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« Previous Page Table of Contents Next Page »sonal en aguas C'entroamericanas Temeloso por la se– guridad de la Isla del Tigre, se apreSUló a petSOnalse
en el Golfo de Fonseca para estar alerta conha cual– quil intento Blitánico de invadirla Llegó a finales de
Marzo, 1850, pocos días después del aniho de Hornby Este había llegado, según sus propias palabras, <la ob– servar personalmente el estado de nuestras lelaciones con los valios Gobielnos de Centro Am~rica" (57) En ausencia de Chatfield, que por entonces iba en camino
de Costa Rica a Jamaica, Hornby afirmó los reclamos Británicos en una forma que recordaba al Encargado de Negocios ausente Como temia Squier, Hornby a–
menazó volver a ocupar la Isla del Tigre si Hondu18s lehusaba ratificar un tratado prometiendo pagar los le– clamas (58). Squier se enfrentó a la amenaZa dispa– rando una uí"mediata advertencia a Hornby "No puede serIe desconocido", declaraba, "que esta Isla fue for– malmente cedida a los Eslados Unidos el 28 de Sep– tiembre último, cuya cesión ha sido virtualmente acep– tada por el Gobierno de los Estados Unidos". (59) Luego, el 2 de Abril, prestando una bandera de los Estados Unidos al Capitán de la corbeta Francesa La
Serieuse, que por causualidad estaba en el Golfo de Fonseca, Squier la izó sobre la Isla como simbolo de la autoridad Norteamericana (60). Si Hornby realmen–
te tenía alguna intención de recuperar la Isla, la ad– vel tencia y la presencia de la bandel a Americana apa– rentemente lo disuadieron, pues se retiró inmediata– mente, dejando a Squier en posesión
La cesión de la Isla a los Estados Unidos, no fue, por
supuesto, Uvirtualmente aceptada" por los Estados Uni– dos, como Squier alegaba; Clayton ya habia repudiado el protocolo Guerrero--Squier. Finalmente, en Junio, después de recibir una copia del Tratado Clayton-Bul– \Ver, Squier informó al gobierno de Honduras que el nuevo tratado hacía que el protocolo Guerrero-Squier llya no fuera necesario" y pedia que la bandera de los Estados Unidos se diera por retirada de la Isla del Ti– gre (61) Squier estaba por entonces en San Juan del Norte en su camino de regreso a los Estados Unidos La creciente tensión creada por las actividades de los dos celosos agentes diplomáticos causó tanto a Gran Bretaña como a los Estados Unidos grave inquietud El tratado Squier con Nicaragua, la disputa enbe Nical a– gua y Costa Rica, y la cuestión de la Isla del Tigre, co– locaron a los dos podeles en franco desacuerdo, avan– zando hacia la hostilidad Tal como Bulwer la veía, la situación contenía usi no las semillas de guella actual, las semillas de tal hostilidad y airada excitación, que hacían la guen a siempre posible" Creía que la con– hoversia debería 8ueglalse antes de que empeorara (62) Clayton, presionado por males domésticos y aci– cateado por el Congreso por la cOlrespondencia rela– cionada a Centro América, estaba igualmente ansioso de llegar a un acuerdo. (63).
Las actividades de Squiel y Chatfield no habían provocado la controversia Anglo-Americana Las dife- •encias ya existían Los dos agentes se pusieron en conflicto tI at~ndo de señalar y extender los intel eseg de sus respec,tivos paises donde esos intereses hasta en tonces no habían sido claramente definidos Cada uno estaba estimulado por un deseo de expansión imperia– lista y cada uno fue más allá de donde su gobiel'no es-
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L~Da dispuesto a ir Su rivalidad plobó que la discor– dIa era segUl a al menos que se llegara a la concordia
Aun antes de que sus actividades llegalan a conocelse
Clay~on había iniciado los pasos pala ajustar las dif~
1 enelas Habla dado instrucciones a George Banc fl M · .tiro, Ims ro ante a Gran Bretafia, de sondear las inten-
cio~es Británicas, y cuando. la situación lo ameritaba, qUISO que el suceSOr de Bancroft, Abbot Lawlence, ne–
g~ciara un b.atado garantizando el PI opuesto Canal POI NIcaragua (64) Cuando las pláticas Lawrence_Pal_ merston se estancalon sobre la cuestión Mosquita la negociaciones se transfitieron a Washington. El n;Jev~
Ministro Británico a los Estados Unidos, Henry Clayton
Dulw~r, .llegó .en D~ciembre~ 1848, y comenzaron las negOCIaCIones mmediatamente. (65)
Clayton tenIa en mente un plan definido para tales negociaciones Se proponía concluir un tratado con la Gran Bretaiía prometiendo proteger el canal ployec– tado Pensaba que era necesario también qUe tantc los Estados Unidos como la Gran Bretaña concluye– ran tratados separados con Nicaragua garantizando el canal. Sobre la cuestión Mosquita mantenla firmes pun– tos de vista. Había investigado el "leclamo estable– cido por el Gobierno Británico, nominalmente a favor del Rey Mosco" y habia llegado a la conclusión de que uno tenía fundamento razonable" Esperaba por lo
tanto, inducir a la Gran Bretaña a abandona; el PI'O–
tectorado Mosquito. (66).
Pala el tiempo en que las negociaciones comenza– lon, Clayton ya tenía una ventaja de regateo en el ha– tado Squier con Nicaragua. Este inshumento, al pIO-– veer el control exclusivo para el canal, fUe más allri de lo que Clayton deseaba. Clayton prefería la idea de sociedad No deseaba un canal exclusivamente A– mel.icano, deseaba igualdad con la Gran Bretafia Mas no .ImpOltaba que Clayton no estuviese completamente satIsfecho con el hatada Squier; si Inglateua rehusa– ba cooperal lo someterla al Senado y pediría su rati– fic-ación (67) Gran Bretaña objetó al tratado Squier pOlque disputaba la soberanía Mosquita sable el puer– to de San Juan del Norte y porque proveía el control Americano de la compañia canalera Para eliminar el objetable 11 atado, de acuerdo ,al plan de Clayton, todo lo que Inglaterra tenia que hacer era someterse a la idea de sociedad y abandonar el plotectoJ;"ado Mosquito Aunque no totalmente instruido en la cuestión Cen_ troamericana, Bulwer inmediatamente comprendió )a situación y formuló su estrategia Dándose cuenta de la ansiedad de Clayton por un al reglo y el deseo del público Americano de un hatado que facilitara el ca– nal, Buhver decidió poner la cuestión del canal al fren– te Gran Bretaña no deseaba dominar el ployectac1o canal y estaba bastante deseosa de galantizarlo en so– ciedad con los Estados Unidos Pela sobre la cuestión Mosquita, Palmerston era inexorable; no abandonal ía el plotectOlado Bulwer, por lo tanto, lesolvió evitar los puntos de vista discordantes y basal el acuerdo de los dos países en el punto de vista armonioso del ca– nal (68) Para eso tenía que obstaculizal la ratifi-– cación del tratado Squiel. que hacía hincapie sable las diferencias de los dos países
Al principio de las negociaciones, parece que Bul– wer extrajo de Clayton la promesa de esconder el tra- .....
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