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tado Squier del Senado Clayton, al menos, suspen dió ulteriores consideraciones del tratado mientras es– tudiaba las plÍmelas propuestas de Bulwer El trara– do, sin embargo, no fue abandonado Clayton informó a Squier que el tratado era inaceptable, pero no le dio instrucciones para renegociarlo El Ministro NI– caIagüense, Calcache, que estaba en Washington soli–

citando la ratificación del tratado Squier, fue aplazado con la insinuación de que regresara a Nicaragua paTa

obtener mayores poderes. (69) El tratado Squier fue puesto asi, en reserva No llenaba los deseos de Clay-– ton, pero el Secretario de Estado no deseaba modlii– carla hasta que el resultado de las negociaciones en Washington fuer a conocido.

Apenas Clayton y Bulwer habían comen2lado sus pláticas cuando la noticia de la captura de la Isla del Tigre por Chatfield llegó a Washington Aunque la prensa Americana -a juzgar por unos cuantos diario;. iropOl tantes- no pareció excesivamente soliviantada,

(70) Clayton mostrÓ mucha inquietud por la acción de

Chatfield "El Gobierno Británico", dijo, lldebe dar– nos primero explicaciones y desautorizar todos: sus ac·

tos de extensión de la jurisdicción Británila y debe aCOldar letirarse de toda ocupación de la Isla del Ti– gre antes de que procedamos adelante Si no lo hace, someteré el tratado Hondureño al Senado" (71) Bul–

wer inmediatamente suavizó la tensión, sin empergo, prediciendo una formal desautorización (72) Extrañamente, fue la desautorización oficial Bti...

tánica la que por poco destruye las negociaciones Clay– ton-Bulwer El 2 de Febrero, 1850, los dos negocir.– dores habían acordado un proyecto pleliminar y Bul– wer lo había enviado a Londres para la apr obación de–

Palmerston. Antes que la aceptae,ión de Palmersto';.) fuese hecha pública, la desautorizaciónó oficial de la captura de la Isla del Tigre !legó a los Estados Un¡~os

y fue publicada en los periódicos Esto creó decidi– damente una mala Impresión (73). Palmerston decla– raba simplemente que Chatfield había actuado sin ins– trucciones' pero que el Gobierno Blitánico se reserval'u el derecho de cobrar sus deudas en esa forma (74)

ASi, la acción de Chatfield fue desaprobada por falta

de instrucciones. pero la pr6xima cap-tura podría J1e~­

var la aprobación del Gobierno Británico. Esto causó selia inquietud acerca de las intenciones Británicas, al

punto que las neg-ocaciones fueron abandonadas, y el

19 de Marzo, 1850, el tratado Squier fue sometido al Senado. (75) La Administración Taylor habla apa– rentemente, decidido que la cooperación con la Gl'~n

Bretaña era imposible y habla !legado a la conclusión

de buscar un canal exclusivamente Amelicano Bulwer se sorprendió ante lo que consideraba una

violación de la palabra por parte de Clayton PelO no cleÍa que el hetado Squier estuviese fuera de Su al–

cance. (76) Persuadió a Clayton a renovar las pláti– cas y a principios de Abril había superado la renuen– cia de Clayton sugiriendo la inclusión de términos ne– gativos más fuel tes en el machote del trat<ldo Mien– h 8S tanto, el tratado Squier yacía en comisión sin que se actuara sobre él Clayton había pedido, apalente– mente, a la Comisión de Relaciones Exteriores del Se– nado que lo éncarpetara mienttas aprobaba de nuevo a obtener de Bulwer 10 que quería (77) El 19 ,te

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Abril de 1850, un mes después de que el tratado Squicr

fue sometido al Senado, los dos negociadOl es firmaron el Tlatado Clayton-Bulwer.

El producto final de los cuatro meses de tediosas negociaciones parecia exactamente al planeado 01 igi– nalmente por Bulwer. (78). Hacía hincapié sobre el canal, que sería garantizado por ambas partes. PlO– tección conjunta fue específicamente concedida a la

American Alla,ntic and Patifie Ship-Canal Company,

pelO en un esfuerzo de establecer el principio de c¡o– dedad, la plotección fue extendida a cualquiel otra lU– ta ístmica En la cláusula más cOlrientemente citadn, la Gran Bretaña y los Estados Unidos prometieron pa– ra siempre que ninguno podría "obtener o mantener para sí control exclusivo sobre dicho Canal; acordando que ninguno erigirá o mantendrá fOl tificación alguna que domine al mismo, o en su vedndad, u ocup.ar o

t'Ol tilicar, o colonizar, o asumir, o ejercer domini~ al– guno soble Nicaragua, Costa Ric,a, la Costa Mosquita,

o paz te alguna de Centro América" (79)

El plotectorado Mosquito no fue mencionado Clay–

ton estaba satisfecho, sin embargo, que la cláusula atri– ha citada la había desatmado, pues Gran Bretaña UD

podría ocupar o colonizar parte alguna de Centro Amélica (80) Palmerston y Bulwer, por otra parte. creyeron que el status del protectorado permanecía in– tacto (81)

El Presidente Taylor, al someter el Tratado C-1ay– ton-Bulwer al Senado pata su ratificación, admitió que

enil aba en conflicto con el tratado Squier ya someti– do Una votación a favor del primero obligaría a los Estados Unidos al principio de 'un tránsito ístmico neu– bal; una votación a favor del último empujaría a 103

Estados Unido.s en una carrera por el exclusivo control

conb a la Gran Br etaña El Presidente dejaba al Se– nado decidir cuál tratado el país debetí& adoptar, agre– gando que pondría en vigor cualquier tratado que el Senado escogiera (82) Clayton asegUlaba a Bulwer que el Senado, con seguridad, no ratificaría ninguno de los dos tratados sin modificaciones El 22 de Mayo,

1850, el Senado ratificó el Tratado Clayton-Bulwer pcw

una votación de 42 contra 11 El tratado Squier no pasó de ser enviado a comisión (83).

Aunque el tratado Squier no llegó a presentPlrsp a votación en el Senado, sirvió a la Administración en una forma importante Mostró claramente que los Es– tados Unidos no permitirían ser excluidos de ruta íst– mica alguna. Era algo a qué asitse, si la cooperación con Gran Bretaña se hacía imposible Como decia Clayton: uHubiéramos estado perfectamente justitfica– dos en empeñar nos a excluirla (a la Gran Bretaña), si ella intentaba excluirnos" (84) (El tratado Squíer no era, exactamente, lo que Clayton quería, mas no ]0

abandonó sino hasta que se convenció de que la Gean

Bletaña deseaba cooperar La amenaza de ratifica– ción del hatada Squier, no indujo a la Gran Bretaña a abandonar el protectorado Mosquito, pero, probable– mente, sí la indujo a permitir que el protectOtado se redujera a una sombra por las condiciones del Tratado Clayton-Bulwer La importancia del tratado Squier yace, en realidad, en que hizo que la Gran Bretaña se dier a cuenta de que si no cooperaba con los Estados Unidos en la cuestión canalera y que si no debilitaba

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