó a Squier llno dar como compensación por el derecho de vía ninguna garantía de la independencia del país por el que el canal o felTocarril pudiera pa– sar" (27)
La pal te de las insb ucciones de Squier lelaciona–
das al protectOlado de la Mosquitia, le dejaba consi– dClable latitud de interpretación MJentlas se le ad· vertia Uno envolver al país en una intrincada alianza por una pal te ni en una innecesaria controversia por ob a", se le daba también libertad de simpatizar con las Repúblicas CentloameIicanas que se oponían al protectorado de la Mosquitia llUsted puede asegu_ rarle (al Minisuo de Relaciones Exteriores de Nicara– gua"), decía Clayton, "que mantenemos la más viva simpatía por su Gobiel no y de que emplearemos todos los medios morales en nuestlo poder con el propósito de frustrar los apalentes designios de la Gran Bretaña al fomentar los 1 eclamos a la soberanía sobre la Costa de la Mosquilia y el Puerto de San Juan del Norte,
pI etnndida por su aliado, el supuesto monarca de esa 'egión" (28)
En las instrucciones suplementarias de Noviem– hle, 1849, Clayton asevelaba que "nunca admitiremos la pretensión Mosquita a la soberanía sobre cualquier parte de Nical agua". (29) Asf. sin sancionar una ga– rantia formal de la soberanía Nicaragüense sable eJ territorio en disputa, CJayton dió a Squiel autOl'idad para fomentar la resistencia a las pretenciones Bri_ tánicas
Habla sido política de los Estados Untdos el fo– mentar la Unión de Centro América En 1849, cuando comenzó la misión de Squier, la Federación de Cen– ho Amé,lca habia muerto hacia once años y habia muy pocas esperanzas de levivirla. Las instl'uccio..
nes a Squier, sin embargo, indicaban una continuación de la vieja política Si la leconstrucción de la Fede– ración le pa,ecia un imposible, Squier habla de ha_ tal' con cada 1epública individualmente y estaba auto– rizado a concluir tratados comerciales con todas las cin~
co Puesto que el Canal era el más impOl tante obje~
tivo de su misión, Squier se permitió tomar residen. cia en León, Nicaragua, aun cuando su nombramiento oficial era para residir en Guatemala (30).
El 6 de Junio de 1849, después de un largo y te_ dioso viaje de veinte y seis días desde New York, Squie, llegó a San Juan del Norte, Nicaragua (31)
La ocasión de su llegada tuvo más que una pasajera significación para Nicaragua Ningún diplomático norteamericano había sido antes nombrado para el Es~
tado (32) Este lisonjero ,econocimiento de la im– portancia de Nicaragua llegó en un momento oportu_ no, pues las relaciones con su poderoso adversario, In– glatella, habían llegado a un imipasse. La gradual renovación de las pretensiones Mosquito_Británicas a la Costa Atlántica había sido protestada por Nicara– gua, mas sin resultados íavolables Por fin, el lo de Enero de 1848, fuelZas Británicas ocupalon el puerto de San Juan para sus aliados Mosquitos En represa– lia por un intento Nical-agUeose de recobrar el pobla– do, los Ingleses capturalOn el puerto de San Callos, aproximadamente a setenta y cinco millas arriba en el lío San Juan, y obligaron a los Nicaragüenses a aceptar una Convención en la que Nicaragua prome· Ua no pe, turbar el siatus quo (33) Las únicas alter– nativas de Nicaragua eran: Ir a la guerra, someterse, o buscar un aliado poderoso. La guerra era imposi– ble El sometimiento era intolerable La protección
de los Estados Unidos parecía estar al alcance Con la llegada de un plenipotenciario de los Estados Uni– dos, los Nicaragüenses olvidaron sus temores de una invasión del Norte, -temores que databan de los dlas de la guerra con México-, y ansiosamente pusieron sus esperanzas en un tratado de protección y alianza con los Estados Unidos
Viajando con Un sil viente pelsonal, un secretario
V un artista, Squier hizo el penoso aunque pintoresco viaje en bongo sable el lío San Juan y a través del Lago de Nicalagua hasta Granada sin incidente algu_ no Detenido en Granada por los rumores de un ata– que 1evolucional'io a la ciudad, Squier finalmente continuó su viaje a León escoltado por un grUpo de 'veinticinco inmigrantes que iban rumbo a Califor– nia Por dondequiera fué recibido con el mayor 1 es-
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